Cada 25 de noviembre el mundo conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una fecha instaurada en 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas para visibilizar y combatir todas las formas de violencia de género. La elección del día recuerda el brutal asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, activistas políticas de República Dominicana que fueron ejecutadas en 1960 por la dictadura de Rafael Trujillo. Desde entonces, la jornada se ha transformado en un símbolo global de lucha, memoria y compromiso.

En Rafaela, la Asamblea Feminista local difundió un comunicado en el que advierte sobre la gravedad de la situación en Argentina y llama a renovar la esperanza y la acción colectiva para erradicar las violencias. Según datos del Observatorio Mumalá, sólo en lo que va del año se registraron 211 femicidios, lo que sitúa a una mujer, lesbiana, travesti o trans asesinada cada 34 horas. A eso se suman 855 intentos de femicidio, cifras que dimensionan un fenómeno extendido, persistente y en muchos casos silenciado.

“Los femicidios son la expresión más extrema de las violencias”, señala el documento, que invita a reflexionar sobre todo lo que sucede antes de que un asesinato ocurra: golpes, amenazas, abusos sexuales, agresiones verbales, control psicológico y situaciones que, al darse en ámbitos íntimos, muchas veces quedan fuera de los registros oficiales. La Asamblea advierte que estas escenas permanecen ocultas porque “duelen mucho, avergüenzan y no se cuentan”, lo que dificulta su visibilización y prevención.

El comunicado remarca que las violencias de género se inscriben en un entramado social y cultural que las reproduce y las justifica. Citando a la filósofa Judith Butler, sostiene que las mujeres son asesinadas “no por algo que hayan hecho, sino por lo que otros perciben que son”, en un contexto donde aún persisten discursos misóginos, transfóbicos y antifeministas que operan antes y después de los hechos.

Frente a este panorama, la Asamblea Feminista propone reafirmar el compromiso con la no violencia como “norma moral que honra los vínculos” y recuerda que, aunque las relaciones sociales pueden contener tensiones y conflictos, no son por naturaleza destructivas. En esa línea, recupera también el pensamiento de Byung-Chul Han para reivindicar la esperanza como fuerza transformadora, capaz de unir a las personas y de proyectar un futuro distinto. “Sólo la esperanza de un mundo mejor despierta un potencial revolucionario”, afirma el texto.

El mensaje concluye con un llamado a sostener activamente la lucha contra todas las violencias, a reconocerse “socialmente iguales” y “humanamente diferentes”, y a fortalecer los lazos comunitarios que permiten acompañar, prevenir y transformar.

Este martes, durante la presentación de la tobillera dual electrónica que encabezó en casa de Gobierno el gobernador Maximiliano Pullaro, la fiscal General de la provincia de Santa Fe, María Cecilia Vranicich, afirmó que “en lo que va de 2025 se produjeron 25 asesinatos de mujeres en Santa Fe de los cuales 15 fueron femicidios”.

Este 25 de noviembre, Rafaela vuelve a sumarse a una jornada que trasciende fronteras y que recuerda que la lucha contra la violencia de género es colectiva, urgente y necesaria. La esperanza, sostienen las organizaciones, sigue siendo un motor indispensable para construir una sociedad más justa, igualitaria y libre de violencias.