Nadin Argañaraz es un conocido economista de Córdoba, presidente del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), el cual es permanentemente consultado como fuente de obtención de datos cuando de analizar presupuestos y situación de las cuentas públicas se trata. El referido, acaba de publicar un comentario respecto a lo sucedido en el país durante los últimos 30 años en materia presupuestaria, en coincidencia con el cumplimiento de ese aniversario de la etapa democrática iniciada en 1983.
El análisis de la situación fiscal durante estas tres décadas resulta más que interesante, ayudando a comprender muchos sino todos, los irresueltos problemas que nos vienen agobiando e impidiendo un definitivo despegue, trabajo al cual tituló "Aprendizaje cero: en 23 de los últimos 30 años hubo déficit fiscal", dejando en claro que el estudio comprende tanto el presupuesto de la Nación como el de las Provincias, pues "la mirada integral es clave".
El promedio de estos 30 años, relativizado el resultado fiscal con el valor de los bienes y servicios, muestra un desequilibrio del 2,6% del PBI, señalándose que el primer año de este ciclo, es decir 1984, concluyó con un déficit de 9% del PBI, situación que se mantuvo en forma ininterrumpida hasta 2003, período este en que comenzó el superávit fiscal que se mantuvo hasta 2009, reanudándose otra vez el déficit desde entonces hasta la actualidad, citándose que el presente 2013 cerrará con 5% del PBI de déficit. Se consigna de manera aclaratoria que dentro de los ingresos del sector público no se incluyen las transferencias que hacen el Banco Central y la ANSeS al Tesoro nacional.
De tal modo se llega a la conclusión, según el estudio, que de los últimos 30 años en 23 hubo déficit ya que los gastos superaron a los ingresos, consignándose que "esto marca que, independientemente de los diversos gobiernos nacionales y provinciales, no se ha respetado un concepto económico básico como es la existencia de una restricción presupuestaria lógica y racional para el desarrollo económico del país", para añadir que "ante un faltante estructural de recursos, en cada uno de los períodos democráticos analizados hubo diferentes "cajas" a las que el Estado acudió en la búsqueda de ampliar la disponibilidad de fondos", lo cual conforma una explicación totalmente meridiana en cuanto a lo ocurrido todos estos últimos años y las razones esenciales por las que no se han obtenido otros niveles de crecimiento sostenido.
Como formas de incrementar ingresos, todos estos años se recurrió a la emisión monetaria, emisión de deudas con acreedores extranjeros, creación de impuestos de emergencia que se afianzaron en forma permanente, la estatización de las AFJP y también las utilidades del Banco Central, llegándose a considerar todos ellos como ingresos corrientes.
Aun cuando desde el sector público se idearon formas para aumentar sus ingresos, la velocidad del gasto fue siempre superior, a un promedio de 8% anual en el promedio de los 30 años analizados, mientras que en caso de tomarse sólo los años de desequilibrio, entonces esa diferencia sube al 13 por ciento.
"Luego de 30 años de democracia -se destaca- se puede apreciar que hubo una acumulación de prácticas fiscales que nos depositan de cara al futuro en una economía en la cual la presencia del Estado es mucho mayor, y en la cual los ciudadanos debieran tener claro que de una u otra manera terminarán financiándola".
Debe recordarse que durante este lapso se produjeron varias crisis, algunas de ellas de una profundidad inédita, provocadas invariablemente por las mismas razones, excesiva emisión monetaria, endeudamiento público y gastos fuera de control, factores determinantes de una generación inflacionaria que, en los casos aludidos se volvió incontrolable.
En la actualidad, aunque la presión tributaria es récord, nuevamente se ha vuelto a financiar el gasto público con emisión monetaria, soluciones que es sabido como terminan en caso de no ser contenidas dentro de los tiempos necesarios para implementar un reordenamiento.
Desde 2009 en que el país sufrió el cimbronazo de la crisis internacional, se viene registrando déficit fiscal en forma sistemática. Ese es el primer paso, luego afrontar la solución de la onda inflacionaria.