Economía

Argentina en los boxes. ¿Será igual que como los del Alpine?

SITUACIÓN. Los mecánicos de Alpine no tuvieron un buen fin de semana en el Gran Premio de Hungría.
Crédito: FOTO EFE

Como estamos todos "manija" o "moto" con Franco, al mirar la economía argentina surge una imagen que se parece bastante a seguir una carrera de Fórmula 1. Tenemos velocidad, giros bruscos, banderas amarillas y, a veces, una inesperada esperanza que acelera el corazón.

El último fin de semana, mientras Franco Colapinto quería demostrar que tiene madera de piloto top y el equipo Alpine mostraba algunas falencias en boxes, la economía local vivía su propia vuelta clave: el FMI aprobó la primera revisión del acuerdo con Argentina y desembolsó 2.000 millones de dólares, una señal de que, al menos para el organismo internacional, el plan económico tiene dirección, boxes y pista.

Después de años de derrapes e improvisaciones, el gobierno de Javier Milei decidió jugarse todo a una estrategia clara: ajuste fiscal, tipo de cambio libre (pero controlado en sus extremos) y un Estado que gasta solo lo que recauda consagrando como ley innegociable el equilibrio fiscal. En esa lógica, el veto presidencial a la ley que aumentaba jubilaciones y prestaciones por discapacidad fue una muestra de que el piloto no va a soltar el volante, aunque las tribunas reclamen velocidad y humanismo a la vez.

Es un veto antipático, pero es parte del plan, nos guste o no. Milei apuesta a un superávit primario del 1,6% del PBI este año como condición para estabilizar la economía y evitar una nueva corrida. El FMI, por su parte, bajó la exigencia de acumulación de reservas para este año, reconociendo que el camino es empinado, pero el rumbo está.

El motor que empieza a girar. La economía argentina muestra algunos datos alentadores. La inflación mensual ronda el 1,5%, una cifra que, aunque todavía elevada, está muy por debajo del 25% mensual de hace apenas ocho meses (el miércoles 13 el INDEC difundirá el IPC de julio). El dólar oficial subió en los últimos días, y eso puede traer un pequeño rebote inflacionario -ahora se calmó y su cotización descendió-, pero el gobierno asegura que será “transitorio”. Como cuando el auto entra a boxes, se pierde tiempo, pero se gana rendimiento en la siguiente vuelta.

Además, el FMI estima un crecimiento del 5% anual para 2025. El país empieza a generar superávit comercial, y el Banco Central acumuló 1.500 millones de dólares en reservas. Aún no es suficiente para reabrir el crédito internacional ni levantar el pie del freno, pero es una mejor posición que hace un año. En el retrovisor quedó el déficit crónico que nos empujaba a devaluar y emitir sin control.

Claro que no todo son buenas noticias. El desempleo subió al 7,9% y el trabajo informal creció en más de 200.000 puestos. Hay sectores de la sociedad que no sienten el alivio del superávit ni celebran los números del Excel (pymes que cuestionan la apertura de las importaciones sin restricciones). La recuperación es lenta, y todavía muy desigual. Pero lo importante es que el país no está yendo a ciegas: hay un plan, hay consistencia, y hay voluntad política de sostenerlo.

Como Alpine en la F1, tiene muchas carreras sin resultados pero no abandona la máxima categoría ni su plan de mejora. Argentina también parece haber dejado de improvisar. Falta potencia, claro. Pero hay dirección. Franco Colapinto, con su garra y talento, se está ganando un lugar entre los mejores. No fue de un día para el otro. Tuvo que pasar por la F3, la F2, lidiar con fallos mecánicos y decisiones de equipo discutibles. Pero está ahí, acelerando donde importa. La economía argentina, salvando las distancias, vive un proceso similar: se están cambiando las piezas, se estudia cada curva, y aunque no ganamos la carrera todavía, ya no giramos sin rumbo.

Habrá curvas difíciles y alguna que otra bandera roja. Pero si se mantiene el plan, si se afina la gestión y se incorporan medidas que cuiden a los que más sufren el ajuste, hay motivos para creer. Porque como en el automovilismo, los campeonatos no se ganan en una sola vuelta: se ganan con estrategia, consistencia y decisión. Y en esa carrera, Argentina ya está otra vez en pista.

 

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@GuilleBriggiler

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