Eso que los jugadores deben dar el ejemplo quedó totalmente de lado en la tarde de este domingo. El clásico que jugaban en Los Nogales Ferrocarril del Estado y Peñarol no pudo finalizar. A los 40 minutos del segundo tiempo, y luego del empate que consiguió el local, el árbitro Darío Suárez tuvo que suspender el encuentro por graves incidentes entre los futbolistas, lo que desencadenó en la reacción de ambas parcialidades y la respuesta policial, con una represión desmedida ante los hinchas del elenco de Villa Rosas. Lamentable.

El elenco de la V azulada se imponía 1-0 con gol de Gabriel Leguizamón, de penal, a los 18 minutos de la primera parte. En el complemento, cuando se jugaban 36 minutos, el equipo de Hugo Togni encontró la igualdad, también desde el punto penal, tras la conversión de Alejandro Rabellino. Y allí, la bataola.

Los jugadores de Ferro reprocharon el festejo de Rabellino y sus compañeros y allí una guerra campal entre los propios jugadores, lo que desencadenó la ira de los hinchas de Peña, que ingresaron al terreno de juego y la respuesta inmediate de los locales, buscando ‘venganza’ por mano propia...

Mientras las discusiones continuaban en la mitad de la cancha, la Policía -había una importante cantidad de efectivos afectados al operativo de seguridad- que había ingresado al estadio comenzó a disparar balas de goma contra simpatizantes de Peñarol. A esa altura, el público del equipo de barrio Villa Rosas comenzó a abandonar el estadio.

Las corridas se multiplicaron por diferentes sectores del estadio y allí comenzó la represión policial para con el público de Peñarol, que fue desalojado a los tiros. Incluso, varios estruendos se sintieron en diferentes sectores de la ciudad en su recorrido a barrio Villa Rosas.

Más tarde se compartieron videos sobre los excesos de la Policía, con un hincha de Peñarol tirado sobre el piso, que pese a estar de espaldas e inmovilizado recibía golpes de los agentes policiales, entre ellas dos mujeres de la fuerza.