El encuentro entre Colón y Mitre de Santiago del Estero, correspondiente a la 20° jornada de la Primera Nacional, se reanudó esta mañana y finalizó sin cambios en el resultado: fue victoria por 1-0 para la visita.
Anoche, el lamentable accionar de la hinchada del conjunto santafesino, que lanzó proyectiles al campo de juego tras el gol de Cristian Díaz, obligó al árbitro Felipe Viola a suspender el encuentro alegando que no estaban dadas "las garantías para continuar".
Los 11 minutos restantes y el tiempo adicional tuvo al Sabalero tirado al ataque en busca del empate, pero sin éxito. La visita contó sobre el cierre con la chance del segundo, pero tampoco lo pudo aprovechar.
El dueño de casa sumó su cuarta caída al hilo y el futuro de su entrenador es un interrogante. Más allá de que no se permitió el ingreso de los hinchas, hubo un importante operativo de seguridad ya que se teme que los barras se movilizaran a las inmediaciones del estadio.
El Sabalero está atravesando un pésimo momento institucional y futbolístico, que lo tiene en la 15° posición de la Zona B, muy cerca de los puestos de descenso. Durante cada partido de local se palpa la tensión en el ambiente y ayer la gente explotó. Ya habían cantado varias veces "que se vayan todos" y el gol de la visita fue la gota que derramó el vaso: un sector de la parcialidad local rompió una parte del enrejado y lanzó botellas, piedras y baldosas al campo de juego.
Luego de ver que la situación no se calmaba Viola, en sintonía con los líderes del operativo policial, decidió suspender el partido. Sin embargo, el clima no mejoró: el grupo de violentos no se retiró y esperó a la salida de los jugadores, quienes permanecieron en el círculo central de la cancha y se tuvieron que ir al vestuario protegidos por los escudos de las fuerzas de seguridad. Mientras tanto, otro grupo de la policía reprimía con balas de goma a los violentos de la popular local.