Ayer abrió sus puertas el Centro Metropolitano de Rosario para albergar el programa de charlas y ponencias del 30° Congreso de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID). Es un acontecimiento de gran convocatoria para la producción agrícola nacional y constituye otro de los grandes encuentros del campo en este 2022, donde la agroindustria con todos sus eslabones, retornaron a la presencialidad tras tres años de virtualidad, a raíz de la pandemia de Covid-19.
Para esta ocasión, Aapresid eligió el lema “Un congreso a suelo abierto”, con el fin precisamente de abrir el debate sobre seguir innovando e investigando formas de producir que mejoren los rendimientos, pero a la vez contribuyan al cuidado del ambiente; fundamentalmente, del recurso suelo.
El encuentro se extenderá hasta el viernes y estará nutrido de numerosas charlas que versan sobre diferentes temáticas asociadas a la producción sostenible y los agronegocios, en un contexto mundial complejo de grandes exigencias medioambientales.
El presidente de AAPRESID, David Roggero, reforzó este miércoles la defensa de la siembra directa como un sistema de producción sustentable y que protege los suelos, ante el avance que tuvo en los últimos años la labranza convencional, sobre lo que la institución ya encendió las alertas en numerosas oportunidades.
EL MENSAJE DE LA VANGUARDIA
“Lo que buscamos es adentrarnos en la aventura de abrir algo muy delicado e indispensable para la vida, como el suelo, con el fin de cuidarlo; jamás dañarlo. Porque sin él, la vida es inviable”, remarcó Roggero en la apertura de su discurso inaugural.
El productor cordobés recordó que se están cumpliendo 50 años desde “aquellos primeros locos que nos vinieron a demostrar que el camino que estábamos llevando adelante para producir alimentos, fibras y energías eran equivocados”.
“Hace 10.000 años que el hombre creyó que la labranza era la modalidad indicada. En ese momento, quizás sí lo era. En 2022 podemos asegurar con certeza que el camino indicado es el de la siembra directa. Es tan disruptivo pero evidente, como si alguien nos quisiera decir hoy que se corre más rápido hacia atrás que hacia adelante”, comparó el titular de AAPRESID.
También reconoció que a simple vista quizás cuesta ver las diferencias entre la siembra directa y el arado tradicional, pero enfatizó que es la ciencia la que amplía esa visión, mostrando que no es lo mismo, sobre todo en lo relacionado a cómo la labranza, por mínima que sea, acelera los procesos de degradación de la materia orgánica. Sucede que en tiempos climáticos erráticos y aumento de costos, además de la incertidumbre que plantea el país, muchos productores abandonaron erróneamente las prácticas conservacionistas y volvieron a los métodos tradicionales de arar la tierra, con su consecuente impacto en el sistema productivo.
“El resultado es un suelo carente de vida e incapaz de subsistir como base para el desarrollo de la humanidad. Y esta materia orgánica degradada se transforma además en dióxido de carbono, que contamina. Son cosas a las que debemos prestar atención si queremos que la Tierra siga con vida”, afirmó Roggero.
LOS FRUTOS DE LA TIERRA
Para el presidente anfitrión del encuentro en Rosario, “los casos de labranza, en la actualidad, solo pueden justificarse en casos excepcionales, como aquellos cultivos o frutos que crecen bajo la tierra e inevitablemente hay que remover la tierra para extraerlos”.
En cambio, otros argumentos como “la dificultad de combatir malezas o la baja infiltración, se contrarrestan con otras prácticas agronómicas que son necesariamente complementarias a la siembra directa y que contribuyen también a producir más y mejor, cuidando el suelo”, argumentó Roggero.
“El no remover la tierra es el primer paso de la siembra directa, pero no es suficiente para el objetivo final deseado. Hay que sumar los cultivos de servicios, o lo que nosotros denominamos agricultura siempre verde. Y también devolver al suelo los nutrientes que nos llevamos en granos, frutos o carnes”, mencionó el presidente de AAPRESID. Y resumió: “La humanidad nos exige ser cuidadosos con el ambiente, tenemos que poder dar respuesta a ello”.
UN PÁRRAFO A LA COYUNTURA
Se sabe que en estos cónclaves, la comunidad del agro aprovecha para darse un baño de realidad, apelando a los paneles reflexivos y de análisis socio políticos, si bien AAPRESID es una entidad que representa a productores desde el punto de vista técnico y no gremial empresario, en todos los congresos, el presidente eleva el mensaje sectorial también como signo de compromiso con la realidad del país. En este sentido, Roggero dedicó un párrafo para hacer un pedido a los actores políticos del país.
“Es indispensable tener reglas claras y estables en el tiempo para garantizar la productividad. Se necesitan medidas por tiempos que van más allá de una campaña agrícola o un Gobierno en particular”, enfatizó David Roggero.