Por Alejandro Gariglio. - Según se desprende de la “Encuesta Global Sobre Negocios Familiares 2014”, realizada por la firma PwC[1] (PricewaterhouseCoopers), los principales desafíos que los mismos deberán encarar en los próximos años son la modernización tecnológica, la profesionalización de las empresas y la diversificación para sobrevivir. Esta encuesta, realizada a más de 2300 ejecutivos en 40 países, incluyó a aquellas empresas con un volumen de ventas de entre 5 millones y 1.000 millones de dólares anuales.
En Argentina, se considera Pyme a aquella empresa cuya facturación anual se encuentre en un rango entre los 54 millones y los 250 millones de pesos argentinos, dependiendo del sector productivo al cual pertenezca. Como se puede apreciar, estos valores distan mucho de las empresas encuestadas, más aún si consideramos que muchas de ellas no superan los 100 millones de pesos de facturación anual. Por lo tanto, la pregunta que nos hacemos es: ¿Cuáles serán los próximos desafíos que deben afrontar las Pymes argentinas?
En un mercado en donde la demanda es inferior a la de años atrás, las Pymes Argentinas necesitan afrontar nuevos desafíos orientados a mejorar su productividad para mantenerse competitivas y desplegar su creatividad para encontrar nuevas oportunidades de negocio.
A diferencia de las empresas que participaron de la encuesta antes mencionada, las empresas del medio local deben apuntar a mejorar su productividad con los recursos que poseen, puesto que es factible obtener mejoras de hasta un 30% sin grandes inversiones. Estas mejoras deben estar orientadas a optimizar los procesos, eliminando tiempos improductivos.
La optimización de todos los recursos que intervienen en el proceso de fabricación de cada producto, le permitirá a la empresa reducir sus costos y mantenerse competitiva en sus respectivos mercados. Con respecto al costo de un producto, será muy importante analizar el método de costeo que cada una utiliza para estar seguros de que los mismos se asignaron correctamente.
A menudo, es común encontrar problemas en la asignación de los costos indirectos de fabricación, lo que conduce a tener productos cuyas utilidades estén siendo utilizadas para subsidiar a otros, sin ser advertido por la empresa. En mercados tan competitivos como los actuales, la correcta asignación de los costos permitirá conocer hasta qué punto es conveniente fabricar y comercializar un ítem determinado.
BAJA DEMANDA Y
MUCHA COMPETENCIA
Como dijimos anteriormente, el otro gran desafío que las empresas deberán afrontar cuando forman parte de mercados de baja demanda y mucha competencia, está relacionado a desplegar su creatividad para encontrar nuevas oportunidades de negocio que le generen nuevos ingresos para poder cubrir sus costos y seguir adelante.
Este se torna un desafío fundamental, más aún luego de analizar el informe emitido por la CAME[2] (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), donde la encuesta realizada arroja como resultado que en noviembre de 2014, 8 de cada 10 industrias tuvieron caídas anuales o variaciones nulas en sus niveles de producción. Por lo tanto, es muy importante comenzar a encontrar nuevas oportunidades de negocio que permitan mantener los niveles de producción.
En este sentido, una de las opciones que tienen las empresas es determinar qué subproducto están importando para analizar la factibilidad de producirlo dentro de la empresa para eliminar esa importación. A su vez, ese ítem que sustituyó seguramente le abrirá mercados internos que las empresas del medio local sabrán aprovechar.
¿Y qué pasa con las empresas que son más pequeñas y no importan para su producción? El camino es similar, el objetivo está en determinar cuáles son los recursos de los que disponen y qué pueden hacer con ellos. Sin embargo, es importante estar atento a los avances tecnológicos y los nuevos desarrollos, los cuales influyen en el crecimiento de las empresas. Asimismo, es fundamental la constante capacitación de los recursos humanos.
Otra alternativa es la de recurrir a nuevos mercados ya sean nacionales o extranjeros. En el caso de las empresas pequeñas pueden asociarse con otras para poder exportar de manera conjunta, ya sean piezas complementarias o distintas. De esa manera, el asociativismo les permitirá reducir costos y entrar en mercados para suplir la baja en la demanda de los mercados tradicionales.
Debemos recordar que actualmente existen nuevas formas de comercialización ligadas a la venta por Internet; este es un camino que no muchas empresas utilizan y que presenta un constante crecimiento.
Concluyendo, para lograr el primero de los desafíos, muchas empresas tienen personal capacitado pero sólo resta que confíen en ellos para poder llevar adelante los procesos de mejora. Otras, en cambio, necesitan de ayuda externa pero lo importante es que tengan la predisposición para mejorar. En muchos casos, cumpliendo con este solo requisito la ayuda siempre aparece.
Respecto al segundo de los desafíos, los empresarios de las Pymes argentinas tienen vasta experiencia para continuar con el crecimiento de su empresa y, como muchos aseguran, las épocas de baja demanda son épocas de oportunidades ya sea para mejorar la productividad y reducir costos, o para desplegar su creatividad para encontrar nuevas oportunidades de negocio.
El desafío está planteado, y el año recién comienza...
[1] “Encuesta Global Sobre Negocios Familiares 2014”, http://www.pwc.com/ consultado enero 2015.
[2] “La producción de las PyMES industriales cayó 6,6% en noviembre”, http://www.redcame.org.ar, consultado enero 2015.
El autor es ingeniero y trabaja en el Area Tecnologías de Gestión (INTI-Rafaela).