Notas de Opinión

Cuestión de décadas

Al fin de cuentas, esto de la década ganada o la década perdida, es una cuestión que en la mayoría de los aspectos se encuentra demasiado expuesto y a la vista de todos, y además, en muchos casos sufrido, como para buscarle términos medios. En otros en cambio, existen los matices, esos que pueden ser tan válidos y contundentes tanto de un lado como del otro. La cultura por ejemplo es uno de ellos, rescatada por Guillermo Parodi -hijo de Teresa, la cantante-, quien es titular del Instituto Nacional del Teatro y al hablar brevemente en el acto inaugural del Festival de Teatro en el Belgrano, aprovechó para mandar el chivo al decir que el evento rafaelino había nacido y se había desarrollado en los últimos 9 años, dentro de la década ganada. Hubo aplausos, que no atronaron, pero aplausos al fin, en medio de un ambiente que estaba proclive para hacer sonar las palmas, parte de la fiesta.

En cambio, en algunos otros aspectos, que más que en la sensibilidad impactan en el bolsillo, la década fue un rotundo fracaso. En materia energética por ejemplo, tema reflotado estos días luego del drástico giro de timón del gobierno, que hasta ayer nomás cuando la estatización de YPF hablaba de soberanía y toda la batería de argumentaciones que de tanto usarse parecen desgastadas, aliándose ahora con Chevron para la explotación de Vaca Muerta. 

El acuerdo tiene cierta similitud con el manotazo de ahogado, para ver si al menos se logra poner un freno a este empinado tobogán que es la política energética que viene llevando adelante el gobierno kirchnerista desde hace diez años y siempre bajo la dirección del ministro De Vido, aunque dadas las características personalistas a ultranza de este gobierno, quede claro que nada se hace sin las órdenes de la presidenta Cristina Fernández, tal como antes ocurrió con el fallecido Néstor Kirchner. Un solo dato es contundente: cuando en 2003 asumió esta administración la importación de combustibles era el equivalente del 3% de las divisas que ingresaban por las exportaciones de soja, este año serán el 46%. Para clarificar aún más, hablando concretamente de dólares -esos que ya no se sabe dónde buscarlos para enfrentar este problema-  en todo 2012 se destinaron 9.500 millones para comprar gas, electricidad y combustibles, y en la primera mitad de este año ya se llevan gastados 6.600, con lo cual con sólo mantenerse este mismo nivel en este segundo semestre, estaremos en 13.200 millones. 

Lo que no se hizo en diez años y además, lo que se hizo mal, como por ejemplo haber entrado en un sistema de subsidios del que no se supo salir, ahora se trata de remediar de apuro, recurriendo a los parches. Es verdad que deben venir las inversiones, pero no a cualquier costo. Como este con la petrolera estadounidense, a la cual se le permitirá exportar parte de su producción sin pagar retenciones, pero además, y que es lo más grave, utilizando un sistema  al que se denomina fracking, sobre el cual y para que todos tengamos una mejor comprensión del mismo, recurrimos a la explicación técnica, la cual dice "las principales repercusiones posibles son la emisión a la atmósfera de contaminantes, la contaminación de aguas subterráneas debido a los flujos incontrolados de gas o fluidos causados por erupciones o derrames, la fuga de fluidos de fracturación y el vertido incontrolado de aguas residuales. Los fluidos de fracturación contienen sustancias peligrosas y su reflujo contiene además metales pesados y materiales radiactivos procedentes del depósito". Casi nada. Los antecedentes de Chevron en este sentido son realmente escalofriantes, y no sólo de países periféricos como Ecuador por ejemplo -donde la empresa está prófuga de la justicia y con un embargo de 19.000 millones de dólares, sin vigencia en nuestro país por haberlo suprimido la Corte Suprema- sino en el mismo Estados Unidos, donde hizo estragos con la contaminación subterránea, envenenando el agua de grandes áreas.

Hace un año, izándose la bandera de la soberanía hidrocarburífera, fue diseñado un escenario repleto de exigencias para las petroleras privadas, pero frente a la falta de respuestas y por la opaca performance de YPF desde su reestatización, ahora se dio un giro de 180 grados con Chevrón. Se aceptaron todos sus condicionamientos, incluso el sistema altamente contaminante, tal como ya sucede con las empresas mineras, que  destruyen mucho, se llevan todo y dejan casi nada.

La década deja también otras cosas, vayamos a las más recientes. Como que la justicia ha comenzado a animarse contra la corrupción, aunque la demora haya sido notable. Ricardo Jaime es la muestra, que al parecer y según dicen se quedó con mucho de lo que habría recaudado para la corona.  Aunque esto de lograr eximición de prisión desde su condición de prófugo, tal vez sea un anticipo de cómo se irá resolviendo su situación.Y ni hablar de esta designación del general César Milani, que fue a negar a un juzgado de La Rioja -donde no tiene siquiera una acusación- todos los cargos que se le hacen respecto a su supuesta participación durante la represión durante la dictadura militar. Y aunque menos, también es preocupante cómo con un salario de 15.000 pesos pudo llegar a comprar una mansión de 1.150 metros cuadrados en un barrio señorial como Las Horquetas de San Isidro, lo que hasta ahora y por más vueltas que le dio al asunto no pudo llegar a justificar. Si como dice le sobraban 5.000 pesos por mes, de acuerdo a las estimaciones inmobiliarias del valor de la casa, debería haber ahorrado durante 40 años. Pero bueno, así están las cosas por estos tiempos.

Autor: Roberto Actis

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