Notas de Opinión

Desclasifica documentos el gobierno de Estados Unidos

FOTO ARCHIVO EN DALLAS. John Kennedy con su esposa Jacqueline el 22 de noviembre de 1963.

El gobierno de Estados Unidos levantó ayer el secreto oficial que pesaba sobre 1.491 documentos relativos a la muerte del presidente John F. Kennedy en Dallas (Texas), en 1963.

Los archivos consisten en informes y comunicados intergubernamentales que ahora son accesibles a todo el mundo a través de la página web de los Archivos Nacionales de EE. UU., aunque no incluyen la totalidad de los documentos en poder del Gobierno sobre este asunto.

John Fitzgerald Kennedy tenía 46 años y cumplía su primer mandato como presidente de Estados Unidos cuando fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 al recibir varios impactos de bala mientras viajaba en una delegación presidencial con motivo de una visita oficial al estado de Texas.

Por aquellos disparos fue arrestado Lee Harvey Oswald, quien dos días después, cuando acudía a declarar por aquellos hechos, fue asesinado por Jack Ruby, propietario de un club nocturno de la ciudad de Dallas.

La Comisión Warren concluyó que Oswald había actuado solo en el asesinato. Sin embargo, los diez años que estuvo viviendo en la Unión Soviética generaron amplias y controvertidas teorías conspirativas acerca del magnicidio.

Kennedy fue mortalmente herido por disparos mientras circulaba en el coche presidencial en la Plaza Dealey.​ Fue el cuarto presidente de EE. UU. asesinado (con Abraham Lincoln, James Abram Garfield y William McKinley) y el octavo que murió en ejercicio de sus funciones.

Ese día, a las 11:40 el Air Force One aterrizó en el aeropuerto Dallas Love, después de un corto vuelo de 13 minutos que desde Fort Worth. La comitiva presidencial abordó un Lincoln X-100 (denominado en clave SS-100-X por el servicio secreto), que se puso en marcha hacia el centro de la ciudad de Dallas.

En los asientos traseros se ubicaron Kennedy y su esposa Jacqueline. En la esquina de las calles Houston y Elm, la comitiva debe realizar un giro de 120 grados a la izquierda, lo que obliga a reducir la velocidad de la limusina frente al Almacén de Libros Escolares de Texas.

A una distancia de 20 metros nada más se hizo el primer disparo de los tres que supuestamente habría efectuado Lee Harvey Oswald. Se calcula que en ese momento la comitiva iba a una velocidad de 55 kilómetros por hora.

Luego del tiroteo, el Lincoln abandonó a toda prisa el lugar. "El resto del camino fui abrazada a John, sujetándole la cabeza para impedir que se le saliera el cerebro", relataría más tarde Jacqueline.

Después de una frenética carrera, Kennedy fue trasladado e ingresado al hospital Parkland. Aunque no había ninguna esperanza, los doctores James Carrico y Malcom Perry, no dudaron en intentar lo imposible.

Para reavivar el pulso y la respiración decidieron practicarle una traqueotomía aprovechando la herida de la bala en la garganta de Kennedy, la única visible, además del espantoso destrozo de la cabeza.

Fue inútil, porque aunque le hubiesen devuelto los signos vitales, tenía medio cerebro fuera del cráneo y ya no existía actividad neuronal, como comprobaría el neurocirujano Kemper Clark.

Alrededor de 40 minutos después, se abandonó todo intento y se consensuaron las 13:00, hora de Dallas, como el momento de defunción de Kennedy.

Luego de la autopsia, que se realizó en el Hospital Naval de Bethesda, el cuerpo de Kennedy fue preparado para el entierro y trasladado a la Casa Blanca y expuesto en la Sala Este durante 24 horas.

El domingo siguiente al asesinato, cubierto con la bandera de Estados Unidos, fue trasladado al Capitolio, donde cientos de miles de personas visitaron el féretro.

Finalmente, representantes de 90 países asistieron al funeral el 25 de noviembre en la Catedral de St. Matthew, desde donde fue trasladado al Cementerio de Arlington, donde siguen descansando sus resto.

El funeral fue oficiado por el arzobispo de Boston, el cardenal Richard Cushing, amigo personal de Kennedy, quien había casado a John y Jacqueline, además de bautizar a sus dos hijos.

Autor: REDACCION

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