El INTA financiará 15 líneas de trabajo de la primera convocatoria 2018 del Fondo de Valorización Tecnológica, seleccionadas entre 167 iniciativas. Las temáticas con más propuestas son variedades vegetales y herramientas digitales.
Los proyectos beneficiados podrán utilizar el financiamiento para avanzar en el desarrollo de etapas precompetitivas, agregar valor y reducir el riesgo cuando se encuentren cercanos a la transferencia. El objetivo es profundizar su impacto en el Sistema Agroalimentario, Agroproductivo y Agroindustrial (SAAA) y propiciar el surgimiento de una industria tecnológica.
“En este primer llamado del Fondo de Valorización Tecnológica (FVT) se invertirán 7 millones de pesos”, señaló Germán Linzer, gerente de Propiedad Intelectual y Valorización de Tecnologías de la Dirección Nacional Asistente de Vinculación Tecnológica y Relaciones Institucionales (DNA VTyRI) del INTA.
“En 2019 abriremos una nueva convocatoria”, indicó Linzer quien destacó que “el fondo es toda una novedad a nivel de planificación institucional y de inversión en ciencia y tecnología”.
El enfoque de los proyectos que “priorizan las capacidades de transferencia, la competitividad en mercados y la potencialidad para el surgimiento de nuevos emprendimientos asociativos de impacto en cadenas, sectores e industrias, no tiene antecedentes en el sistema científico argentino”, reconoció Linzer.
El FVT fue reorientado para funcionar como capital inicial o semilla en proyectos institucionales. Esencialmente se trata de apuntar a una etapa de maduración avanzada de los proyectos para facilitar la transferencia, para lo cual el fondo cuenta con dos modalidades: una que distribuye hasta 350 mil pesos, y otra que va desde los 350 mil hasta un millón y medio de pesos.
En un lapso de hasta tres años, los fondos podrán emplearse para la prestación de un servicio, concluir un producto o superar las etapas de riesgo que le permitan al equipo de investigadores o técnicos maximizar las condiciones de transferencia con una empresa.
De esta manera, “implica un esfuerzo de gestión para bajar el riesgo tecnológico y elevar el precio de la transferencia”, indicó Linzer.
Lo importante de esta herramienta es que “modifica el enfoque de investigación en aquellas líneas de trabajo destinadas a la transferencia de tecnología mediante herramientas de vinculación tecnológica”, indicó Gabriela Risso, responsable de la gestión del primer llamado del FVT.
“El investigador con este tipo de orientación, además de su compromiso con la carrera científica y con el resultado alcanzado en el laboratorio, avanza en instancias precompetitivas, lo cual le permite sumar nuevas perspectivas a su enfoque de investigación”, comentó. (Fuente: INTA).