Notas de Opinión

Dinero volátil

Como casi todo en la Argentina, entre el desastre que hubo durante la "década ganada" -y también antes- y el actual gobierno que vino para "cambiar" pero no se atreve a meter el acelerador a fondo y por el contrario avanza con un gradualismo que no se sabe bien si va hacia adelante o retrocede, los problemas siguen estando como siempre, en ciertos casos tal vez peor. El gasto público por ejemplo, alcanzará este año récord histórico, muy superior al del último año de gestión de Cristina Kirchner, a moneda constante. Si a cambio se consiguiera el ordenamiento pretendido, pues vale la pena el esfuerzo, pero si todo se mantiene como entonces, al final del túnel no se vislumbra ninguna luz, por pequeña que sea. Es más, la oscuridad es absoluta.

Las reformas fiscal y previsional continúan en el freezer. Dicen que si el gobierno gana las elecciones de octubre, entonces decidirá meter mano en el asunto y avanzar en ese sentido. Es indispensable, y no estamos hablando de ajuste, la palabra que mete miedo, sino de poner orden dentro de un marco de justicia. Un tercio de los habitantes del país no puede más seguir sosteniendo con sus impuestos y toda la carga impositiva restante -entre las más altas del mundo- a todo el resto, que vive del Estado o directamente está en la pobreza. ¿Existe algún impuesto más injusto que el IVA que pagan por igual ricos y pobres? Sin embargo es uno de los que más aporta a las arcas fiscales.

Entre todo este maremoto de desprolijidades y correcciones pendientes, la ANSeS es la que está yendo directamente hacia el abismo, pues desde hace varios años viene con un déficit creciente, que para este año se anticipa andaría en los 350.000 millones de pesos. Se trata, sin dudas, de recursos volátiles, al alcance para sinnúmero de cosas.

Y nadie hace nada para sacar el pie del acelerador, pues la plata de los jubilados parece que da para todo, menos para ellos. Es cierto que hubo reparación histórica, se pagó una parte de los juicios, pero las deficiencias del sistema siguen tan profundas como antes, tanto de haberes mínimos de 6.394 pesos -el 74% del total de pasivos- como en las prestaciones del PAMI, otro de los sitios convertido en refugio de militantes.

Hoy se paga desde el Estado 8,2 millones de jubilaciones y pensiones, después de los 3 millones incorporados sin aportes durante el kirchnerismo. Un acto de justicia, aunque sin control pues tanto entraron los que en realidad lo necesitaban como otros para los que es apenas un vuelto. Pero además la ANSeS se convirtió también en caja de financiamiento de cuestiones ajenas y sólo de estricta necesidad política, como comprar computadoras, financiar viviendas, darle plata a Scioli para pagar sueldos o prestarle a una automotriz, además de sostener todo tipo de planes y programas que incluyen la asignación universal para 4 millones de menores de 18 años, el Progresar, el Procrear o el Conectar Igualdad. 

Pero claro, hubo mucha idea para gastar y nada de seso para generar recursos, excepción del reciente blanqueo de este gobierno, recursos que, cabe decirlo, ya se acabaron. El anterior se la pasó tirando manteca al techo, las consecuencias están a la vista. Tiempo atrás, claro, bastante tiempo atrás, las cuentas daban ganancia, pero ahora hace varios años que dan pérdidas, están en rojo furioso.

La ANSeS es más que una provincia. Tiene 400 sedes en todo el país y más de 15.000 empleados, con un gasto estimado este año en un billón de pesos sobre el que habrá un déficit de los ya dichos 350 mil millones. Cifras que asustan, casi imposible de ponerle tantos ceros a la derecha.

Sin caer en tremendismos, puede decirse que hoy la ANSeS está frente al abismo. El agujero por donde salen los recursos es cada vez más grande, mientras que el otro, por donde entran, cada vez más chico. 

Además de este, un tema central, tuvimos el lanzamiento de la candidatura de Cristina, todo hecho con fidelidad a su estilo. Ella no confirma, va y viene, pero quiere darle un nuevo mazazo a Randazzo, como cuando lo bajó de la pelea con Scioli por la candidatura presidencial. Todo está aún por verse.

Y como cierre, unas líneas para los diputados, que en medio de este tembladeral social volvieron a aumentarse los ingresos. Y aún peor, tratando de justificarse. El poder judicial recorrió el mismo camino. Justo los que además, tienen privilegios en las jubilaciones. Mientras el sector público vive en el limbo, el privado debe hacer malabares para sostenerlo. Si no advierten que esto así no puede continuar, volveremos a tener el avión sin piloto.

Autor: Roberto Actis

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