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Dolor por el fallecimiento de Luis Adolfo Galván

Passarella, Bertoni, Olguín, Tarantini, Kempes, Fillol, Gallego, Ardiles, Luque, Ortíz y Galván en la final del Mundial '78.
Crédito: PRENSA AFA

Por Víctor Hugo Fux

César Luis Menotti, el director técnico que cambió definitivamente el rumbo del fútbol argentino, a partir de una organización que no existía hasta entonces a la hora de trabajar en la conducción de los seleccionados nacionales, fue muchas veces criticado por convocar a futbolistas de clubes del interior.

De hecho, el "Flaco" decidió formar un combinado del interior con jugadores que no militaban en las instituciones porteñas o del Gran Buenos Aires. Su mirada, en la década del setenta, contra la voluntad del periodismo más influyente, estuvo orientada, puntualmente, a ciudades eminentemente futboleras, como Rosario y Córdoba, todos de enorme capacidad, pero resistidos por los grandes medios.

De aquellos equipos, varios terminaron ganándose sus lugares en el plantel definitivo para la Copa del Mundo 1978, que tuvo como sede a nuestro país durante el mes de junio.

Uno de ellos fue Luis Adolfo Galván, de 30 años y con una dilatada experiencia como marcador central de Talleres de Córdoba, que recibió el aval incondicional de Menotti para ser titular en una zaga que salía de memoria, junto a Jorge Mario Olguín, Daniel Alberto Passarella y Alberto César Tarantini, que le brindaba la protección necesaria a Ubaldo Matildo Fillol.

La prensa terminó rindiéndose cuando se dio a conocer la lista definitiva de 22 futbolistas, aunque con todas las reservas imaginables. Vicente Pernía había sido uno de los que hasta último momento quiso imponer el periodismo, pero el "Flaco" convocó a Olguín para que ocupe la plaza de lateral derecho, confiándole un lugar a Galván al lado del capitán Passarella. El técnico hizo oídos sordos a quienes reclamaban para ese puesto a Hugo Villaverde de Independiente o Roberto Mouzo de Boca Juniors.

Menotti, una vez más, no se equivocó y Galván terminó siendo uno de los baluartes de aquel equipo, a tal punto que en el encuentro final contra Holanda (Países Bajos) fue calificado con un "10" por la mayoría de las publicaciones -entre ellas El Gráfico- por su actuación en la tarde del 25 de junio. Con la misma puntuación habían sido calificados Fillol y Kempres, el cordobés que fue el único "extranjero" convocado, por militar en esa época en el Valencia de España.

Galván era un tiempista excepcional y un gran cabeceador en defensa, pero no frecuentaba posiciones ofensivas ni siquiera en las pelotas detenidas, porque la responsabilidad era de Passarella.

Como periodista acreditado por el Diario LA OPINIÓN de Rafaela, tuve el privilegio de realizar la cobertura de esa Copa del Mundo, asistiendo a la ceremonia de inauguración y al debut de Argentina en el estadio "Monumental" de River Plate, a los partidos de la segunda fase en el "Gigante de Arroyito" de Rosario Central y a final, nuevamente en Nuñez.

Hoy, a casi 47 años de aquel acontecimiento histórico para el deporte más popular en este rincón del planeta, quiero rendirle mi homenaje a uno de los héroes de aquella gesta y a quienes ya nos habían dejado: Rubén Galván, René Orlando Houseman y Leopoldo Jacinto Luque. Y a quien fue el guía de los campeones, el técnico César Luis Menotti, de quien este lunes se cumplió exactamente un año de su fallecimiento.

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