Notas de Opinión

El bache gigante y la Rosario oculta

Prácticamente sin alteraciones, y las hubo fueron tan pocas que ni siquiera las recuerdo, esta columna de los domingos estuvo dedicada a temas de interés general, alcanzando a todos, como por caso la inseguridad, las drogas, los jubilados, el tránsito y sus víctimas, y especialmente, esas cuestiones que hacen a actos de gobierno relativos a la economía que terminan impactando en todos nosotros, que podrían sintetizarse en la inflación, el flagelo mayor, aunque también existen otros. Esta vez en cambio, no sé si como excepción, pero personalizaré la cuestión a abordar, de ahí también el infrecuente uso de primera persona.

Viajar siempre resulta una situación agradable, más cuando se lo hace sin compromisos, sin apuros, por simple placer. Eso, al menos en la teoría, ya que en la práctica la realidad nos muestra algo totalmente opuesto. En especial si uno elige para hacerlo la ruta 41, que atraviesa el corazón de la provincia de Buenos Aires, uniendo Baradero con Castelli -donde se ingresa a la autovía 2- con traza de unos 350 kilómetros. Es una alternativa a veces utilizada para obviar el cruce de la ciudad de Buenos Aires para llegar a Mar del Plata, evitando así los cortes, piquetes y manifestaciones, además de la inseguridad de poder encontrarse con un revólver apuntándote a la cabeza al parar en un semáforo. Algo que incluso puede suceder en la mismísima avenida 9 de Julio, a cualquier hora del día.

Desde siempre la 41 fue una ruta con problemas, angosta, sin banquinas, mal iluminada, señalización deficiente, aunque eso es nada con los baches, pozos y grietas que tiene en gran parte de su traza. Que en algunos sectores están siendo reparados y en otros reconstruyéndose la cinta asfáltica, pero en otros es realmente tremendo, aunque es poco ante el "rey nacional de los baches", en el ingreso a la ciudad de Mercedes, donde la carretera se abre en doble mano. Una especie de lomo de burro al revés, una hendidura de 20 centímetros de profundidad que cruza toda la calzada y que toma por sorpresa por el sitio en que está, y aún marchando a 40 por hora -más que despacio para estar sobre una ruta- el impacto es tremendo, dando la sensación de haber destruido parte del auto y agradeciendo que en ese momento no haya estado circulando alguien a la par pues el choque hubiese sido inevitable.

Me entero con posterioridad, lamentablemente pues hubiese estado prevenido, que este bache ya goza de larga fama, pues fue nota en algunos medios nacionales, incluso en TN por la TV, pero todo sigue igual. Funcionarios realmente irresponsables a quienes les cabe hacerse cargo en una provincia donde todo es color naranja, mucho marketing, muchos medulosos discursos, pero la realidad la muestran estas rutas, eso es inocultable, y seguramente no toda la culpa es de Daniel Scioli, pero lleva ya varios años y las urgencias siguen siendo eso, siempre llevándolas para más más adelante.

Cuando uno se enfrenta a esta clase de situaciones, termina cuestionando muchas cosas. Por ejemplo, ¿para esto tantas exigencias con la licencia de conductor? Ahí si el Estado está presente con energía y exigencia, y está bien que así lo haga, pero ¿no debería proporcionarnos en igual medida las carreteras para desplazarnos? Esta ruta es una burla y la "bache nacional y popular" una verdadera burla, podría decirse una tomada de pelo si no fuera que allí se pone en juego la vida.

Para darles un dato más de lo agradable que suelen ser estos viajes, dejado atrás este calvario de la 41, más el desborde del río Areco y otras demoras de hasta una hora cada una por varios accidentes, por la autopista cerca del ingreso a Rosario, ¡zas! anuncio de piquetes en el peaje y desvío a cargo de Gendarmería. Toda una larga caravana de camiones, autos, colectivos y otras especies, a recorrer varios kilómetros a paso de hombre por la zona sur del que puedo denominar "Rosario desconocido", en medio de zonas marginales, donde decenas de miles de personas viven en condiciones infrahumanas, en casillas y chozas que a veces no son siquiera eso, en medio de un gran basural que los rodea. ¿Salud, educación, agua, luz, seguridad? Sólo para los discursos, la realidad es la que muestra la luz del día.

Una escena me quedó grabada, por lo patética y conmocionante: cuatro hombres tomando mate y cerveza debajo de un árbol, rodeados por la inmundicia y todas sus consecuencias, polvareda y bolsas de basura volando en todas direcciones, mientras compartían el cuadro un enorme cerdo y varios perros que los observaban con atención y hasta parecían estar escuchando lo que conversaban. Un cuadro que incluso supera aquellas películas del neorrealismo italiano, tras la guerra.

Y un breve cierre sobre el juez Zaffaroni, quien con su medular proverbia nos advirtió a los argentinos que "si en la próxima elección no gana un kirchnerista se viene el caos". ¡Un demócrata de aquellos! Ah, si por algún distraído no lo tiene presente, es miembro de la Corte Suprema de Justicia.

Autor: Roberto Actis

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