Los ánimos están crispados en el sector agropecuario. Está claro que el “enemigo” en la actualidad es el Gobierno nacional, que no detiene sus embates y cada vez que puede vuelve a subir al ring a los productores. Pero ahora, hay otra “grieta” y ocurre en el sector privado. A fines de la semana pasada se conoció el “portazo” que pegaron en el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), las entidades más representativas de la Mesa de Enlace. Primero fue Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) e inmediatamente después presentaron sus dimisiones Sociedad Rural y Federación Agraria. Independientemente de la continuidad de CONINAGRO, es evidente que la relación se quebró entre la agroindustria y el campo.
“Habiendo analizado los hechos transcurridos y las medidas anunciadas en los últimos 18 meses por parte del Gobierno, algunas de ellas siendo tratadas previamente con representantes del CAA, entendemos que los perjuicios que recayeron sobre los productores representados legítimamente por nuestra entidad ameritan que nos desvinculemos”, indicó CRA mediante un contundente comunicado en el que marcó las diferencias existentes.
En ese sentido, la entidad confederada expresó que “el proyecto primigenio del CAA sostenía el propósito central de elevar exponencialmente las exportaciones y con ello la creación de puestos de trabajo, ambas ideas desnaturalizadas de cuajo, por el cierre de exportaciones y cupos. Las pocas medidas tomadas en relación al Consejo, han sostenido las diferencias y han significado un severo perjuicio a la producción primaria”.
En el final del comunicado, la entidad que preside Jorge Chemes reconoció la presión de las bases confederadas para dar un paso al costado: “venían solicitando hace meses el alejamiento para evitar avalar con nuestra participación medidas a nivel de gobierno que solo sirven para otorgar prebendas y privilegios a otros intereses sectoriales, y que perjudican a los productores.
En la misma sintonía, y en el marco de no haber podido encontrar los consensos necesarios dentro de ese espacio, la Sociedad Rural Argentina también ha decidido retirarse del Consejo Agroindustrial. “Vamos a seguir bregando por reglas claras y de largo plazo con el objetivo de darle sostenibilidad a la producción agropecuaria. Entendemos que el funcionamiento adoptado en las últimas semanas no es el que aspiramos los productores” expresó el presidente de la entidad, Nicolás Pino.
“DEJA MUCHO QUE DESEAR”
El presidente de Federación Agraria, Carlos Achetoni explicó los motivos que pesaron para el alejamiento del CAA: “nos sumamos a este Consejo entendiendo que, de la pluralidad de las voces, podríamos construir un futuro mejor para nuestro país, pero a un año de su creación e infinitas maratones de reuniones ejecutivas y técnicas (en donde intentamos alcanzar, sin buenos resultados, los consensos necesarios para lograr las políticas públicas que necesitan los productores agropecuarios del país, especialmente los de menor escala, a quienes representamos) hemos decidido retirarnos de este espacio que hemos conformado con expectativas, pero que sentimos que hoy lamentablemente nos perjudica”.
Y agregó: “el funcionamiento del CAA en el último tiempo deja mucho que desear, pues sentimos que, ilógicamente, quedamos avalando medidas que perjudican a nuestro sector. De hecho, claramente favorecen la concentración y los más perjudicados somos los más pequeños de escala”
Desde la entidad manifestaron que siguen abiertos al diálogo, “pero uno que sea serio, con propuestas de políticas públicas que nos contengan, que nos den previsibilidad y reglas claras, para que todos podamos trabajar pensando en producir”. En ese sentido, Achetoni reflexionó: “no queremos estar todo el tiempo con temor ante las infinitas trabas que día a día se dedica a instalar este Gobierno, desde que asumió, a favor de los mismos vivos de siempre”.
LA POSTURA DEL CAA
El CAA emitió un comunicado días atrás para fijar su postura ante las renuncias de las entidades agropecuarias.
“Las 61 Entidades Miembros reafirmamos el objetivo de consolidarnos como una organización horizontal, democrática, sin sesgos políticos o partidarios, sino con la única vocación de convencer a toda la dirigencia argentina de la necesidad de lograr una política de Estado agroindustrial y federal, que promueva la producción, el consumo, y las exportaciones sin distorsiones. Esta meta es un largo proceso que tiene dificultades evidentes, pero donde vale la pena el esfuerzo colectivo y unido”.
Sobre los temas candentes que afectan al sector agropecuario, desde el Consejo indicaron que “en múltiples ocasiones, de manera clara y concreta, nos manifestamos en contra de cualquier tipo de restricción a las exportaciones, ya que consideramos que son el factor principal de generación de divisas y creación de empleo que ayudará a nuestro país a salir de la crisis”.
Por último, y confirmando que este año perseguirán los mismos objetivos, reafirmaron “la vocación de dialogo y construcción de consensos, como único camino para convencer a la política en general y al Gobierno en particular, que la Agroindustria en su conjunto es el principal aportante a la economía del país y como tal debe ser considerada”.