Notas de Opinión

El choque entre realidad y ficción

Después de este verdadero enchastre que hicieron del fútbol el gobierno nacional y la AFA, donde además de darle un golpe a lo deportivo nos costaría de nuestros bolsillos unos 1.500 millones de pesos, con el promocionado objetivo del "fútbol para todos", aunque en realidad y como se sospecha con indicios bastante sólidos, el verdadero interés que dio origen a la metodología fue perjudicar al grupo Clarín que televisaba cobrando el abono, ganar simpatías por ofrecer el fútbol gratis -aunque de gratuito no tenga nada-, tratar de congraciarse con la acongojada y descendida hinchada de River, y por sobre todo ¡pensar en octubre!, quedó claro que el tiro les salió por la culata. Una vez más, ya que con hacer un ligero repaso sobre los más recientes acontecimientos, basta y sobra.

Da la impresión, que estos dos mundos que se han creado, el artificial y el real, han comenzado a colisionar. Es que, el sostenerse en la negación de los hechos -inflación, pobreza e incluso los mismos resultados electorales, además de esta directa intervención en el fútbol negada apenas aparecieron los rechazos de la gente- es algo que por una simple mecánica del uso del sentido común, no puede terminar bien. Y los efectos han comenzado a exponerse en la superficie cotidiana.

La imprevisión alarma. ¿Cómo puede explicarse que el domingo se recibe una paliza electoral en Santa Fe con fuerte influencia del voto chacarero y al día siguiente se amplíe el cupo de exportación de trigo? Si así son las políticas oficiales, accionadas por impulsos, los resultados no pueden ser otros que estos desmanejos que están a la vista de todo el mundo.

Pero si algo faltaba para poner aún más en evidencia lo que se trata de negar, fue la carta abierta de Alberto Fernández, quien durante 5 años fue fiel ladero y defensor del matrimonio Kirchner. La respuesta que dio a las acusaciones que hizo Cristina en el libro "La presidenta" de autoría  de Sandra Russo -próximo a salir en circulación-, donde lo ubica como vocero del grupo Clarín en el gobierno durante todos esos años, fueron graves, llegando a calificarla de fabuladora, que no es otra cosa que mentirosa, aunque suene mucho más duro. Y también de inventar hechos para convertirse en la heroína y protagonista de los mismos. En realidad, se trata de una cuestión personal, entre el Fernández ex jefe de gabinete y la Fernández presidenta. ¿Quién miente? Ellos seguramente lo saben, pero las acusaciones y cosas que se han dicho son públicas, y por lo tanto ingresan en el tema que la gente conoce por estos días, y por supuesto juzga, dando lugar a muchas presunciones.  

Este domingo puede ser el tercer duro contraste electoral consecutivo del kirchnerismo, y tampoco aquí las consecuencias no son asumidas, al menos por parte de la presidenta Cristina -que resuelve absolutamente todo, desde una lista en La Pampa a cómo debe hacerse el campeonato de fútbol-. Luego de este balotaje porteño, y del fracaso del domingo pasado en Santa Fe, vendrá Córdoba, donde De la Sota se plantó al no aceptar que le impongan el vice y los diputados, cortando con el kirchnerismo. Un muy mal camino por recorrer hasta las primarias del 14 de agosto, un punto de inflexión clave para las presidenciales del 23 de octubre, pues allí quedará expuesta la verdad de quién es quién. O mejor dicho, si Cristina está más allá del 40% y quién de la oposición se le aproxima y  a qué diferencia, apuntando a la incierta segunda vuelta.

Todo es tan cambiante que el manejo de sensaciones también va dándose de ese modo. Hasta algo más de un mes atrás el triunfalismo de "Cristina ya ganó" era tal, que en la misma oposición había desbande, huyendo Macri y Pino Solanas de las presidenciales y buscando refugio en la Capital, enfrentando a un kirchnerismo históricamente débil. Le fue muy bien a Macri -que seguramente ratificará hoy-, pero dado el cambio de condiciones, ¿no estará arrepentido del paso al costado en la carrera presidencial?

Es que la situación es hoy diferente, la sucesión de actos fallidos del gobierno y de su entorno, comprometieron seriamente la invencibilidad que se proclamaba para octubre. La oposición, con todos sus equívocos y escasa imaginación, está creciendo, recibiendo impulso de parte del mismo oficialismo. Una característica que, poco más poco menos, siempre ha sido de ese modo. El propio kirchnerismo es quien más aporta a su propio deterioro.

De aquí a octubre quedan tres meses, y tal como ahora cambió lo que parecía inmodificable, puede volver a ocurrir. Nadie puede saberlo con certeza. Por ahora, los efectos del destrato, los coletazos del caso Schoklender y los burdos manejos de la justicia, la cada vez más tirante relación con la CGT, el mal pago a la lealtad, las incursiones de La Cámpora, la persecución de los Noble Herrera, el consejo de no apostar al dólar de la Presidenta cuando ella y su familia tienen enormes depósitos en esa moneda -entre muchísimos otros de una larga lista- están haciendo sentir sus efectos, y muy fuerte.

Además, el brusco distanciamiento de Carlos Reutemann es todo un indicio. Si algo se le reconoce, es olfatear con anticipación los que otros advierten más tarde. Pero claro, quedan tres meses, y aquí puede pasar todo, hasta lo menos pensado.


























Autor: Roberto Actis

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