Notas de Opinión

El club de los Macri

Por Rodis Recalt (*)


La relación tensa entre Franco Macri y su hijo mayor nunca fue un secreto, pero Mauricio y el equipo de campaña del PRO supieron sacar provecho de esa pelea. Cuando arrancó su carrera política, Macri tenía un alto componente de imagen negativa que estaba vinculado a su paso por SOCMA, la empresa familiar que había fundado y comandaba Franco. Para los porteños Macri era sinónimo de “Patria contratista”, “evasión”, “estafa”, “dictadura” o “menemismo”. Entonces, ¿cómo convencer a esos potenciales electores de que él no era eso? Se eligieron dos caminos. El primero fue sacar de cuajo el apellido. Para los cerebros de la campaña, el candidato debería empezar a ser Mauricio a secas. Sin el Macri. Esta estrategia además tenía la ventaja de generar cercanía con la gente. Lo segundo fue sobreactuar las diferencias para que se notara que Mauricio no es Franco. Cada vez que Franco hacía una declaración, Mauricio contestaba. Así lograba diferenciarse. Esta mirada es compartida por amigos del Presidente, familiares y funcionarios del Gobierno.

Para Franco también era ventajoso el marketing de diferenciarse de su hijo. Tenían objetivos diferentes. Mauricio era la oposición al kirchnerismo y Franco, como buen empresario, era oficialista. La relación tensa entre  era la oposición al kirchnerismo y Franco, como buen empresario, era oficialista. En enero del 2014, Franco Macri dijo en un reportaje con la revista Noticias una de sus frases más resonantes de los últimos años. “Si digo lo que realmente desearía, me van a matar, pero lo digo igual: para mí, el nuevo presidente tiene que salir de La Cámpora”, lanzó. Semejante condescendencia sólo se explicaba en el interés de Franco por reactivar sus negocios entre China y la Argentina. Estaba convencido de que en el 2015 tenía que continuar el kirchnerismo. También hacía hinchada por Daniel Scioli. Pero desde que asumió su hijo, su mirada cambió.

En un reportaje con el diario La Nación, dijo que Cristina Kirchner había sido la “destructora del país”. Y hasta recordó una gestión que él había hecho para Néstor Kirchner. “Una vez, me llamó Néstor con Oscar Parrilli para que acercara al país a China. Ellos no querían préstamos; querían asociarse con los chinos. Había funcionarios o empresarios, como los De Vido, los López, que me disgustaban completamente. Les conseguí un préstamo por 10.000 millones de dólares y les dije que usaran eso. De ahí en más lo que hubo fue pura corrupción”. Nunca había dicho una palabra, hasta hoy. En el entorno de los Macri ya se acostumbraron a ese tipo de contradicciones. Se las adjudican a su eterno oficialismo y también a los achaques de la edad.

En la misma nota, Franco le puso cinco puntos al primer año de gestión de su hijo. En la primera conferencia de prensa del año, el tema fue ineludible. “El cinco de mi papá, teniendo en cuenta lo severo que es especialmente conmigo, es como un 10 tuyo –le respondió a la periodista Mariel Di Lenarda–, así que estate tranquila que anduvimos muy bien”. Franco también habló de su archienemiga, Elisa “Lilita” Carrió. “¡Es fantástica! Es un faro para el país. No le importan los honores, ni ganar plata. ¿Dónde encontrás alguien así? Si estuviera en la ONU, sería Mandela. Después, tiene su estilo, que suma. Si la tuviera en mi equipo y no se subordinara, acordaría entre ambos cuál es el resultado final que se busca. Al margen de lo que piense mi hijo, Lilita se ha equivocado poco y nada”, exageró Franco. Los amigos del Presidente desconfían de estas declaraciones.

Ante la sociedad parecería que Franco y Mauricio estuvieran todo el tiempo tirándose dardos venenosos, pero lo cierto es que Mauricio, a pesar de su trabajo como Presidente, es el que más ve a su padre. Hasta siguen jugando al bridge una vez por semana en la casa de Franco, en Barrio Parque. Mariano y Gianfranco casi ni lo visitan. “En la vida, cuando priorizás el trabajo, la familia o la política, descuidás el resto. No se puede ser bueno en todo. Y Franco eligió el trabajo, por eso sus hijos nunca fueron como él quiso”, reflexiona otro amigo del Presidente con despacho en la Casa de Gobierno. Desde que Mauricio se convirtió en presidente, la belicosidad de Franco menguó, pero aún así no deja de ponerse en el lugar del protagonista. En alguna oportunidad hasta se adjudicó el éxito de su hijo. “Si con todo lo que te hice llegaste a presidente, tan malo no fui”, se jactó Franco ante Mauricio. (Publicado en Noticias).

Autor: Redacción

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