Salvo la quinta banca, que es siempre la más esquiva y suele repartir chances abiertas, todo lo demás se resolvió tal como habían sido las primarias. El Frente Progresista repitió la victoria, consagrando como electos a la socialista Natalia Enrico y al radical Germán Bottero; aunque descontó distancia el Frente para la Victoria quedó segundo, llevando a las bancas a Chany Fontanetto y Marcelo Lombardo; completó el quinteto el macrista Lalo Bonino, que serán finalmente los que asumirán en diciembre para completar el Cuerpo legislativo con el oficialista Daniel Ricotti, el radical del Frente Luis Telesco, el macrista Hugo Menossi y el peronista parrista Silvio Bonafede.
Hasta aquí los datos, que son por cierto los que cantan, pero estas elecciones dejaron bastante más. Por ejemplo, un repaso de antecedentes, dando cuenta que en 2001 -cuando en plena crisis del "que se vayan todos"- la dupla de candidatos a concejales por la entonces Alianza Santafesina integrada por Rodolfo Enrico -el papá de Natalia- y Víctor Fardín, le había ganado al oficialismo que viene gobernando la ciudad desde 1991, cuando entonces sus dos cabezas de aspirantes a concejales eran Luis Castellano y Alberto Menardi. Los mismos apellidos volvieron a repetir la historia.
Pero claro, lo que vale es el presente. El Frente Progresista arrasó la provincia, y por aquí no fue la excepción, ya que además de Rafaela -donde tuvo la performance más ajustada con 460 votos de diferencia-, ganó el total del departamento Castellanos y se quedó con las otras dos ciudades, Sunchales y Frontera, tanto con diputados como concejales. Es verdad que bajaron más de 1.500 votos de las primarias, pero al fin de cuentas eso debe tomarse como una demostración de fortaleza, ya que el aporte socialista neto era de 5.939 votos y el resto de otras tres listas, dos radicales puras y la restante de la agrupación de Fardín.
Será la primera vez, desde 2007 en que gobierna la provincia el Frente, que el socialismo tendrá una banca en el Concejo, aunque antecedentes existen, cuando el socialismo se debatía con Guillermo Estévez Boero en la provincia, alcanzando aquí una banca Héctor Tobke por el movimiento Honestidad, Trabajo y Eficiencia. Hace a la historia, pero lo que importa es el presente, y mucho más todavía el futuro, pues todos tienen la vista puesta en 2015, cuando la que esté en juego sea la intendencia, el premio mayor.
El oficialismo en tanto sumó 2.346 votos más que en las primarias, pero sólo le alcanzó para prolongar la definición hasta el final, aunque logró el objetivo de retener las dos bancas que dejarán Jorge Maina y Nora Gramaglia. Llevar la mochila de la identificación con un gobierno nacional cada vez más resistido, y ahora también vapuleado en las urnas, es un peso demasiado grande. Son costos muy importantes a pagar, aun cuando aquí las formas sean distintas.
Turno de Bonino, gran ganador del domingo, que se quedó con la coqueteante quinta banca. Remontó los 1.700 votos que le había sacado Tati Parra -que por el contrario se le achicó la suma en 250, siendo el único de los que alentaba chances que experimentó esa variable-. Por el run-run de los días previos se sabía que Bonino iba a estar en la definición. Por lo tanto no fue sorpresa, estaba en los cálculos, el ex midachi Del Sel empujó muy fuerte.
Otro que sumó casi 2.000 votos con relación a agosto fue Lisandro Mársico, superando los cinco millares y ubicando más decorosamente al PDP, aunque será esta la primera vez en estas últimas décadas que la democracia progresista se quedará sin banca en el Concejo, cuando Luis Peretti se vaya en diciembre.
En cuanto al resto de los que ayer completaron la oferta electoral, Hernán Camusso sumó unos 700 votos pero quedó lejos; Lolo Bauducco sacó un puñado de votos menos que en las primarias y dejará su banca en diciembre, confirmando que su caudal de otros tiempos se ha esfumado; Alejandro Ferpozzi también sufrió la sangría de casi medio millar de votos; Mariano Zurvera y Claudia Clivati no llegaron a los 900 sufragios, cerrando Jorge Quevedo con un apenas un puñadito.
Se viene un nuevo Cuerpo parlamentario, no sólo por la incorporación de los electos ayer -cuatro debutantes absolutos en el ámbito legislativo, junto al experimentado Bottero que retorna-, donde la división estará claramente marcada entre el oficialismo que mantendrá 3 bancas y el Frente Progresista que sumó uno y por lo tanto también tendrá 3 bancas. Cobrará relevancia el macrismo, que ahora contará con dos representantes; en tanto que el parrismo seguirá con uno. Lo dijimos en algunos comentarios anteriores y volvemos a reiterarlo, se viene un tiempo en el cual las negociaciones entre bloques deberán ser intensas, mucho más que hasta ahora.
La relevancia que adquirirán los macristas Menossi y Bonino, como así también Bonafede del parrismo, será crucial para cuando haya que resolver asuntos en los cuales estén en distintas veredas los dos Frente. Cuando haya que elegir autoridades se podrán ver los primeros escarceos, seguramente, un adelanto de lo que se viene.
Pero claro, más allá de los dos años de este Concejo que se viene a partir de diciembre, la verdadera mira todos la tienen puesta en 2015 cuando se deban elegir cargos ejecutivos. Algo parecido a lo que sucede en la Nación, y un poco menos en la Provincia, también ocurrirá aquí en Rafaela. Nunca como en estos 22 años esa posibilidad estuvo tan abierta como se presenta ahora.
Es posible que bastante complicada la tenga Castellano entonces, tocándole justo a él que posiblemente haya sido el más dialoguista y abierto de todo este ciclo. Aunque mejor, poner violín en bolsa y no tratar de profundizar anticipaciones de este tipo, aunque por lo bajo es de lo que todos hablan. De todas maneras, en un escenario tan cambiante como es el que se desenvuelve la política argentina, algo más de dos años es un trayecto de longitud exagerada. Mejor esperar.