Pero, ¿cuál es la razón para aceptar este costo? Ahora que ya se conocen las verdaderas intenciones de la casta de poder iraní; que los familiares de las víctimas han expresado su disconformidad y que se han ventilado, una tras otra, las inconsistencias del acuerdo, ¿por qué seguir adelante?
¿Con qué sentido desandar la firme voluntad demostrada por el ex-presidente Néstor Kirchner, figura hagiográfica del actual gobierno, en defender a rajatabla la investigación del fiscal Alberto Nisman y castigar a los culpables? ¿Desde dónde debe entenderse este modelo de verdad sin justicia que se pretende imponer olvidando que fue, precisamente, el kirchnerismo quien transformó en un acto de justicia la verdad -investigada sin la consecuente reparación en los años 80- sobre los crímenes del terrorismo de Estado?
Y por otro lado, ¿a qué verdad estará orientada esta Comisión de notables, creada por el acuerdo, que sea tan distinta de la investigación argentina? ¿Se estará reflotando, acaso, la hipótesis de la pista siria o la teoría del autoatentado, sostenida oficialmente por las autoridades iraníes? En verdad que las posibilidades que abre este acuerdo huelen a catastróficas.
Sin embargo, no tengo la menor duda que el Gobierno nacional seguirá adelante en este empeño por allanar el camino a la normalización de relaciones. Aún a pesar de todo esto. Es que el empobrecido gabinete actual, víctima de la encerrona creada por sus propios errores, ha comenzado a instalar a la Argentina en la órbita de las vinculaciones internacionales promovidas regionalmente por Venezuela (China, Rusia y, por supuesto, Irán). Un marco por demás funcional y propicio al modelo extractivo exportador vigente. Bastaría con recordar que el otrora Imperio Celeste se erige, desde hace años, como el gran dinamizador del mercado mundial de commoditties.
Por ello, dentro de esta instancia de subordinación a la nueva división internacional del trabajo, el comercio de granos constituye un segmento muy sensible para el gobierno. Vale la pena recordar que, por defender los precios internos de las corporaciones exportadoras en 2008, el kirchnerismo debió soportar el peor resultado electoral de su historia un año más tarde. Actualmente, el mercado iraní constituye un objetivo no menos importante que aquellas retenciones móviles para el exclusivo club (donde se cuentan, entre otras, Cargill, Dreyfus, Bunge o Nidera) que controla el 80 de las exportaciones de granos en la Argentina
Tales oligopolios -según estadísticas oficiales del INDEC- registraron exportaciones con destino a Irán entre 2010 y 2012 por un monto de 1.102.012.535 dólares. Según reportó el diario Perfil, este fue el valor por 4.090.285 de toneladas exportadas entre cuyos granos se encuentran la cebada, el maíz, la soja y hasta el arroz.
Frente a tales cifras, es de esperar que ningún relato sobre el desprecio de los derechos humanos, laborales o de género de la teocracia integrista -o las propias imágenes de aquel horrendo atentado terrorista ejecutado en el corazón mismo de nuestra soberanía popular en 1994- pueda conmover el corazón de los presuntamente jóvenes funcionarios de confianza de la Presidente, ya que su matriz noventista jamás les permitirá anteponer la responsabilidad histórica -o las simples ilusiones- a un buen negocio.
Fuente: noticia díaxdía.