Notas de Opinión

Elecciones, el feriado que no fue y Kadhafi

El de hoy es un domingo muy especial, pues se decidirá la conducción del país en los próximos cuatro años. Una fracción que puede pasar como un relámpago si la dimensionamos en el tiempo, pero que en cambio trasladada al presente y como parte de nuestra vida, puede resultar una eternidad. 

Una jornada electoral, que además de toda su trascendencia, la responsabilidad cívica y todas esas invocaciones clásicas de estas ocasiones de enfrentarnos a las urnas, tiene bastante de extraño. Más si echamos la mirada hacia atrás, sin esforzarnos demasiado, apenas en los dos últimos años, en los cuales los cambios de escenario fueron realmente notables, pasando de un extremo a otro con la facilidad que alguien puede cambiar de vereda. Del cielo al infierno, y viceversa, sin parada por el purgatorio. Así fue la cosa.

Tanto de tal manera que se llega a esta instancia electoral con expectativas reducidas al mínimo, frente a una perspectiva que quedó claramente definida en las primarias de agosto, donde son muy pocas las instancias que pueden generar interés. Las certezas son mucho más que las incertidumbres. Raro para una elección, pero así están dadas las cosas.

Y no avanzamos más por cuestiones de veda. Es poco y nada lo que puede decirse, además casi no hay elementos que permitan fundar especulaciones.

En lo estrictamente local en cambio sí existe una definición peliaguda, que no tiene influencia alguna en la suma total, pero sí en ciertas cuestiones personales. Es que aquí, en el corazón del territorio de Perotti -donde nunca perdió una elección- en las primarias Binner le ganó a Cristina por un puñadito de votos, en una definición que por tan ajustada deja margen para la expectativa.

Donde sí en cambio apunta la atención, es en el clásico "día después", que aunque no sea con tal exactitud, exige cierta premura habida las circunstancias. Es que algunas de las "correcciones" de las que habló la misma presidenta Cristina Fernández, que es muy posible que ya se encuentren diagramadas, quizás deban apresurarse. La baja de reservas a 47.000 millones de dólares y la acelerada fuga del circuito circulatorio de esa divisa, deja vislumbrar que se intentará algo más que sólo continuar desvalijando al Central. Además, está el tema de los subsidios al transporte, la energía, el gas y algunos comestibles, que este año terminarán insumiendo 80.000 millones de pesos y se han tornado insostenibles. Esto, aparece entre lo de mayor urgencia.

Más allá de las elecciones, la semana tuvo el centro de atención en Libia, con la muerte del dictador Kadhafi, que durante 42 años gobernó con mano de hierro, sometimiento y una crueldad sin par a una nación que sufrió durísimas consecuencias de un ciclo que ahora llegó a su fin. Ojalá puedan reorganizarse.

Cuando poco tiempo atrás se anunció la muerte de Bin Laden a manos de tropas especiales estadounidenses, el mundo entero lo puso en duda, pues no se habían difundido imágenes del cadáver. Esta vez sí se cumplió ese cometido, con fotografías tan espeluznantes, tan horrorosas del cuerpo perforado y ensangrentado de Kadhafi, que aquí mismo en este Diario, llegado el momento de la decisión, y aunque ello no signifique ocultar la realidad o parte de ella, para evitarles a los lectores un mal momento, especialmente a los impresionables y por sobre todas las cosas por una cuestión de estilo, optamos por no publicar esas imágenes.

El mundo entero mostró su satisfacción por el final de la guerra civil que se prolongó ocho meses en Libia, con un saldo de 25.000 muertos y enorme destrucción de sus principales ciudades, pero por sobre todas las cosas por la muerte de Kadhafi. Ese mismo que hasta no hace mucho, todos los países recibían con honores junto a todas sus excentricidades, estableciéndose con sus enormes carpas y llevando un enorme séquito en el que había hasta medio centenar de familiares, funcionarios de todas las escalas, seguridad, cocineros, sirvientes. En una visita de hace unos años a Washington, llevó también un par de caballos, que montaba durante las tres mañanas. Eso, mientras el pueblo libio se debatía en la miseria. Situaciones bastante frecuentes, que en realidad no es menester repasar ahora, pero quien más quien menos conoce, o recuerda.

¿Y el feriado para el día de Rafaela? Continúa el debate, nada se resuelve, la responsabilidad va y viene de un lado hacia otro. Aunque podría decirse, igual que siempre. Los favorecidos son los empleados públicos de todos los niveles y oficinas, esos mismos que cobran sus sueldos por el impuesto que aportan los que mañana trabajan. ¿Y si desde mañana todos se ponen en campaña para ver qué se puede hacer para el 24 de octubre de 2012?  No estaría mal actuar con algo de previsión.

Autor: Roberto Actis

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