El Dr. Rubén Ferrero se integró a la Sociedad Rural de Rafaela en 1994, con la intención de pertenecer a la institución más representativa de los productores en la región y trabajar por el bienestar y desarrollo del sector ruralista. A los pocos años de haber ingresado, evidenciando una capacidad innata para liderar equipos de trabajo y testimoniando su vocación por la representación sectorial, sus colegas lo eligieron como presidente de la institución. Era el año 2002. Allí comenzó un camino que no se detendría hasta estos días, cuando finalmente y luego de atravesar los cargos más importantes del gremialismo rural local, provincial y nacional, decide ponerle fin a su carrera institucional, como vocal de la Rural y vicepresidente de CRA.
“Me retiro de la faceta pública, de la integración de comisiones directivas pero lógicamente seguiré ligado al sector agropecuario, como productor desde mi empresa y trabajando por lo que uno cree y piensa es lo que se necesita para que Argentina se desarrolle, siempre de la mano de un campo en movimiento, en crecimiento y sin las trabas que venimos teniendo desde hace muchísimo tiempo”, contó Rubén Ferrero al programa radial ADN Rural.
“Por supuesto que lo que hice lo encaré siempre con muchas ganas, con la intención de beneficiar a la gente que uno representaba, pero también es cierto que hubo un desgaste personal que vino por añadidura a ese compromiso”, admitió quien atravesó años claves del país como presidente de la Rural de Rafaela, entre 2002 y 2005.
“Cuando fui presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (CARSFE) -entre 2007 y 2011- tuve que recorrer la provincia de punta a punta, y parece que no es tan grande hasta que hay que unir a las 35 rurales del territorio santafesino, lo que se multiplica cuando pasamos al plano nacional”, explica Ferrero, referenciando el arduo trabajo que implica representar a una entidad tan federal.
“Ya como presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) –entre 2011 y 2015- el trabajo se hizo más intenso aún, porque allí hay que representar a productores de lugares muy diversos, donde no es lo mismo la producción de Santa Cruz que la de Misiones o Formosa y sin dudas que abarcar todo eso conlleva un desgaste”. A su vez, “todas las cuestiones políticas se cocinan en Buenos Aires y allí hay que estar atentos a cualquier tipo de reunión o convocatoria”, advierte Ferrero y agrega: “como todos saben, presidir estas entidades es algo que los productores hacemos ad honorem y eso por supuesto insume tiempo y recursos personales, que uno podría invertir en su propia empresa. Pero esa falta de retribución la compensa el honor y el placer de representar a tus colegas, conociendo gente en todo el país, haciendo amigos en todas las provincias y por si fuera poco, adquiriendo una visión de las distintas problemáticas que ocurren a lo largo y a lo ancho de nuestro país, no sólo en lo referente al sector, sino también desde el entramado sociocultural de cada región”.
A pesar de tamaño esfuerzo por asumir esta representatividad sectorial, Rubén concluye: “no sólo que no me arrepiento en absoluto de haber dedicado gran parte de mi vida a esta función gremial, sino que la recomiendo a aquellos que deseen recorrer ese camino. Mi intención es que tomen la posta los jóvenes que participan de las entidades y las sociedades rurales, apoyarlos desde nuestra experiencia y acompañar a la gente nueva, que por suerte hay mucha en todo el país, con ganas de seguir fortaleciendo la representación de la producción”.
“PRÁCTICAMENTE UNA RÉPLICA”
Desde su paso por la presidencia de CRA allá por 2011 hasta su retiro de la entidad en el cargo de vicepresidente el mes pasado, Ferrero cuenta con la autoridad pertinente para comparar ambos escenarios políticos luego del paso de los años. “Es prácticamente una réplica de lo que vivimos en aquellos años signados por el conflicto de ‘la 125’, incluso casi con los mismos personajes porque Julián Domínguez era entonces el ministro también”. Según su análisis, “se repiten también los modos y las viejas decisiones relacionadas al tema exportación, que luego de tantos años tienen aún el mismo libreto”. Y ejemplifica: “recuerdo en 2006 cuando yo era secretario de CRA, bajo la presidencia de Mario Llambías, el Gobierno empezó a pergeñar la intromisión en el mercado de carnes con un tal Guillermo Moreno desde la Secretaría de Industria y Comercio, que luego desde 2007 en adelante, finalmente ejecutó como política sobre el sector, lo cual visto a la distancia es similar a lo que sucede hoy, con trabas de todo tipo, cupos y ROES (DJVE), retenciones, etc”.
El otro tema que Ferrero ve con escepticismo sobre “las buenas noticias” que cada tanto ensaya el Gobierno para recomponer la relación con el campo, tiene que ver con “la desconfianza instalada” en la producción en torno a los cambios de actitud repentinos, “porque muchas veces hacen anuncios que después en la letra chica de lo que se publica, termina siendo diferente a lo que se esperaba. Recuerdo en aquel momento nuestra expectativa vino de la mano de un programa que Domínguez había bautizado como ‘PEA 2020’, que planteaba más crecimiento de la producción, más exportaciones, más valor agregado, más puestos de trabajo genuinos, y tantas otras cosas que no ocurrieron. Algo similar a lo que hoy vuelve a plantear en una agenda con la Ley de Promoción Agroindustrial, pero manteniendo todas las trabas que existen en la cadena comercial, cualquiera se da cuenta que dichos objetivos no se pueden lograr”.
Rubén Ferrero se retira de la actividad gremial con la ilusión de que Argentina algún día valore el enorme aporte que realiza el campo a la economía y el entramado social de todo el país. Se va satisfecho y sin reproches porque él ya aportó su granito de arena.