Notas de Opinión

Formar militantes a cualquier precio



Se conoció que la agrupación kirchnerista se encuentra recorriendo los colegios primarios del país realizando “talleres de fortalecimiento de la democracia” con juegos de roles que exaltan a Néstor Kirchner e inculcan a nenes la importancia de la figura del expresidente. Además, se les da libros del ministerio de Educación y otros regalos con logos identificatorios del movimiento que encabeza hoy Cristina Fernández. Las fotos que aparecen de menores con guardapolvo sosteniendo una bandera argentina con la inscripción de la agrupación política y haciendo la “v” con los dedos son más que elocuentes al respecto.

La ambición de formar militantes parece no tener límites y cualquier excusa bien disfrazada parece darle “luz verde” a las ideologías partidarias para que se entrometan en la institución más reconocida que tiene la sociedad como lo es la escuela (a pesar de las falencias) y en la etapa más inocente y vulnerable de la vida como lo es la niñez. Todavía no se sabe en calidad de qué y con qué autorización ingresa La Cámpora a los colegios, pero sí que cuenta con el silencio y la complicidad de funcionarios, gremios, directores y docentes. Quienes integran la agrupación parecen no comprender (o comprenderlo demasiado bien) la diferencia entre política y adoctrinamiento o entre democracia y partidismo. Para los primeros términos (política y democracia) y el “fortalecimiento” de los mismos se encuentran capacitados y preparados los docentes de las instituciones educativas que ya tienen en la currícula la obligación de dar dicha temática. Pero los segundos términos (partidismo y adoctrinamiento) deben permanecer fuera de la estructura del sistema educativo a fin de garantizar la pluralidad de pensamientos e ideologías. Lo grave es cuando se mezclan estos conceptos y ya no se puede diferenciar uno del otro; y con el pretexto de democratizar se termina adoctrinando y en vez de formar ciudadanos se acaba creando afiliados sin carnet.

No es casual la elección de la escuela como “búnker partidario” dado que se sabe que se halla allí un “público cautivo” y totalmente permeable ideológicamente que se encuentra en pleno proceso de formación. Por eso, lo perverso de esta práctica no está solamente en la intromisión de La Cámpora en una tarea que dentro de la escuela le corresponde a los docentes, sino además en los destinatarios: los niños. Se aprovecha de la incomprensión de la simbología partidaria por parte del alumnado para ensalzar banderas sectoriales. Se utiliza el guardapolvo blanco como telón de ambiciones personales y se vale de la institucionalidad de la escuela para legitimar los deseos de poder de un grupo. No es correcto formar militantes a cualquier precio utilizando los recursos del Estado, como la escuela, y vulnerando la capacidad de elección de los más pequeños.

Con el tiempo se sabrá si se trata de un paso en falso del Gobierno nacional o de un plan sistemático que apunta a quedarse con el sentido crítico de los argentinos. Un gobierno que en otros aspectos ha avanzado en igualdad e inclusión social. Igualdad que debe ser sólo de oportunidades y no de pensamiento.

Autor: Prof. Julio Armando

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