Rural

Fuerte rechazo desde adentro del INTA

RECHAZO. En todas las dependencias del INTA, sus centros regionales y en las entidades del campo, no cayó bien el decreto.

Tanto el director nacional del INTA como los directores de los Centros Regionales del país, salieron a contestar con duras críticas el decreto nacional que modifica la estructura de gobernanza del INTA.

Según el argumento del Gobierno, ahora representado por la figura omnipotente de su presidente Nicolás Bronzovich, se dice: “La implementación de la reforma presentará desafíos y oportunidades para el INTA. Por un lado, la nueva estructura de gobernanza y el papel del Consejo Técnico podrían mejorar la eficiencia y la toma de decisiones en el organismo. Por otro lado, la designación de los miembros del Consejo Técnico y la definición de sus funciones podrían ser clave para el éxito de la reforma”.

DURA RESPUESTA DEL ARIEL PEREDA

Entre los rechazos que cosecha esta reforma, se destaca por su rol dentro del propio instituto, el del Dr. Ariel Pereda, máxima autoridad científica y técnica de INTA, hasta ahora, director nacional, pero con grandes chances de que este rol desaparezca.

Bajo el título “El INTA que no queremos”, Pereda se despachó ese mismo día del decreto, con un manifiesto muy crítico.

“El reciente decreto presidencial que redefine el INTA no lo elimina formalmente, pero lo modifica en su esencia. Lo que se propone no es una reforma, sino una transformación forzada, autoritaria y extremadamente injusta. Porque lo que se está desmantelando no es solo un organismo técnico. Es una institución pública federal, con prestigio internacional, profundamente meritocrática, con una rica historia de logros y una legitimidad construida desde la participación territorial”.

Afirma Pereda que con la disolución del Consejo Directivo Nacional, “La nueva versión del INTA se vuelve dependiente, discrecional, verticalista y con un alto riesgo a transformarse en autocrática”. ¿Qué podemos esperar? “Que se promuevan y financien sólo las líneas que generen rentabilidad inmediata o que cuenten con lobby privado. Las economías regionales, los productores familiares y los saberes locales quedarán fuera del radar. No por falta de mérito, sino por falta de rédito”.

Y agrega: “Desde diciembre de 2023 la Dirección Nacional participó de reuniones, proponiendo diálogo, demostrando las capacidades e importancia del INTA para el país, y hasta desarrolló propuestas con la intención de frenar una acción que genere un impacto negativo irreversible, como la que al fin se está concretando. La contraparte del gobierno nunca tuvo la real intención de escuchar; sólo de imponer”.

Pereda manifestó su decepción con la decisión y en resumidas cuentas, expresó: “el INTA, tal como lo conocimos, está siendo desmantelado con una mezcla de soberbia, ignorancia y oportunismo. No se trata de sostener privilegios. Se trata de defender una institución pública, federal, meritocrática, científica-tecnológica y democrática que hace siete décadas trabaja brindando conocimiento, tecnologías, innovación para el desarrollo de un sector agrobioindustrial más justo, diverso y sustentable. Modernizar no puede ser sinónimo de arrasar. Y gobernar no puede ser sinónimo de imponer”.

LOS DIRECTORES MUY DISCONFORMES

“Desde su creación en 1956, el INTA ha atravesado contextos políticos diversos. Sin embargo, con más o menos herramientas, siempre se sostuvo en el cumplimiento de la misión para la que fue creado: “impulsar la innovación y contribuir al desarrollo sostenible de un sistema agroalimentario competitivo, inclusivo, equitativo y respetuoso del medio ambiente. Esto lo logra a través de la investigación, la extensión, el desarrollo de tecnologías, el aporte a la formulación de políticas públicas y la articulación y cooperación nacional e internacional” (PEI 2015 – 2030)”, describe el comunicado firmado por todos los directores de centros regionales del INTA.

“Logró el cumplimiento de esta misión, sosteniéndose sobre cuatro pilares fundantes: 1. Investigación y extensión integradas en una misma institución (lo que le da una característica única respecto de otros organismos similares en el mundo). 2. Presencia territorial en todo el país, aún en los lugares más recónditos de la Argentina. 3. Gobernanza participativa, federal y público-privada (que le da una identidad propia a cada región sin perder la unidad). 4. Concursos públicos para acceder a cargos técnicos y de conducción (le otorga transparencia y calidad)”.

Dicen los directores provinciales, que “este decreto con excusas de “modernización” viene a destruir desde los cimientos la constitución de esta institución de ciencia y técnica, estratégica para la innovación productiva, la soberanía tecnológica y el desarrollo local, como la de muchos otros organismos del estado”.

Además, “propone en sus artículos, una conducción centralizada, vertical, que elimina la autonomía institucional, al modificar la composición y representatividad del Consejo Directivo, excluyendo a representantes del sistema científico y organizaciones del sector agropecuario y concentrando la mayoría de las decisiones en manos del gobierno de turno. Esto elimina la posibilidad de sostener líneas de trabajo y políticas públicas estables, independientes de los vaivenes políticos. Reducir el INTA a una oficina dependiente del Poder Ejecutivo es ignorar su historia, su valor estratégico y el consenso social que lo respalda. Implica romper con la continuidad de políticas públicas esenciales para el desarrollo agropecuario, la innovación tecnológica, las economías regionales, la soberanía alimentaria y la sustentabilidad”.

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