Editorial

Indefinida espera

A esta altura, y cuando han transcurrido numerosas cumbres climáticas mundiales desde la realizada en Kioto, las mismas parecen haberse convertido en un verdadero dislate, ya que invariablemente no arrojan ninguna clase de resultados. Antes, había promesas y ampliaciones de los plazos, por ejemplo para la gradual eliminación de la emanación de gases con efecto invernadero, ahora ni siquiera eso.

Es que termina de realizarse una nueva cumbre del medio ambiente, esta vez en Varsovia, sin producir ninguna clase de resultado favorable, siendo tal vez lo más destacable que el 95% de los científicos allí presentes coincidieron en que el cambio climático que se viene produciendo en la tierra es producto de la acción del hombre, con lo cual se derrumba la teoría que trataron de instalar algunas de las potencias con Estados Unidos a la cabeza, en cuanto al origen natural del recalentamiento de la corteza terrestre.

Se establecieron las nuevas convocatorias, en 2014 en Lima y en 2015 en París, para eventos climáticos similares, aunque la confianza en poder alcanzar alguna solución, o siquiera un principio de ella, resulta cada vez más desvanecida, ante la indiferencia existente, en especial de quienes son los mayores generadores de gases como así también de otros efectos que dañan fuertemente el medio ambiente. Veamos, según lo conocido en esta cumbre reciente -coincidente cuando el tifón se abatió sobre Filipinas con saldo de 10.000 muertos y otro tanto de desaparecidos-, Japón ya no se compromete a reducir sus emisiones, Australia no aprobó una legislación para proteger su ambiente, y Brasil autorizó un 28% más de deforestación de la selva del Amazonas, sumándose de tal forma a Estados Unidos, China y la India que nunca acataron en forma efectiva la medida de ir reduciendo la emanación de gases, cuando entre los tres explican prácticamente el 65% de los gases que van a la atmósfera y que provocaron los enormes agujeros en la capa de ozono, con lo cual dejan de ser filtrados los rayos del sol.

Para no ser absolutamente alarmistas, también hubo algo positivo, lográndose ciertos avances en la protección de selvas y en un sistema de compensación de pérdidas y daños para aquellos países que resultan afectados por grandes catástrofes, aunque como para equilibrar la cuestión se haya conocido la decisión brasileña de seguir autorizando el avance de tala sobre la selva del Amazonas. 

Una muy sintética definición sobre esta nueva cumbre climática de Varsovia fue que "retrocedimos demasiado", con lo cual queda bastante claramente expresado la desazón que existe tanto ahora como para el futuro inmediato, ya que los países en vías de desarrollo resultan impotentes frente a la actitud asumida por las grandes potencias industriales, donde se opta por preservar los intereses económicos que les son propios frente a la preservación del hábitat de la raza humana. Y además, si a esta perspectiva de por si muy complicada por todas las alteraciones que se van produciendo en la tierra, como el deshielo de los polos, la desaparición de los glaciares, el avance de las regiones áridas, le agregamos que en las próximas décadas la población humana seguirá creciendo vertiginosamente, pues entonces estamos frente a un muy grave problema.

La alternativa casi única, es que los líderes mundiales tomen verdadera conciencia de la situación que se plantea, para de tal manera comenzar a aplicar las medidas que tiendan a la búsqueda de soluciones. Incluso, en algunos casos ya es tardío para una aspiración de esa naturaleza, como por caso la recomposición de las grandes extensiones de hielo en los polos y en las zonas de glaciares, cuya desaparición es irrecuperable, aunque se estima que se puede estar todavía a tiempo para preservar lo que no resultó aún afectado.

Claro que para una decisión de esta naturaleza se requiere de un enorme poder político y una acción unánime respecto a la reducción de gases con efecto invernadero, que de todas maneras requerirá de varios años para alcanzar su aplicación completa. Algo que cada vez aparece como más necesario, con la coincidencia del 95% de los científicos más destacados que estuvieron en la cumbre, como así también de las organizaciones ambientales, aunque no hayan estado invitadas en Varsovia. Otra cuestión en la cual pareció prevalecer lo político por sobre lo práctico.

 

Autor: REDACCION

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