Notas de Opinión

Juego de parecidos

Si algo faltaba para parecernos cada vez más a Venezuela, actualmente nos ubican como "países espejo", era esta ley de abastecimiento que termina de aprobarse en estos días, lo que en definitiva en una herramienta más que se le da al gobierno para que controle absolutamente todo. Ahora, fijará lo que se estima "ganancias razonables", mediante un sistema de absoluto dominio sobre lo que se produce, los costos, las maneras de elaborarlo y las ganancias que se pueden tener una vez trazada la raya final. Quedan algunos puntos bastante oscuros, por ejemplo ¿qué se entiende por razonable?, pues bajo una legislación de esas características todo puede ser objetado por los controladores.

Tanto el ministro Kiciloff como su secretario Costa -una especie de Moreno más suavizado-, argumentaron que "no hay que tenerle miedo" a esta nueva norma legal, pues no iba a ser aplicada. Entonces, ¿para qué tanta urgencia por aprobarla? Los que en realidad tiemblan, aunque en realidad el temor es generalizado, son los agropecuarios que acopiaron soja y que merced a las comprobaciones con el uso de drones y otras sofisticaciones por el estilo, pueden ser obligados a venderla. Nadie que compre un arma puede decir que nunca va a usarla; tampoco quien pida con tanto énfasis una ley.

Al menos puede decirse que es extraño que un gobierno que está en sus últimas instancias, aun cuando falten 15 meses que pueden ser muy duros, se empecine tanto en esta clase de leyes que lo único que hacen es otorgarle un enorme poder. Justo, el poder es lo que trata de acumular el que llega, nunca el que se va. Sin olvidar, la similar sintonía que tienen otros anuncios faraónicos, como el construir el edificio de mayor altura de Latinoamérica, o un simil del Central Park.

Este camino a la par de Venezuela no es una perspectiva muy halagüeña que digamos, con sólo ver cómo están las cosas en el país bolivariano basta y sobra. Si copiáramos a Noruega, Suiza o Nueva Zelanda sería bastante diferente. Aunque tal vez no debamos alejarnos de nuestra región, por eso de las comparaciones que resultan odiosas. Observando a algunos de nuestros vecinos alcanza.

Los parecidos con Venezuela no vienen de ahora por esta ley de abastecimiento, sino que arrancaron hace varios años y comenzaron a profundizarse desde la asunción de Cristina Fernández en adelante. Inflación -que en el mundo chavista líder mundial es del 63,5%-, caída a pique de las reservas, severo control de cambios con un dólar paralelo incontrolable, fuerte déficit fiscal, subsidios a troche y moche, estricto control de precios que llevó al desabastecimiento. Todo en el marco de un populismo que desbordó por todos los costados, sobre el cual un solo dato lo describe por completo: la nafta en Venezuela se vende a 7 centavos de dólar el litro y no aumenta desde hace 18 años. Aunque la economía allí se sustenta en un 94% por el petróleo, han hecho las cosas tan pero tan mal en estas dos últimas décadas, que también están a punto de desarticular por completo el sector petrolífero, que para ellos de la gallina de los huevos de oro, como para nosotros el campo.

Y por si faltara alguna mención, también en Venezuela la corrupción está enquistada en todo su sistema, como suele ocurrir cuando en un país en lugar de funcionar las instituciones cae en manos de una familia. Una secuela bastante conocida, y lamentablemente demasiado prolífica, con apenas repasar un poco la historia contemporánea es suficiente. En el país bolivariano, existe una casta de nuevos ricos. Si hasta con el tema de los alimentos que faltan desde hace tiempo en las góndolas y que son racionados por el gobierno de "Pajarito" Maduro, están también los amigos del poder que están haciendo su negocio.

Y lo más reciente, por estas horas, tenemos la coincidencia de la denuncia internacional sobre ataques y desestabilizaciones. La presidenta Fernández acaba de sumar una más a la larga lista culpando a los buitres, al juez Griesa, a los fondos especulativos y a la embajada estadounidense de atacar a su gobierno, en tanto el venezolano Maduro identificó a la cadena CNN  y otros medios opositores como posibles autores de un ataque bacteriológico contra su país y su gobierno. Si no fuera que esto sale en todos los medios del mundo, hasta podría sospecharse de ciencia ficción, o delirio, de lo cual se está bastante cerca.

Y mientras todo esto sucede, aquí y ahora, estos días lo tenemos a Amado Boudou como presidente de la Argentina. Todo un símbolo sobre este tiempo que vivimos, con una de las personas más cuestionadas del país, con una colección de juicios y denuncias que van desde falsificar sus propios documentos de identidad hasta tratar de apropiarse de la imprenta para hacer dinero. En el medio, de todo como en botica.

Bajando a Rafaela, no se queda atrás. Lo sucedido en el Concejo esta semana algunos dicen que es el anticipo de las elecciones que se vienen en 2015 cuando haya que renovar la intendencia. Otros en cambio, y con razón, reclaman que de una vez por todas Telesco presente las pruebas de las acusaciones que viene haciendo contra Ricotti desde la campaña electoral de 2011.

Autor: Roberto Actis

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