Un escenario que comienza a palpitarse en estos días luego de la asunción de la ministra Silvina Batakis, reemplazando al renunciante Martín Guzmán, indica que la ganadería volvería a tener un nuevo impulso de precios, motivado por la necesidad del productor de no perder valor con los pesos en la mano.
El exceso de cepos y controles para la compra de dólares oficiales, hace que la depreciación real de la moneda se venga conteniendo, no así el valor libre que reflejan las diferentes cotizaciones de dólares alternativos, no regulados por el Banco Central, algo que moviliza las expectativas pesimistas de la sociedad en general y del sector productivo en particular.
AHORRO EN PATAS
Según la mirada de la experta en mercados ganaderos, analista de ROSGAN, María Julia Aiassa, “si tomamos solo como referencia la cotización del dólar oficial y la cotización del dólar libre (Blue) -aún siendo este un mercado informal y de limitado volumen-, vemos cómo la brecha entre ambas cotizaciones se ha ampliado de manera más pronunciada en los últimos tres años, más precisamente a partir del segundo semestre de 2019 hasta alcanzar actualmente el punto de mayor amplitud de la serie, considerada desde enero 2011 a la fecha”. En efecto, repasa la analista, “fue a partir de finales del 2019 cuando el precio de la hacienda, especialmente la invernada, comenzó a revalorizarse, al ser demandada como un activo de refugio, ya que se trata de un bien de libre acceso, lo suficientemente líquido como para asegurar una rápida monetización en caso de requerirlo y que, a su vez, permite proyectar una renta en un mercado sobre el cual el productor tiene lógicamente mayor conocimiento y control del negocio”.
Rápidamente esta demanda como ‘bien de cobertura’ se trasladó también a la cría, donde primeramente se vio una muy fuerte revalorización de los vientres, que luego terminó derramando hacia el resto de las categorías, llegando incluso al mercado de reproductores.
“Al comparar las variaciones interanuales a junio de cada año, para los distintos segmentos de mercado -cría, invernada y gordo- vemos que, en los últimos tres ciclos, tanto el ternero de invernada como la vaquillona preñada -tomada en este caso como referencia de precio para la cría-, han tenido una trayectoria a la suba que terminó superando la apreciación del dólar oficial”, explica Aiassa.
Tal como se observa en el gráfico de esta nota, “en el caso del novillito gordo, su performance no fue superadora durante el primero de los ciclos analizados puesto que su límite de suba esta más directamente condicionado por la elasticidad de compra del consumidor local”. Sin embargo, “a partir del segundo período con corte a junio de 2021, la suba en este segmento terminó plasmándose por la misma presión que comenzó a ejercer el valor de la invernada sobre los márgenes de la cadena”.
En los últimos doce meses medidos a junio de este año, según explican desde ROSGAN, el dólar oficial se apreció en un 31% interanual. En el mismo período, la vaquillona preñada exhibió una suba del 79% mientras que, tanto el ternero como el gordo, registraron subas del 60% y 62% interanual, respectivamente, superando incluso el incremento general de precios mayoristas (IPIM) que, a junio de este año, estaría acumulando una variación del 58% interanual.
Sin embargo, “si ajustamos el análisis a estos primeros seis meses del año, está claro que el valor de la hacienda viene moderando las subas e incluso en algunas categorías comienza a perder algo de valor en términos reales”, observa Aiassa. Tal es el caso del gordo que en los últimos dos meses registra una pérdida real cercana al 8% o del ternero que, presionado a su vez por el pico de oferta que genero la zafra, cayó más de un 12% desde abril a la fecha, medido también en pesos constantes ajustados por IPIM.
De todos modos, parte de esta dinámica de precios es explicada por la estacionalidad. “En los próximos meses la oferta de invernada liviana empezará a escasear, lo cual pondrá nuevamente mayor presión sobre los valores de reposición que terminarán luego expresándose en subas del gordo hacia fin de año”, anticipa la experta. “Los valores para la cría siguen siendo buenos, el valor del ternero a pesar de esta baja temporal sigue estado dentro de sus niveles más elevados en términos históricos y la vaca de descarte ofrece valores que permiten mantener adecuados niveles de reposición”.
Según su punto de vista, “la rueda productiva continúa girando favorablemente para la ganadería, especialmente si nos centramos en la solidez que proyecta la demanda internacional y los muy buenos valores que esta convalidando”. Bajo este marco, “con fundamentos propios muy sólidos, es donde la ganadería se posiciona con mayor aplomo para transitar fases de elevada inestabilidad macroeconómica”.
Localmente, el escenario político presenta un diagnóstico sumamente complejo y la incertidumbre generada en las últimas horas en torno al rumbo de la economía, vuelve a poner en valor a la hacienda como activo de resguardo, generando así un factor de sostén adicional de precios, de cara a los próximos meses.