Notas de Opinión

La lógica del rumor

Y el propio intendente tuvo que hacer mención al tema. Ya habían salido a hablar funcionarios y concejales (incluso opositores). Pero la permanencia, el peso y la gravedad de las acusaciones, obligaron a Castellano a tomar posición sobre el asunto.

¿Cómo se hace para desmentir algo cuyos autores y orígenes se desconoce? ¿Cómo descalificar algo que a simple vista no tiene ninguna lógica de ser? El arquitecto, durante su discurso de apertura de sesiones, habló de versiones "malintencionadas", y de gente que repite "como al descuido".

Hizo bien Castellano en no adjudicar el rumor únicamente a una actitud "malintencionada" de sectores adversarios al Gobierno local. No solamente hubiera sido un error del intendente, sino que estaríamos en presencia de toda una maquinaria ideológica, con un nivel de llegada y de convencimiento en la gente sumamente poderoso. Un poder que difícilmente ningún partido de la oposición de la ciudad pueda llegar a tener.

El tema es más complejo y habla de lo que somos como comunidad, de lo que somos como consumidores y divulgadores de este tipo de versiones. 

El rumor tiene una base de realidad y un alto componente de posibilidad, que es donde radica su poder. Tiene esa facultad de transmitir lo que supuestamente no puede salir a la luz o lo que no se deja que se conozca. Al no poseer una fuente confiable, ya que es difusa, su principal garantía es la capacidad de reproducción. No creemos en el rumor por lo que dice, ni por quién lo dice, sino porque todos los repiten. Es allí cuando nos preguntamos, ¿no será verdad?

Siempre es importante preocuparse por la base de veracidad que el rumor tiene. Pero en este caso, ¿cuál es?. ¿Es correcto pensar que personas de grandes ciudades dejen a sus familias y amigos para venir a instalarse a cientos de kilómetros con lo poco que tienen, sólo porque aquí existe la posibilidad de que le den una casa, o un pedazo de tierra en un asentamiento? ¿Se imaginan al ministro De Vido sentado en una mesa repartiendo gente a cambios de obras como si fueran fichas de una colección?

Tampoco hay que ser ingenuos. Muchas veces, y sobre todo en política, las cosas se consiguen a cambio de algo. Pero la "negociación" se da en otros términos. Y no se trata de actos viciados de corrupción, aunque también puede haberlos. Lo que se ponen en juego aquí son otras cosas vinculadas a apoyos políticos, a votos, al respaldo de un modelo. Es decir, no vamos a descubrir nada nuevo si decimos que son las administraciones más afines a un determinado gobierno quienes más se ven beneficiadas por la llegada de recursos públicos.

Entonces, más que la creencia de que los barrios y asentamientos irregulares de la ciudad son la moneda de cambio para conseguir obras, lo que le da vida al rumor es el convencimiento de que nada se consigue porque sí y que no hay Gobierno tan generoso como para pensar en las necesidades de una pequeña ciudad del interior.

Es trágico que así sea. Pero es la única explicación posible a que algo tan poco convincente puede llegar a adquirir la entidad suficiente como para resultar creíble al común de las personas, y que haya obligado a tener que dar explicaciones al respecto. 

Si a todo esto le sumamos algunos factores más, la ecuación toma forma definitiva. Rafaela fue una de las pocas ciudades de la Provincia donde Cristina Fernández de Kirchner no ganó en las últimas elecciones. Por lo cual, se puede entender que ese nivel de desconfianza hacia la clase política, pueda estar acentuado. Por otra parte, la ciudad sigue siendo el lugar elegido por mucha gente de la región y de la provincia para vivir. Su índice de crecimiento va más allá de cualquier "canje" de obras y constituye también otro fenómeno vinculado a su desarrollo productivo y a la imagen que se supo ganar como sociedad. Además, la inseguridad ha alcanzado niveles impensados hace un tiempo atrás.

Entonces: hay más inseguridad; hay más gente nueva en la ciudad; y hay más obras que se hacen financiada por el Gobierno. Como resultado: el Gobierno trae gente a cambio de obras y esa gente la responsable de la inseguridad. Esa es la lógica del rumor. Un pensamiento demasiado simplista, pero que representa esa parte "oculta" que sólo el rumor permite descubrir.

Como si hicieran falta datos estadísticos, también los hubo. La gente del PRO y de una fundación local, fueron a uno de los asentamientos que más creció en los últimos tiempos, a preguntar de dónde provenían. Para sorpresa de muchas, muchos son nativos de Rafaela y, la mayoría, de pueblos de la región.

Hasta la oposición coincidió en desprestigiar al rumor. Pero ni siquiera ese informe, ni las palabras de Castellano, ni muchos menos estas líneas, podrán lograr detenerlo.

Autor: Mauro Gentinetti

Estás navegando la versión AMP

Leé la nota completa en la web