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La rafaelina Luisina Arito brilla en Yepeto, obra de teatro dirigida por Nicolás Cabré

EN ESCENA. Luisina Arito junto a Roly Serrano y Alan Madanes.
Crédito: FOTO ARCHIVO

La artista rafaelina, Luisina Arito, quien se dio a conocer con su debut en Selenkay, serie que ya se puede ver en la plataforma de Disney+, vuelve a deslumbrar, esta vez en el escenario del Picadilly, con el estreno de Yepeto, una obra emblemática del teatro argentino. Acompañada en escena por el gran Roly Serrano y Alan Madanes, y dirigida por Nicolás Cabré, Luisina se mete de lleno en el mundo teatral, demostrando su amplitud actoral.

Estrenada originalmente en 1981, Yepeto es una de las obras más entrañables de Roberto "Tito" Cossa, figura esencial del teatro argentino. La sinopsis dice lo siguiente: "Un profesor maduro, amante de la literatura, se cruza con un joven atleta enamorado de una de sus alumnas. Lo que parece un simple conflicto generacional se transforma en una experiencia emocional que lo sacude profundamente".

En esta versión, la joven (interpretada por Luisina), aparece en escena de un modo particular: es visible para el público y para el profesor, pero nunca para el joven. Esta decisión escénica permite mostrar el lugar que ocupa en la imaginación del profesor, y la tensión que eso genera. Ella se convierte en una figura doblemente deslumbrante: por su inteligencia y su talento, y por una belleza que lo confunde y lo enfrenta con su propio deseo.

En una entrevista exclusiva para LA OPINIÓN, Luisina comenta detalles de este nuevo desafío.

¿Cómo llegaste a esta nueva versión de Yepeto?

Luisina Arito: Mi representante me envió un casting para esta obra. Había otra chica también ahí, que iba a castear para Cecilia, y nos dijo que no íbamos a pasar la escena actuándola, sino que querían que leamos. Cuando entré a la sala del teatro, vi que arriba del escenario estaba el mismísimo Roly Serrano, esperándome ahí, muy tranquilo, para pasar la letra. Él muy amoroso desde el inicio. Fue muy clave para mí ese momento de conexión con él. Después de unos días me llama mi representante y me dice ¡quedaste! Yo no lo podía creer. Estaba feliz por la oportunidad y con muchas ganas de empezar para aprender.

¿Qué podés decir de tu trabajo con Roly Serrano y Alan?

L.A: Trabajar con Roly y con Alan es increíble. Mucha felicidad de saber que iba a compartir con ellos, pero estaba muy nerviosa porque empecé a pensar cómo iba a estar a su altura. Llegué con dolor de panza al primer ensayo y lo hermoso fue que enseguida ellos me recibieron con tanto cariño y con tantas ganas de hacer conmigo que me tranquilicé. Cinco minutos de compartir con ellos y ya era una más, fue muy hermoso y se los agradecí. Roly y Alan son actores espectaculares, pero sobre todo son personas espectaculares. Nos divertimos muchísimo, nos reímos muchísimo, tenemos ya rituales de llegar al teatro y tomarnos un café antes del ensayo. Roly tiene una cantidad de anécdotas tremendas. Para él volver a actuar en el teatro es algo que lo moviliza mucho; nosotros estamos ahí compartiendo eso todos los días con él y es increíble, se siente en el escenario, se siente en el público cuando lo ve aparecer, en la gente que lo cruza en la calle cuando estamos entrando al teatro, que lo abraza y le dice 'me alegro que estés bien', 'nos alegra verte actuar'.

¿Cómo te sentiste bajo la dirección de Nico Cabré?

L.A: Cuando a mí me dieron el guión entero de la obra, lo leí y dije ¡uy!, porque Yepeto es un clásico, pero los clásicos tienen una dificultad: pueden envejecer muy bien o muy mal. Había cosas contundentes como que Cecilia tenía 17 años, era menor de edad, y tenía este tipo de vínculo con un profesor mayor. Había violencia explícita del novio hacia ella y había diálogos tremendos. El personaje del profesor tenía mucho temperamento, era un profesor distinto al que hace Roly hoy y eso tiene que ver con que desde el primer ensayo Nico dejó en claro que no iba a seguir ese camino. Él no quería transmitir eso hoy en día, para él la obra pasaba también por otros lugares que eran mucho más interesantes. Nico se encargó de modificar la obra de una manera que no perdiera su esencia, pero de modificar hasta los pensamientos internos de los personajes, porque entendió que había algo algo mucho más interesante de contar, sacando esa mirada bastante machista que tenía la obra. También fue un proceso importante para Roly, que había visto a Ulises Dumont hacer otro otro Yepeto, y encontrar esa nueva obra fue hermoso. Nico se encargó de que la obra sea realmente el núcleo de lo que fue siempre, pero teniendo en consideración estas otras cosas, y eso siento que habla de una inteligencia y de un compromiso con el proyecto que es de admirar.

Y por último, habiendo ya experimentado cine/serie, ¿cómo te sentiste haciendo teatro?

L.A: Yo amo el cine, me nace de las entrañas. Soy muy nerd, estudio sola sobre eso. También me atraen otras áreas del cine. Me encanta dirigir, me encanta la dirección de fotografía, me encanta guionar. De hecho, con un amigo, Jorge Rey, estamos guionando un proyecto audiovisual juntos, que nos tiene muy entusiasmados y amo encontrarme escribiendo guión cinematográfico. Me encanta ver teatro, voy casi todas las semanas, pero me costó más la actuación en teatro. Yo siento que puede llegar a ser porque mi primera experiencia fue en cine. Estaba muy alejada del registro actoral del teatro, y como que no encontraba mi lugar ahí, la verosimilitud de ese registro, la proyección de la voz, eran cosas que me costaban. Pero jamás dejaría de hacer teatro por esa sensación, al contrario, esa duda me llevó a hacerlo. Esto me está pasando con esta obra, con este proyecto; voy muy feliz y emocionada de hacer la función, y sobre todo con curiosidad, que siento que es de las cosas más increíbles de sentir. Esta experiencia me está abriendo un panorama enorme, tan enorme como ir a un set y quedarme horas y horas al lado del director y ver cómo sigue el rodaje.

Las funciones se llevarán a cabo todos los miércoles y domingos de agosto. Las entradas se pueden adquirir por plateanet.com.ar

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