Este año, según estimaciones del USDA, las importaciones de China, con compras por 3,6 millones de toneladas anuales, alcanzaría cerca del 35% de las compras globales. Tal nivel de importaciones refleja claramente su falta de capacidad de producir los alimentos que consume, en particular la carne vacuna.
Sin embargo, lejos de significar esto una debilidad comercial, a través de una muy estricta política de seguridad alimentaria, Beijín ha sabido marcar el pulso de los mercados en los que se abastece. Con momentos que revelan una gran voracidad en sus compras, interrumpidos temporalmente por desconcertantes períodos de calma, China logra fluctuar entre subas y bajas de precios sin soslayar su creciente necesidad de abastecimiento.
UN COMERCIO VOLÁTIL
En lo que va de este año, según datos publicados por la misma Aduana china, las compras de carne vacuna en el exterior ascienden a 2,035 millones de toneladas, lo que marca un nuevo récord en compras superando en un 5% el volumen importado en igual período de 2022. Sin embargo, en materia de precios, el dato de septiembre (USD 4.924 por tonelada) se ubica un 27,5% por debajo de los valores registrados un año atrás, solo superado por los pisos alcanzados a finales de 2020 en plena pandemia.
Claramente esta situación golpea más de lleno a países como Argentina, con alto nivel de exposición frente a este mercado. “De acuerdo a nuestra propia estadística de salida publicada por el INDEC, en lo que va del año China se está llevando más de tres cuartas partes de nuestras exportaciones de carne vacuna, habiendo incluso alcanzado en mayo el 83% de participación, lo que nos convierte en el único proveedor que presenta tal grado de exposición frente al principal comprador del mundo”, analizó el mercado ganadero Rosgan.
MERCADO CONCENTRADO
“De enero a septiembre de este año, los datos de importación de China muestran a Brasil abasteciendo el 41% del mercado, seguido por Argentina aportando el 20%, Uruguay el 10%, Australia un 8% y EE. UU un 6% del total de sus compras”, tal como se muestra en la gráfica.
En ese mismo período, Argentina es el proveedor que mayor concentración presenta en este mercado con un 76% de participación. Por tanto, “pese a ser uno de los principales proveedores de carne vacuna de China, en el balance general Argentina es el origen que mayor debilidad de negociación presenta dado el desequilibrio que existe entre su nivel de exposición (76%) y su correspondiente participación de mercado (20%)”.
Sin dudas, este año el mercado de carnes se encuentra presionado por la fuerte competencia que están ejerciendo dos grandes jugadores como son Brasil y Australia, este último aportando cerca de 300 mil toneladas adicionales de carne al mercado externo. A su vez, “Argentina tampoco escapa a esta situación. En un año en el que localmente se conjuga una fuerte oferta ganadera producto de la seca con un mercado interno sumamente deprimido sin capacidad de absorber volúmenes adiciones de producción, el saldo exportable indefectiblemente debe encontrar destino, quedando prácticamente expuesto como “tomador” de precio”, explicaron los expertos.