Notas de Opinión

¡Maldita droga!

El volumen que ha tomado el problema de la droga, y que además da toda la impresión de continuar extendiéndose poco menos que sin contenciones ni límites, lo ha situado prácticamente al tope de las preocupaciones de contenido social tanto de las autoridades de la ciudad como de la provincia, que de tal modo lo han expresado sin ninguna clase de ambigüedades. Y que justamente, ahora cobró una dimensión y trascendencia pública como nunca antes había tenido, aún cuando venía desde hace tiempo, con advertencias múltiples y constantes no sólo de entonces, sino del presente que estamos viviendo, y más aún de un futuro todavía mas oscuro y comprometido, que está ahí nomás, a la vuelta de la esquina. Claro, siempre y cuando se deje de lado una cierta pasividad respecto a la búsqueda de soluciones, que no serán encontradas en medio de las declamaciones, sino de los hechos, y bien concretos. 

Por cierto que Rafaela no es la perla negra, sino que apenas una pequeña parte de ese amplísimo universo por el cual va expandiéndose la droga, con todas las nefastas y trágicas consecuencias, expuestas a través de la degradación humana y de un impacto muy fuerte en la inseguridad, con todas las variantes que se puedan imaginar en cuanto a las manifestaciones de violencia. Queda de tal modo establecida la magnitud del problema, que excede a la propia imaginación, y que al momento de enfrentarlo puede ocasionar desaliento, pero que en realidad debe ser esa misma dimensión, la que ubique los objetivos en un plano de accesibilidad, para que la suma de esfuerzos y pequeños logros, vayan acumulándose en un todo.

No hay reunión en que la droga no se convierta en la razón central de discusión. Así ocurrió con los consejos de seguridad tanto de Rafaela como Sunchales -con posterioridad declaraciones muy direccionadas hacia las autoridades; se repitió también el planteo de la Federación de Vecinales, y volvió a reiterarse en los reclamos del intendente Luis Castellano al gobernador Antonio Bonfatti en la inauguración del 911.

Es que se están conociendo algunas situaciones dramáticas. Hace rato que dejó de ser una picardía de adolescentes fumándose un porrito los fines de semana. Hay chiquitos de 7 y 9 años drogados, según denuncia de una vecinalista del Virgen del Rosario, una identificación que es necesaria pero que no convierte a ese sector de la ciudad en el botón de la muestra, sino que es apenas uno más de una reiteración que suele darse hacia los cuatro puntos cardinales. Sólo alcanza con andar por las plazas y parques en determinados horarios, y comprobarlo. De esa manera se expresaron vecinalistas diversos, llegando además a identificar lugares de distribución y venta. 

Castellano está muy preocupado por la droga en Rafaela, más allá de obras, gestiones y protocolos que consumen gran parte de su tiempo. Es un frente al que hay que atacar con todo el ingenio, pero además con una enorme participación de esfuerzo. Aquí no hay cortes de cintas ni placas conmemorativas, pero queda la satisfacción íntima de haber hecho lo posible -aunque tal vez exija más-, lo que conocemos como conciencia en paz. Sin dudas, vale la pena.

También Bonfatti debe tener similares aspiraciones para la provincia, un escenario muchísimo más complejo, de alcances impensados, aunque con jefes de distrito encolumnados detrás del mismo objetivo las posibilidades será muchísimo mayores. Hay reclamos sobre la necesidad de juzgados federales -el de Rafaela aguarda desde hace varios años-, de mayor cantidad de policías tanto para la droga como para la seguridad, más equipamiento, de controles en las rutas, de las pistas aéreas clandestinas, de coordinación con otras fuerzas de seguridad. Seguimiento e inteligencia. Muchísimo debe ser el aporte desde el gobierno, que con el respaldo de la comunidad a través de padres, docentes y todo aquellos preocupados por su futuro, será muchísimo más sencillo de alcanzar los objetivos. Mientras los esfuerzos sean aislados y parciales, con entrecruzamiento de críticas y deslinde de responsabilidades, toda esa aspiración estará mucho más lejana.

El ex gobernador Binner respondió con igual dureza a las críticas de Agustín Rossi quien había dicho que "recién ahora la provincia admite que hay bandas que se disputan el negocio de la droga", quedando implícitamente expuesto que los cuatro años del anterior Gobernador habían pasado poco menos que sin ton ni son. Binner fustigó a los anteriores gobiernos justicialistas de la provincia y aseguró no haber tenido ningún apoyo de la Nación durante su gestión, pero apuntó además a la Justicia muy severamente: "estamos en una república débil donde la Justicia no existe". Y recordó además que por la ruta 34 viene la cocaína y por la ruta 11 la marihuana, en su traza santafesina.

Lo que se deduce, es que tanto en lo más pequeño como en lo más grande, elementos para proceder existen, sólo queda ponerse manos a la obra.

Un tema que tal vez no sea el más apropiado para un domingo de reflexión, pero indispensable ante las circunstancias. ¡Felices Pascuas! 


Autor: Roberto Actis

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