(Desde Rusia).- Esta noche aquí en San Petersburgo, capital cultural de los soviéticos, el seleccionado argentino, procurará agregarle dignidad a su participación en esta Copa del Mundo; el análisis de lo hasta aquí observado, no se corresponde con su bizarría y tampoco con las expectativas de toda una nación, que asiste perpleja a una prematura debacle.
Es difícil de aceptar esta realidad pero también, la misma proviene de una raíz afectada por la discordia y la falta de coherencia, a la que se le sumó, la ausencia de un liderazgo positivo dentro y fuera de un campo de juego, una combinación hasta el momento, letal para las ambiciones deportivas más legítimas.
Cuando llegamos a este país, en nuestro equipaje, no abundaba tanto optimismo ya que los antecedentes advertían que ésta estación, sería la última de un grupo de jugadores de notable prestigio en sus equipos, y por ello, la moderación primaba. Sin embargo, pocos pronosticaban que después de los primeros partidos, se iba a transmitir una imagen tan decadente en el juego y en las relaciones personales, que rápidamente nos dejaran tan cerca de la salida.
Por todo ello, la tensión es muy grande y ese deja vú del 2002 merodea como un fantasma en la previa del último juego de esta fase de grupo; como paradoja favorable hilando aquel fracaso con este que está en ciernes, hay que decir, que el único partido que ese equipo de Bielsa ganó, fue ante Nigeria 1 a 0, aunque aquello no alcanzó para nada.
Creo finalmente que más allá de esas analogías, las circunstancias son muy diferentes y el contexto también; Marcelo Bielsa tenía una ascendente indiscutible sobre ese grupo de futbolistas, mientras que Jorge Sampaoli, ha perdido credibilidad y su imagen como conductor, se cayó exponencialmente en los últimos tiempos, tornando el panorama desde lo comparativo, más endeble.
Otra vez nuestra sociedad futbolera encontrará un motivo para celebrar la amistad y recargar la esperanza de un final feliz, en definitiva, el fútbol, es la única actividad que sabe lograr esa comunión.
SE HACEN CARGO
LOS HISTORICOS
El desafío es mayúsculo y la responsabilidad de este plantel, aun más compleja; los referentes están en el ojo de la tormenta y con un técnico sin facultades, desacreditado por los hechos y las miserias de una parte de la prensa, es evidente que las decisiones en las últimas horas, son al menos, de un sistema con doble comando.
Como sea, y por lo que quede de vida deportiva en esta competencia, los jugadores de mayor experiencia se van hacer cargo de ponerle identidad a esta empresa.
Franco Armani será acaso la excepción de esta idea, ya que no sería sostenible ratificarle la confianza a Caballero, artífice de la derrota frente a Croacia, a partir de un error capital cuando el resultado todavía no tenía dueño. El arquero nacido en Casilda, desarrolló su carrera profesional en primera división fuera de nuestro país -antes, en 2008 se presentó con la camiseta de Ferro ante Atlético en Rafaela donde perdió 4 a 0, tal como publicó LA OPINION-, fue reclutado por River para esta temporada y se ganó la aprobación de la gran mayoría por su personalidad y eficacia debajo del arco. La falta de alternativas en el puesto, la lesión de Sergio Romero y ese infortunio del arquero del Chelsea, le han dejado en bandeja servida la oportunidad de debutar en este Mundial y en un partido cargado de presiones y suspicacias.
El otro apellido no vinculado a esta generación es el del lateral por izquierda, Nicolás Tagliafico se impuso contra todo y será el único sobreviviente de los convocados por Sampaoli en los primeros partidos; el resto, todos hombres con mucho rodaje y escasa incidencia en este ciclo.
Ever Banega y Enzo Pérez se van a repartir la tarea de intentar equilibrar la balanza en la mitad de la cancha y ser el nexo ofensivo; Javier Mascherano se quedará como último eslabón delante de esa línea de 4 hombres en el fondo o de líbero si hay que ocupar más terreno en el campo nigeriano y arriba, los nombres más pesados por historia de los últimos años.
Messi tendrá a Di María, ausente frente a Croacia y al Pipita Higuain, en su primer partido de titular, como arietes para buscar los goles que se han escondido vaya uno a saber dónde y que necesitan reaparecer a como dé lugar esta noche aquí en San Petersburgo.
Un poco de optimismo es necesario, la realidad aplasta y apesta pero, como este es un juego, donde muchas veces, lo lúdico de su espíritu toma partida e ilumina lo más oscuro, la victoria puede presentar algo de alivio y desinflamar las relaciones.
A igual que hace 9 meses en el estadio Atahualpa de Quito, cuando llegamos para cubrir el partido final de las Eliminatorias, con un equipo que tenía un pie afuera del Mundial, las sensaciones son las mismas. Aquella noche, la inspiración de Messi cambio el estado de ánimo y nos permitió además, abocarnos a planificar este viaje a Rusia. Hoy algo similar nos habita como corazonada; solo su magia podrá lograr que miles de argentinos le den sentido a quedarse unos días más y proyectar el viaje a Kazán para jugar los octavos de final, quizás contra Francia.
Pero cuidado y apelando a un viejo adagio propio de esta región, no hay que hacerse de la piel del oso antes de cazarlo.
Periodista acreditado por LA OPINION en el Mundial de Rusia 2018.