Todo tiene que ver con todo, lo confirman los hechos. Y cuando no es naturalmente de esa manera, los protagonistas de esta ajetreada realidad que nos toca vivir, cargada de confrontaciones y agresividad, se encargan de ligarlos, siempre con la inocultable finalidad de sacar el mayor provecho posible para intereses propios. Así son los resultados, y de tal forma andamos, que cada uno le añada el calificativo que más le guste.
En medio de la furibunda embestida del gobierno contra la justicia, y cuando sus acciones habían declinado ostensiblemente con situaciones adversas por decisiones de la Corte Suprema, pero además, y sobre todo, por sus propios desvaríos, aparece en Tucumán este descabellado -desde lo emocional, aunque al parecer de los especialistas también desde lo técnico- fallo absolviendo a los 13 imputados por la desaparición de Marita Verón, tras su sometimiento a la prostitución, generando una reacción popular y malquistando aún más a la sociedad con un sistema judicial que tiene sus vicios y problemas, es cierto, pero que en lugar de atacarlo para profundizar su descrédito, lo que debería hacerse es el mayor esfuerzo por sanearlo.
Rápida de reflejos, la presidenta Cristina Fernández se sumó al coro de reclamaciones populares, apuntando con la propuesta de "la democratización del Poder Judicial" al indisimulado objetivo de reformar la Constitución. Ni falta hace decirlo, no rechazamos que tenga validez de análisis, tanto este tema como algunos otros que se vienen fogoneando, aunque todos resulten en definitiva periféricos, ya que en realidad, lo único que importa y tiene sentido para el gobierno es alcanzar la reforma de la ley de leyes -pomposo calificativo tantas veces vulnerado y pisoteado- para introducir la re-reelección presidencial. Lo cual se considera inevitable para la continuidad del "modelo", que es a la vez una muestra de manifiesta debilidad, ya que gobiernos de estas características suelen tener continuidad sólo con familiares directos -y Máximo no parece estar preparado todavía, aún teniendo el control de La Cámpora-, enfrentándose por lo tanto a la orfandad, ya que Daniel Scioli no cuenta con la confianza del cristinismo, y Amado Boudou, el elegido para vice y quizás, como última hipótesis para la continuidad, se cavó su propia fosa.
Por si hubiese quedado el mínimo resquicio de duda sobre reanudación de la embestida reformista, casi en simultáneo con los dichos presidenciales desde Garín, la ultrakirchnerista diputada Diana Conti -creadora del "Cristina eterna"- salió a batir el parche, pegándole durísimo a los jueces y la urgente necesidad de democratizar la justicia, con la adecuación de varios artículos de la Constitución.
Esta búsqueda de la reforma para permitir la reelección indefinida de la Presidenta, que supuestamente se había cajoneado hasta 2014 -como lo había anunciado Carlos Kunkel- habida cuenta del masivo rechazo que producía en la población, tanto en encuestas independientes como oficialistas, ahora es reflotado aprovechando las circunstancias de la enorme reacción adversa por este fallo judicial. Que en realidad, es uno más que se suma a un extenso listado que tuvieron fuerte impacto en el ánimo de la gente, como ocurre cada vez, por ejemplo, que un violador y asesino de niños vuelve a reiterarse por encontrarse en libertad otorgada por algún magistrado trasnochado.
Aunque la realidad indica que finalmente estos pésimos fallos, sólo dan cuenta que se trata de malos jueces, tal como hay malos médicos, malos gobernantes, malos legisladores, malos verduleros, malos curas o malos periodistas. Claro, el error de cada uno impacta de distinta manera en la sociedad, pero en definitiva no se trata de derrumbar todo un sistema, sino de mejorarlo, depurarlo de la mejor manera. Muchas veces, con sólo cumplir las normas, tanto las escritas como las de la ética y la conciencia, el objetivo puede lograrse. Así de simple, aunque no estamos viviendo tiempos de ese estilo, sino exactamente lo contrario, muy complejos, retorcidos, en dirección absolutamente inversa a los más elementales principios que aconseja el sentido común.
Mientras en la lucha con el Grupo Clarín se logró la victoria en una de las batallas con el fallo del juez Alfonso, y todos los esfuerzos se mantienen focalizados en la embestida contra la Justicia, con el objetivo máximo de la re-re, se postergan algunos otros temas centrales, que son de gran impacto en la vida diaria: inflación e inseguridad.