Cuando el precio internacional de la leche en polvo alcanza valores de excepción, tal como sucedió la semana pasada al trepar a los 4.300 dólares por tonelada, en el Gobierno se prenden las alarmas y en la cadena láctea empiezan a prenderles velas a todos los santos. Es que rápidamente surge el fantasma del pasado: cupos y cuotas, retenciones, cepos y precios de corte. Viejas recetas que buscan cercenar el precio mundial y adaptarlo a la precaria situación del consumo doméstico, bajo el eufemismo de “cuidar la mesa de los argentinos”.
Respecto de esta incertidumbre que se instaló hace unos días en la cadena, de una eventual intervención oficial en el comercio exterior de lácteos, la industria láctea desmiente que hay motivos para que el Gobierno piense que la producción estival se vuelque al nicho externo en desmedro del mercado local.
“Hoy en el mundo hay una demanda muy firme de lácteos que está acompañada por muy buenos precios y me parece que como país no podemos volver a cometer los errores sistemáticos del pasado; esto es, que cuando llueve sopa nosotros estamos con el tenedor. Tenemos una excelente oportunidad y de nosotros depende saber aprovecharla”, opinó el referente industrial.
FALSOS ARGUMENTOS
El titular del Centro de la Industria Lechera salió a explicar por qué el Gobierno no debiera precipitarse a tomar medidas inconvenientes. “Lo mejor ante estos rumores es contestar con datos de la realidad”, dice Felippa. “En primer lugar es falso afirmar que está cayendo el consumo de lácteos a nivel interno, ya que si consideramos la producción total país, le restamos lo que se exporta y las existencias de stock, observamos que el nivel de consumo de 2021 fue incluso levemente superior al de 2020. O sea, un consumo per cápita de 187 litros por año que está por arriba de lo que sugiere la Organización Mundial de la Salud”.
En segundo lugar, “es erróneo pensar que ante una menor oferta de productos y un mercado externo atractivo, las industrias se volcarán masivamente al negocio exportador en desmedro del mercado interno –explica Felippa-. Lo que está sucediendo con los precios internacionales es una excepción, no la regla; históricamente la contribución de las exportaciones es menor a lo que contribuye el mercado interno, y por otra parte, la mayoría de las empresas que exportamos en el país, sólo destinamos una parte de la producción a este mercado, que es mucho menor a la del mercado interno”. Por lo tanto, “nunca ocurrió y no va a ocurrir, que alguna empresa entregue una cuota de mercado interno, que tanto esfuerzo implica en la competencia doméstica, por volcarse al mercado externo sabiendo que esto es una situación coyuntural”.
Para Felippa, “tenemos que atravesar este valle de tres meses de menor producción estacional, hasta que en abril comience a crecer la oferta y podamos tener mayor volumen para exportar y más leche para abastecer el mercado interno”.
DE LA FÁBRICA A LA GÓNDOLA
Otro de los puntos que el CIL intenta explicar al Gobierno ante los acuerdos de precios, es que sólo se analiza el precio de góndola y no el de salida de fábrica. “Según el INDEC, el índice de precios minoristas aumentó un 19% más que el índice de inflación mayorista (salida de fábrica), incluso si comparamos estos índices en los últimos dos años, la góndola aumentó un 24% más que nosotros (salida de fábrica); por eso el esfuerzo que hacemos desde el sector productivo no se ve reflejado en los precios al consumidor; hay que ver qué pasa en el medio entre la fábrica y el comercio”.
Según Felippa, “la inflación existe porque hay serios problemas macroeconómicos en el país, como el déficit fiscal, la emisión monetaria, la brecha cambiaria, etc, es decir, los productos aumentan porque hay causas que generan la tensión en los precios”.
Ante esta coyuntura, “tanto desde la cadena como desde el Gobierno debemos actuar con enorme nivel de responsabilidad, porque una medida mal tomada, en un sector que el año pasado le aportó al país más de 1.300 millones de dólares por exportaciones, puede generar la caída de la producción y un menor ingreso de divisas al Estado”.