El sector agropecuario no detiene su marcha y los productores se preparan una vez más para un nuevo desafío, que tendrá como protagonista al cultivo de trigo. En algunas regiones del centro norte santafesino, área de estudio del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) de la Bolsa de Comercio de Santa Fe (BCSF), ya comenzaron la laboras de siembra pensando en la campaña 2021/2022.
El relevamiento realizado por los expertos confirmó el inicio del ciclo y destacó las condiciones ambientales óptimas y la reserva de agua en los perfiles de los suelos considerada de “buena a muy buena”, al igual que los registros térmicos de los horizontes superficiales. Así, con los primeros lotes sembrados, desde el SEA estimaron una mayor intención de siembra que se ubica en el orden del “8 al 10%”, con respecto a la superficie implantada durante la campaña pasada, que fue de 348.500 hectáreas.
En el departamento Castellanos los trabajos de siembra ya comenzaron en los distritos rurales de San Vicente, Clucellas y Susana. De todas maneras, a medida que transcurran los días las labores se incrementarán teniendo en cuenta las perspectivas climáticas que se esperan para el centro norte santafesino.
En ese sentido, el informe de la BCSF precisó: “hasta el 1 de junio, los pronósticos prevén condiciones de estabilidad climática, soleado y con el paso de los días se manifestarían algunos intervalos parciales a totales de nubosidad; además habrá porcentajes de humedad ambiente medios, vientos de direcciones e intensidades variables y temperaturas que fluctuarían entre mínimas de 4 a 17 ºC y máximas de 15 a 27 ºC (en toda el área de estudio), configurando un escenario de buen tiempo”.
UN CULTIVO QUE BENEFICIA AL SISTEMA
El trigo es uno de los cultivos de invierno más utilizados, como antecesor a cultivos de verano, principalmente soja. Su incorporación, ya sea con destino de grano o como cultivo de cobertura, permite mejorar la productividad de las secuencias de cultivos, el uso del agua, las propiedades del suelo y optimizar el control de malezas. En la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Paraná (Entre Ríos) se desarrollan ensayos de larga duración que ubican al cereal en distintas secuencias agrícolas.
“Luego de 13 años de evaluación de los ensayos de larga duración, podemos recomendar la inclusión del trigo, ya sea con destino a grano o cobertura, para intensificar y diversificar las secuencias agrícolas con el fin de mejorar los rendimientos de los cultivos de grano y las propiedades del suelo”, señaló la jefa del Departamento de Producción del INTA Para, Carolina Gregorutti.
Ensayos de larga duración realizados en dos tipos de suelo (Molisol y Vertisol), en el campo experimental demostraron que se pueden mejorar los rendimientos del cultivo de trigo (promedio de ocho campañas agrícolas) cuando se lo incluyó en secuencias de cultivos más diversas, lo que involucra mayor número de cultivos diferentes.
“El rendimiento del trigo, en el suelo Molisol, aumentó de un 5 a un 9 % al aumentar la diversidad de cultivos a tres y cuatro diferentes; mientras que en un suelo más arcilloso (Vertisol) la mejora en el rendimiento del trigo fue de un 10 a un 19 %, respectivamente, en comparación con la secuencia trigo/soja de segunda (sólo 2 cultivos)”, explicó Gregorutti.
Además, en otro experimento de larga duración realizado en el campo del INTA mostró que, luego de 13 años de evaluación, la inclusión del trigo como cultivo de cobertura con fertilización nitrogenada mejoró el rendimiento del cultivo soja comparado con una secuencia en monocultivo de soja. “Observamos incrementos de un 4 a un 9 %, el cual fue mayor en secuencias bajo rotación de cultivos de tres años que incluyeron trigo como cultivo de grano y cobertura”, detalló el investigador del INTA Paraná y del Conicet, Leonardo Novelli.
De acuerdo a la información obtenida, el experto comentó que “se han registrado mejoras en diferentes propiedades del suelo como la materia orgánica, en aquellas secuencias que incluyen cultivos de cobertura fertilizadas con nitrógeno”. Y agregó: “en función de los estudios desarrollados, podemos decir que el trigo favorece la reducción de malezas por la competencia, aporta residuos que permiten mejorar los niveles de materia orgánica al suelo y reduce los procesos erosivos por una mejora en la cobertura de suelo”.