Notas de Opinión

¿Qué es la felicidad?


Hasta el momento no ha sido desarrollado su concepto más allá del sentir del propio ego. No obstante puede decirse que la persona feliz es, esencialmente, buena. 'Quien es feliz es bueno', podría asegurarse. Ser bueno siendo feliz es fácil, ambas son caras de un misma moneda; difícil es ser bueno siendo no feliz. Quien es feliz siempre está dispuesto a hacer el bien, nunca el mal. Siempre encuentra la oportunidad de decir unas palabras que puedan hacerlo sentir bien al otro, que se sienta valorado. No tiene resentimientos ni envidia, siempre perdona, aunque no olvida, porque las neuronas guardan sus impresiones en el inconsciente, en la memoria a largo plazo, no pueden borrarse. Quien sea feliz es apto para Vivir la vida del otro', es decir, puede amar. Quien sea feliz no busca al placer, ni lo rehuye; prefiere tos placeres pasivos, los que, sin saberlo, tienen efecto anabólico, no desgastan, elevan la serotonina y las endorfinas que hacen sentirse bien. Quien sea feliz puede ser persona de acción, o no. Su premisa es 'el deber ser'. Puede sufrir como cualquiera, pero sin dejar de ser feliz. No necesita estímulos para sentirse mejor ni necesita gratificaciones sensuales, emocionales, sentimentales o intelectuales, puede gozarlas o no. Quien es feliz no sufre la sensación del paso del tiempo, no le teme al futuro, ni añora al pasado. No le teme a la muerte, pero si al sufrimiento porque no le gusta sufrir, no es masoquista. La persona feliz también discute, y a veces con vehemencia, pero en forma impersonal, lo hace objetivamente sobre el tema, sin atacar ni ofender al otro. Cuando lo ofenden a él no reacciona, no le duete la ofensa, porque es feliz. Pero siempre esta desconforme con lo que hizo en su vida y puede llegar sentirse un fracasado, un mediocre, pero no un no feliz. Los mediocres siempre se sienten conformes, sin sentirse felices. La felicidad no se conquista, se la descubre. Es una vivencia permanente que jamás desaparece; coincide con la madurez psicológica que, sí, debe ser conquistada, conquista que una vez lograda es imposible que desaparezca. Quien sea feliz, si gana mucho dinero se siente muy satisfecho, pero sin ser más feliz. Si no lo gana se lamenta, pero sin dejar de ser feliz. Así, en todo. La felicidad es una herencia de origen animal; los animales son felices, los feroces también. Esa herencia palpita en un estrato profundo, inconsciente, que por momentos puede aflorar a la consctencia de cualquier persona, pero sin que ese afloramiento sea reconocido en su verdadera dimensión porque el común de las personas solamente reconocen las vibraciones del placer, la satisfacción de sus egos, y alcanzan a sentirse felices momentáneamente, y luego podrán sentirse satisfechas o insatisfechas, alegres o tristes, seguras o inseguras, pero no, por sobre todo, felices. La felicidad brinda la permanente noción sobre la maravillosa experiencia de vivir. Es la noción consciente del 'elam vital1, del fuego sagrado, del misterio de la vida. Tan maravillosa experiencia no se proyecta hacia una visión cósmica, no imagina, carece del sentido de la proyección, vive nada más que

cumpliendo con su destino haciendo esfuerzos para que sea cumplido de la mejor forma, pero no es 'artífice de su destino1, porque el destino nos es dado, a cada uno el suyo. La vivencia de la felicidad es intransferible, no puede convertirse en una filosofía ni en una enseñanza. Es una esencia animal volcada a ta conciencia, que siempre está lista para hacerle saber a los humanos que ellos no son protagonistas, que no lo son sus egos, sus almas ni sus espíritus. Quien sea feliz no necesita creer en Dios porque 'creer es no saber'. Quien es feliz solamente vive la maravillosa experiencia de vivir sin proyecciones, sin esperanzas y sin tiempo. Pero por sobre todo es bueno, porque no puede dejar de serlo, siempre piensa siempre en el otro como si se tratara de él mismo.


(*) Córdoba.

Autor: Dr. León Jorge Nihoul (*)

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