En los departamentos del norte y este de la Provincia de Santa Fe, donde las condiciones ambientales y de piso lo permitieron, se continuó la preparación y acondicionamiento de los lotes con destino a girasol, pero, la situación climática reguló el comienzo del proceso de siembra. Así lo sostiene el último informe del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) para el Centro Norte de la Provincia de Santa Fe correspondiente a la semana comprendida entre el 25 y el 31 de julio último.
La última semana se presentó con condiciones de inestabilidad, lloviznas, bajas temperaturas, alta nubosidad y pocas horas de sol. Continuó con estabilidad climática, bajas a muy bajas temperaturas, secuencia de heladas y nubosidad, predominando durante todo el período los altos porcentajes de humedad ambiente, subraya el reporte que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
Así, los contextos comerciales y climáticos fundamentaron la estimación de un incremento del orden del 4% en la intención de siembra con respecto a la superficie sembrada en la campaña anterior. Lo que representaría aproximadamente unas 124.000 ha.
En un relevamiento de las tareas realizadas en la semana de referencia se advierte que continuó el lento movimiento de cosechadoras, que avanzaron sobre los lotes de maíz de segunda, regulado por los porcentajes de humedad ambiente y del grano, lográndose un grado de avance del orden del 65 %.
Asimismo, el informe del SEA señala que el proceso de cosecha del maíz tardío (de segunda) logró un grado de avance del orden del 65 %, con un progreso en la semana de 15 puntos y en comparación con la campaña pasada, un retraso de 10 puntos.
La trilla continuó siendo regulada por las condiciones climáticas marcadas por los variados porcentajes de humedad, pocas horas de sol e inestabilidad, repercutiendo directamente en la humedad del grano, cuyos porcentajes continuaron en niveles altos a muy altos (17 a 26%).
En la semana se obtuvieron los siguientes rendimientos promedios mínimos que fluctuaron entre 18 - 25 - 30 qq/ha y rendimientos promedios máximos entre 50 - 65 qq/ha, con máximos en lotes puntuales de 70 qq/ha. Estos resultados continuaron manifestando los diferentes escenarios en que se desarrolló el cultivo y sus consecuencias.
Con respecto al trigo, el reporte afirma que un 90% del cultivo implantado presentó estado bueno a muy bueno con muchos lotes en estado excelente, un 7 % en estado bueno a regular y un 3 % en estado regular. Este último porcentaje fue consecuencia de la frecuencia de heladas, particularmente en los lotes con cultivos de ciclo intermedio y cortos, escaso a mínimo desarrollo vegetativo, donde se reflejó el impacto de las bajas temperaturas.
Un 55% presentó estado de desarrollo foliar y el 45% restante en inicio de macollaje y macollaje en tanto que no se detectó la presencia de enfermedades ni plagas.