“Estas lluvias vienen bien porque como todos sabemos veníamos arrastrando una sequía que se extendió desde la campaña gruesa pasada y también transitó esta campaña fina, impactando en las expectativas que se tenían”, sostuvo el Ing. Juan Picco, del área de Agronomía del INTA Rafaela y productor agrícola de nuestra región, referente de AAPRESID.
También se refirió a la ocurrencia de los últimos eventos de lluvia, diciendo que “para lo que es la siembra de maíz de primera ya se pasó la fecha, incluso en muchas zonas hubo que retrasarla y se decidió esperar a la siembra tardía o cambiar de cultivo en el lote que estaba asignado”.
El técnico advirtió que habrá que estar atentos al nuevo patrón de lluvias, bajo el fenómeno El Niño, que se caracteriza por tener eventos típicos como los de estas últimas semanas, con lluvias intermitentes cada tres o cuatro días, lo cual ajusta las posibilidades de entrar al lote para realizar labores.
Al no llover normalmente en septiembre, el maíz de primera prácticamente pasó de largo y eso motivó que la soja se lleve casi todos los lotes disponibles. “Un 80% de la región sembrará soja en los próximos días”, afirmó el ingeniero del INTA.
CUÁNTO FALTA PARA RECARGAR
Según comentó Picco, en base a un relevamiento del Ing. Sebastián Zuil (del INTA), “en nuestra zona el perfil de humedad en el suelo se encuentra con un déficit importante, aún después de los milímetros recibidos. “Para que se favorezca el desarrollo de la soja, estamos por debajo de los milímetros en recarga de perfil y ni hablar de la napa que la semana pasada estuvo por debajo de los seis metros”, indicó en ADN Rural el Ingeniero.
Y agregó: “estamos necesitando aún unos 100 mm para recargar bien el perfil, si consideramos que siempre se mira hasta los dos metros; claro que no hay que alarmarse en eso, pero sí saber que estamos por debajo y necesitamos que las lluvias ocurran para que se vayan recargando”. Cabe aclarar que esta declaración se dio previo a esta lluvia del martes que arrojó unos 58 mm, por lo que la ecuación seguiría siendo negativa en unos 40 mm.
Lo importante es que “estamos muy bien para poder largar la siembra e iniciar el desarrollo del cultivo y, si contamos con tres o cuatro días de sol consecutivo, las sembradoras podrán entrar tranquilamente a realizar sus labores para soja de primera”, confirmó Picco.
Este mes de noviembre será intenso en cuanto a implantación porque “empalma” rápidamente con diciembre, donde ya se asoman el maíz de segunda y la soja de segunda siembra.
DIFERENTES REALIDADES
Según el análisis del Ing. Picco, es difícil hablar en términos generales, porque no todos los lotes son iguales y los milímetros caídos en la región no han sido para todos igual. Habrá casos que con un día sol, luego de tres años de sequía, quizás le sea suficiente para entrar con los equipos. En tanto, otros que ya trillaron el trigo, con el rastrojo en superficie, las lluvias tardan un poco más en secar, necesitando hasta tres o cuatro jornadas de cielo despejado.
“Lo que viene retrasando es lo que sucede con las lluvias escasas y cada 48 horas, como sucedió en la madrugada del sábado”, ejemplificó el técnico del INTA. “Una siembra o una pulverización necesitan el suelo firme y luego de las lluvias por más pequeñas que sean, el lote necesita orearse un poco antes de entrar, y en estos momentos, creo que la mayoría de los productores tenían alguna aplicación programada para hacer y debieron postergarla”.
También es cierto que hay que aprovechar como sea esta situación hídrica y si es necesario trabajar por sectores un mismo lote, todo vale, luego de tres años de malas cosechas. “Hay muchos que avanzan con mitad lote, largan por la parte más alta y al día siguiente hacen la parte más baja, esto es normal en años donde se tienen que retrasar las labores por la ocurrencia de las lluvias de primavera”.
Según comentó Picco, para comenzar los años de tremenda escasez de agua, se necesitará que El Niño cumpla con las expectativas: “estamos viendo que por suerte se dan milímetros interesantes, no ya de 5 o 10 sino de 30 o 50 para arriba, lo cual es suficiente para que la siembra de soja arranque bien, aunque para que el cultivo se desarrolle, necesitaremos que las precipitaciones sigan ocurriendo en lo que sería un año normal de lluvias, digamos que un poquito más llovedor de lo normal”.