Una jornada que prometía ser una verdadera fiesta del fútbol rafaelino terminó de la peor manera. El encuentro entre Ben Hur y 9 de Julio, disputado en el estadio Néstor Zenklusen por la última fecha de la primera fase del Torneo Federal A, fue suspendido por el árbitro Matías Billone Carpio tras una agresión desde la tribuna local a jugadores del conjunto visitante.
Corrían apenas tres minutos del complemento cuando hinchas de la BH arrojaron proyectiles que impactaron en futbolistas de 9 de Julio, cuando éstos celebraban el gol del empate, provocando la interrupción del partido, que se encontraba 1 a 1 en el marcador.
Quien se refirió a lo sucedido fue Emiliano Montagna, presidente de 9 de Julio, quien calificó los hechos como “repudiables” y expresó su preocupación por la integridad del plantel.
“Un hecho lamentable. El partido lo iban ganando ellos, lo empatamos, estábamos bien, iba a ser un partido durísimo e interesante. Lamentablemente pasan estas cosas que no están en los planes de nadie y son impensadas”, declaró el dirigente juliense en radio El Espectador.
Uno de los jugadores agredidos fue Sebastián Acuña, quien debió ser retirado en ambulancia y quedó internado en observación en el Sanatorio Nosti, donde pasará la noche en observación, según indicó el propio Montagna.
“Obviamente que sin Acuña en cancha, al ser retirado en ambulancia, era imposible seguir. No sé qué determinación tomará el Consejo Federal. Todo va a depender del informe que realice el árbitro. Nunca nos consultaron si queríamos continuar, fue una decisión suya”, señaló Montagna.
Con respecto al futuro del partido y a las posibles resoluciones del Consejo Federal, Montagna fue cauto pero realista: “Faltaban 40 minutos. Es mucho. Existe la posibilidad de que se juegue, pero entiendo que sería imposible. Mañana es el sorteo (de la segunda fase) y el Consejo tomará cartas en el asunto rápidamente.”
Por último, el presidente del “León” remarcó que el resultado deportivo quedó totalmente de lado frente a la gravedad del incidente: “Esto es un deporte. Hay que velar por el espectáculo, venir a disfrutar. Todos queremos ganar, pero no a cualquier costo. Le pegaron en la cabeza a un chico y hoy está mareado, hay que ver cómo sigue. Si le pegaban en un ojo y perdía un ojo, le arruinaban la vida a una persona. Tenemos que tomar conciencia. Entiendo que en la cancha la gente se descontrola, se descarga, pero entre todos tenemos que reflexionar mucho más.”
Mientras se aguarda la definición oficial del Consejo Federal, el clásico rafaelino queda empañado por un nuevo episodio de violencia en el fútbol argentino, un problema que, lejos de resolverse, sigue cobrando protagonismo en las canchas.