Domingo de elecciones, si bien no decisivas en cuanto a la definición de los cargos en juego, aunque sí para algunas pocas listas que compiten entre sí para el armado posterior para las generales de octubre -caso concreto de las 4 nóminas dentro del Frente Progresista local-, igualmente se les adjudica a los resultados el mismo valor de una gran encuesta nacional, que no podrá ser minimizada y que establecerá en gran medida el posible desenlace final de aquí a dos meses y medio, cuando en realidad el voto sea determinante. Por supuesto que no se cierren del todo las puertas para lograr una reversión, o al menos intentarlo, pues algo de tiempo por delante queda para pelearla, pero tampoco puede dejar de admitirse que las tendencias quedan marcadas en profundidad, y cuando son así lo más factible es que se profundicen. Por eso del "voto útil", el "voto bolsillo" o directamente la atomización, que suelen argumentarse en estas circunstancias, aunque en definitiva, todo lo que se diga no vaya más allá de las especulaciones. La última palabra, la estocada decisiva, siempre la tiene la gente, lo cual por fortuna es inmodificable.
Es entonces la de hoy una jornada de urnas, de cumplimiento cívico, para asumir con responsabilidad, convicción y sentido común. Llega esta primera instancia envuelta en un momento en que todos estamos conmovidos por la tragedia de Rosario, episodios a los que nos rebelamos tener que acostumbrarnos, y que dejan marcas a fuego, ya que como otros, pudieron ser evitados.
Tanto lo ocurrido en Rosario, como esta parte final del recorrido a los comicios, pusieron un paréntesis en las habituales preocupaciones de la gente, que continuarán siendo las mismas desde mañana, cuando los resultados de las urnas comiencen a transitar el sendero del pasado. Inseguridad, inflación, temor a la pérdida del empleo, un terceto de temas que con todas sus consecuencias concentra gran parte del reclamo.
Llamativo han sido los índices difundidos la última quincena, con el gobierno empeñado en mostrar buenos resultados en casi todas las áreas, aunque en la mayoría de los casos se contradicen con los ofrecidos por la oposición y las organizaciones privadas. Claro, entre los dos extremos muchas veces suele olvidarse que se encuentra la realidad, esa que está al margen de la sensación, de estadísticas huecas de contenido y de discursos vacíos. Cuando esta es justamente la que mayor poder de impacto tiene en la gente.
Un dato contundente. El desconocimiento existente en torno a estas elecciones es notable, pues al alejarnos del microclima que se vive alrededor de la política, sin discriminaciones pues ocurre casi por igual en todos los estratos, son pocas las personas que están en conocimiento de cómo es el procedimiento del voto, ni que hablar de los nombres de los candidatos, tal vez algunos aislados, incluso sin identificar demasiado a los partidos que representan. Una situación que aparece respaldada por la elevada cantidad de indecisos que había hasta unos días atrás, cuando dos encuestas dieron 24 y 18 por ciento, lo que es probable introduzca alguna clase de variante en los posicionamientos de los sondeos, aunque no deben aguardarse hechos significativos, ya que la mayoría de las veces esa repartija se va decantando proporcionalmente.
Reiteramos, lo de hoy no es decisivo ni mucho menos, pues los concejales se elegirán recién en octubre. Ahora apenas pasamos una primera zaranda. Vale entonces recordar que están en juego 5 bancas de concejales que en diciembre dejarán vacantes Jorge Maina, Nora Gramaglia, Luis Peretti, Lolo Bauducco y Víctor Fardín -estos dos últimos son los únicos que van en búsqueda de renovación-, mientras que en las otras elecciones simultáneas aunque nacionales, se pondrán en disputa 9 bancas en la Cámara de Diputados nacional, en este caso contabilizándose los sufragios de toda la provincia en un único resultado final. Siendo estas las de mayor impacto, pues tendrán una influencia absoluta para 2015, cuando haya que renovar la Presidencia de la Nación, que es en realidad hacia donde se focalizan todas las miras. Un objetivo que parece ser el de varios, más allá de la importancia que tiene el voto de este domingo.
Un deseo en el cierre, que todo transcurra dentro de la normalidad y en paz, evitando diferencias, para comprobar que esa "grieta" no es tan profunda como se supone.