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Deportes Viernes 22 de Agosto de 2025

Cómo gestionar la espera del Mundial 2026

La Selección argentina, ya clasificada a la Copa del Mundo, debe definir un calendario de partidos que permitan aceitar el juego y asentar el equipo para llegar lo mejor posible al momento de la verdad.

Agrandar imagen RUMBO AL MUNDIAL. / A la espera de la próxima Copa del Mundo, con la Selección ya clasificada, restan definir los partidos que disputará para llegar de la mejor manera.
RUMBO AL MUNDIAL. / A la espera de la próxima Copa del Mundo, con la Selección ya clasificada, restan definir los partidos que disputará para llegar de la mejor manera. Crédito: FOTO ARCHIVO

En un par de semanas la Selección jugará el último segmento de partidos de las Eliminatorias para, después, terminar de armar una agenda de compromisos que lo dejen en los umbrales de la Copa del Mundo en el mejor estado competitivo posible; hago esta referencia porque seguramente tales objetivos no saldrán de la esfera de amistosos o informales o como una excepción por confirmarse la disputa de la Finalissima ante el combinado Español en su condición de actual monarca europeo, instancia plagada de vaivenes difíciles de articular.

El equipo nacional, ya clasificado para el Mundial, debe cancelar los dos compromisos oficiales que le restan del torneo sudamericano ante Ecuador, como visitante, y Venezuela como local, y a partir de allí tendrá la posibilidad de disputar cuatro partidos amistosos, dos en octubre y otros dos en noviembre, más los pocos que queden en 2026.

De esos cuatro partidos amistosos de lo que resta de 2025, se conoce ya que los que se vayan a jugar entre el 10 y el 18 de noviembre, tienen una enorme chance de que se dispute, uno de ellos, en Luanda, Angola, ante la selección local, que aún tiene chances matemáticas para clasificarse al Mundial en su grupo D de la Confederación Africana, pero parece una empresa muy complicada toda vez que tiene que ser primera o ingresar entre las mejores cuatro segundas y hoy se encuentra cuarta, con 7 puntos, a cinco de Camerún, segunda, y seis de Cabo Verde, primera, cuando quedan cuatro fechas.

El segundo tiene posibilidades de que se desarrolle en tierras qataríes -de muy buen recuerdo por haberse coronado allí campeona mundial en 2022- ante Estados Unidos, selección que dirige otro argentino, Mauricio Pochettino, y que viene de perder la Copa de Oro de la Concacaf a manos de México.

Precisamente México, dirigida ahora por el experimentado Javier "Vasco" Aguirre y rival de la selección argentina (aunque en aquel momento, con Gerardo "Tata" Martino de entrenador), fue rival de la albiceleste en el pasado Mundial en la fase de grupos y ahora podría ser el primer equipo por enfrentar en octubre, y en los Estados Unidos, luego de que se cayera la gira por dos partidos que la AFA había acordado con una empresa vinculada a China.

El segundo partido, siempre en territorio norteamericano, sería ante Corea del Sur, que cuenta con el gran delantero Heung-min Son, quien acaba de salir del Tottenham Hotspur luego de una década, para recalar en el Los Ángeles Fútbol Club de la MLS.

Lo claro es que, como señalamos anteriormente, salvo el muy probable partido (sin sede aún ni fecha concreta, aunque lo más factible sea entre el 23 y el 30 de marzo) ante España, campeona de la Eurocopa, por la llamada "Finalissima" en su segunda edición (la anterior la ganó el equipo argentino a Italia en Londres en 2022), la selección nacional estará el ciclo entero entre mundiales sin haber enfrentado a conjuntos europeos y en caso de hacerlo ante España, será por un compromiso oficial.

Esta situación de no enfrentar a potencias europeas no es nueva. De hecho, ya ocurrió para el Mundial pasado, que el equipo argentino terminó ganando, pero que generó dudas acerca de si la falta de roce con esos equipos dejaba una sensación falsa de triunfalismo. Tal como ahora, el único rival del Viejo Continente provino del compromiso oficial por la "Finalissima" pero por lo demás, abundaron partidos ante selecciones asiáticas o centroamericanas, agotadas las posibilidades de jugar ante sudamericanos, entre la Copa América y las largas etapas de clasificación mundialista, igual que en el presente.

No es casual que haya aparecido la voz de Emiliano "Dibu" Martínez para reclamar enfrentamientos ante europeos como España e Inglaterra (citados por él mismo), aunque luego moderara su discurso afirmando que "nosotros, de todos modos, ponemos el mismo entusiasmo y jugamos siempre igual", pero estas declaraciones muestran a las claras que los propios jugadores -ya consagrados- insisten en que el roce internacional ante los mejores es fundamental.

Muchos insisten en lo que ocurrió en el Mundial 2022, cuando sin tanto roce, la selección argentina acabó coronándose en Qatar, pero lo cierto es que aquel equipo que no se podía probar ante potencias de primer nivel, cayó derrotado en el debut ante Arabia Saudita en Lusail y eso obligó a Scaloni a severos cambios ante México, cuando arrancó otra dinámica, es decir que no es que aquel equipo que habitualmente disputaba amistosos ante selecciones de segundo nivel, fue el que, íntegramente, fue campeón, sino que las consecuencias de aquella falta de roce aparecieron en el debut.

Esto significa que, en el camino hacia el Mundial 2026, habrá jugado ante sudamericanos, centroamericanos, asiáticos y africanos, y sólo ante España en cuanto a europeos.

Es cierto que parte de la realidad no tiene relación solamente con las decisiones de la AFA sino con el creciente aislamiento europeo para no tener que pagar el precio de lo que en el Viejo Continente se suele denominar como "Virus FIFA", un sistema por el que los jugadores de los equipos más fuertes son cedidos a sus selecciones nacionales, viajan por miles de kilómetros por el mundo para amistosos, a veces se lesionan o vuelven cansados, y entonces al regresar pierden de jugar partidos oficiales.

Nada que no se haya debatido en otros tiempos vecinos a estos mega eventos, sucede que todos los intereses que rondan los contratos de los nuevos futbolistas de las grandes ligas, en general fichados por cifras estremecedoras, van quitándole margen de negociaciones a los seleccionadores y sus asociaciones.

Algunos modelos de competencias comienzan a mandar señales cada vez más enfáticas, de cierto agotamiento.

(*) Néstor Clivati es periodista acreditado por La Opinión para la cobertura de las Eliminatorias Mundial 2026.

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