Sébastien Ogier resistió el ataque de su rival por el título Elfyn Evans y se aferró al liderato del Rally de Japón de cara al último día de competición.
Ogier se vio atacado por el líder del campeonato Evans a lo largo de las siete etapas de asfalto del sábado, pero fue capaz de remontar por la tarde para terminar el día con un margen de 6s5d antes de los seis tramos restantes del domingo.
Evans empezó el día a 10s2d de Ogier en la tercera posición, pero rápidamente adelantó al local Takamoto Katsuta (los tres con Toyota Yaris) y se colocó segundo tras la primera etapa. A continuación, Evans marcó tiempos más rápidos que Ogier en cada una de las tres pruebas siguientes para recortar la ventaja de su compañero de equipo a 1s4d tras la etapa 11, de Monte Kasagi.
Ogier sintió que había perdido algo de tiempo en la especial 11, tras un incidente en el que se vio involucrado Katsuta y que supuso el final del intento del piloto japonés de conseguir su primera victoria en el WRC ante su gente. Katsuta se equivocó al entrar en una chicane y atravesó varias barreras de plástico llenas de agua, lo que provocó la pérdida de dirección asistida del auto japonés, que le costó más de cuatro minutos. Ogier se sintió retrasado por las barreras esparcidas por la carretera y cedió otras 6 décimas a Evans.
Sin embargo, en la 12ª etapa, Ogier consiguió frenar el flujo de pérdida de tiempo, aventajando a Evans en la victoria del parcial por 3d. A continuación, el ocho veces campeón del mundo protagonizó un impresionante pilotaje en la 13ª etapa para sacarle tres segundos a Evans, antes de terminar el día ganando la superespecial Toyota City.
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