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Deportes Sábado 8 de Noviembre de 2025

Rafaela frente a la nueva era de la economía: oportunidades y riesgos tras la reforma laboral

Tras las elecciones, un revitalizado Gobierno comenzó a preparar el terreno para avanzar en reformas estructurales. Cambiar leyes laborales encabeza la lista de tareas.

Agrandar imagen REFORMA LABORAL. Uno de los objetivos de corto y mediano plazo del Gobierno.
REFORMA LABORAL. Uno de los objetivos de corto y mediano plazo del Gobierno. Crédito: FOTO IPROFESIONAL

Por Guillermo Briggiler

Las elecciones pasaron, pero la economía sigue en campaña. El resultado electoral de los pasados comicios nacionales, no sólo consolidó al oficialismo en el Congreso, también abrió la puerta a una nueva etapa de reformas estructurales que prometen cambiar de raíz la forma en que funciona el país.

Teniendo en cuenta que el próximo año no habrá elecciones, todo el aparato de gobierno se abocará a realizar las reformas económicas que promovieron en campaña. Entre ellas, la reforma laboral aparece como el eje más sensible y, a la vez, el más decisivo para determinar el rumbo de los próximos años.

El escenario post electoral. La economía argentina llega a esta instancia con una inflación todavía alta, salarios reales golpeados, y una recuperación lenta del consumo. Sin embargo, el clima político posterior a las elecciones trajo un respiro: los mercados reaccionaron positivamente, el dólar se estabilizó y varias provincias analizan emitir deuda para financiar inversiones -Santa Fe está en la lista-. Mientras el gobierno nacional, fortalecido por el resultado, plantea ahora una segunda fase de su programa económico. En ella, la prioridad ya no será solo el ajuste fiscal o la desregulación comercial, sino también la modernización del mercado laboral.

¿Con qué nos vamos a encontrar? La promesa oficial es clara, reducir la carga impositiva sobre el empleo, simplificar las relaciones laborales y crear incentivos para que las empresas contraten personal en blanco. Por otro lado, los críticos de esta reforma, advierten que el riesgo es avanzar hacia una mayor precarización y pérdida de derechos adquiridos, aunque esta visión es solo para los que se encuentran dentro del mercado laboral y no tiene en cuenta un número igual de trabajadores que se encuentran en la informalidad y, con esto, carente de derechos.

¿Qué propone la reforma laboral? Es decir, ¿de que hablamos cuando decimos reforma?

Por ahora solo tenemos un borrador que circula en el Congreso incluye varios cambios de fondo:

• Reducción de las cargas patronales para pymes y nuevas contrataciones.

• Posibilidad de convenios por empresa que primen sobre los de rama o sector.

• Pago de indemnizaciones en cuotas y simplificación de los procesos judiciales.

• Flexibilización de la jornada laboral, con compensaciones en tiempo y no siempre en dinero.

• Incentivos para registrar trabajadores informales mediante moratorias y beneficios fiscales.

El gobierno argumenta que con estos cambios se podrá blanquear parte de los ocho millones de trabajadores informales y generar competitividad. Los gremios, por su parte, temen que la reforma se convierta en una “legalización de la inestabilidad”.

¿Y qué impacto podemos esperar en Rafaela y la región? Para Rafaela, nuestra ciudad industrial y agroalimentaria por excelencia, la discusión no es abstracta, aquí toca directamente el corazón de su estructura productiva.

Muchas pymes locales, en metalmecánica, autopartes, alimentos y logística, podrían beneficiarse si efectivamente se reducen los costos de contratación. En un contexto de recuperación del crédito y estabilidad cambiaria, la baja de aportes y cargas podría traducirse en nuevos empleos formales.

Como lo expusimos antes el reverso de la situación es claro, si la flexibilidad se convierte en sinónimo de inestabilidad, los trabajadores podrían perder poder adquisitivo y previsibilidad. Rafaela tiene un fuerte entramado de clase media asalariada; su equilibrio depende de salarios que mantengan el consumo interno, lo que solo se compensaría con crecimiento de empleo.

La experiencia de Rafaela enseña que la competitividad no se logra precarizando, sino apostando por productividad, tecnología y trabajo calificado. Si la reforma laboral logra encaminarse en ese sentido, como herramienta de dinamización y no de ajuste, podría ser un punto de inflexión positivo. Por lo que Rafaela se encuentra, una vez más, en el espejo de la Argentina. Tiene todo para ser protagonista de la nueva etapa: industria, talento, educación y cultura del esfuerzo.

Pero el desafío será lograr que la reforma laboral y las medidas económicas no sean solo un cambio de leyes, sino el inicio de un nuevo contrato social, entre Estado, empresas y trabajadores, que permita el despegue de la ciudad y el país hacia un futuro más próspero.

#BuenaSaludFinanciera

@ElcontadorB

@GuilleBriggiler

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