Avance contra el sida

Por REDACCION

Exactamente una semana atrás fue conmemorado el Día Internacional del Sida, conociéndose un amplio abanico de informaciones y estadísticas relacionadas con la enfermedad, algunas de las cuales son muy positivas. Por ejemplo ONUsida, ente que funciona dentro de las Naciones Unidas, dio cuenta que los fallecimientos en Latinoamérica por causa del sida descendieron 36% en la última década, lo cual constituye un avance muy importante.

Justamente en esta región viven con la enfermedad 1,5 millón de personas, debiéndose destacar que además de retraerse la cantidad de fallecidos, consecuencia de los tratamientos aplicados, también estuvo en baja el número de nuevos infectados.  Es decir, se dio una combinación muy interesante cuyos resultados quedan a la vista en la cruzada de la "lucha contra el sida".

La mejoría de la situación descripta en nuestra región, de acuerdo con los expertos, se debe especialmente al mayor acceso de la población afectada a los medicamentos antirretrovirales y a su consumo cada vez en forma más temprana, lo cual evita el desarrollo de la enfermedad.

Una visión optimista da cuenta que se confía que en 2015 en Latinoamérica se pueda dar cobertura a más del 80% de las personas con la enfermedad, que totalizan 1,5 millón contra 1,3 millón que había un 2001, habiendo aumentado la cantidad como consecuencia del descenso de la mortalidad,

Según el informe, la Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay y Venezuela cuentan con legislaciones que penalizan la transmisión de la enfermedad, mientras que Perú tiene en trámite legislativo un proyecto para sumarse a este grupo. Aunque, de acuerdo a las estimaciones de los entendidos, no es este el camino más acertado, ya que por más leyes que se instrumenten no logran modificar el comportamiento de manera efectiva. Lo que sí debe incentivarse es la educación de la gente, en especial en lo que hace a la prevención, que desde siempre ha sido considerada la mejor y más efectiva herramienta para enfrentar al sida y doblegarlo.

Este mismo panorama latinoamericano tiene correspondencia en el resto del mundo, ya que la cantidad de infectados viene en descenso generalizado, lo cual no significa que la situación siga siendo preocupante. Uno de los objetivos propuestos por los Objetivos del Milenio para 2015 es que haya 15 millones de personas que reciban tratamiento en el mundo, aunque se está bastante lejos de esa cantidad, pues ahora está en sólo 9,7 millones.

Entre 2001 y 2012 la cantidad de afectados en todo el mundo cayó 33%, en tanto que si hablamos sólo de la infección de niños el descenso fue del 52%, cantidades que resultan de lo más optimistas, siendo datos que corresponden al Programa para las Naciones Unidas.

Además de caer las cantidades de infectados, también se redujeron las muertes en un nivel de 30%, tomando como referencia el máximo de 2,3 millones del año 2005 a 1,6 millones de 2012, todo ello merced al mayor acceso a los tratamientos y nuevos medicamentos antirretrovirales. Lo que antes era una infección mortal en la totalidad, ahora se ha transformado en una enfermedad crónica para muchos de los casos.

De los casi 40 millones de personas infectadas por el sida que había en 2004 se retrocedió ahora a 34 millones, la mayoría de los cuales se encuentran en países de ingresos bajos o medios, recordándose que desde la aparición de la epidemia se ha cobrado unos 30 millones de vidas, y que cada año mueren alrededor de 1,8 millón de personas.

La región más castigada del planeta por el sida es el Africa subsahariana, donde existe no sólo la mayor cantidad de infectados, sino también los más bajos promedios de edad, siendo allí los niveles más bajos de tratamientos, y casi inexistente la prevención.

Aún con los avances registrados últimamente, el sida continúa siendo uno de los más graves problemas de salud pública en el mundo, pues si bien se incrementó la cantidad de tratamientos, quedan todavía unos 19 millones de personas sin acceso al mismo. En tal sentido, la Organización Mundial de la Salud difunde permanentemente directrices acompañadas de apoyo a aquellos países más comprometidos, para que puedan incrementar sus programas de asistencia a los enfermos.

Digamos finalmente, que en la Argentina hay unos 110.000 enfermos de sida, y que la situación sigue siendo comprometida respecto a la falta de concientización de quienes se exponen al contagio. Actualmente el 30% de los portadores desconoce su condición de afectado.