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Información General Martes 21 de Octubre de 2025

¿Cuándo y cómo observar al cometa Lemmon, el espectáculo astronómico que no se repetirá en mil años?

El C/2025 A6, también llamado “cometa Halloween”, alcanzará su punto máximo de brillo a fin de octubre en el hemisferio norte y a principios de noviembre en el hemisferio Sur.

Agrandar imagen GRAN EXPECTATIVA. El Cometa Lemmon alcanzará su máximo brillo entre fines de octubre y comienzos de noviembre. Será visible desde la Tierra y promete una vista única.
GRAN EXPECTATIVA. El Cometa Lemmon alcanzará su máximo brillo entre fines de octubre y comienzos de noviembre. Será visible desde la Tierra y promete una vista única. Crédito: FOTO WEB

Cuando el cielo parece repetir su rutina estelar cada noche, la irrupción de un cometa rompe la monotonía del cosmos para deleite de millones de espectadores en todo el mundo.

Este año, ese papel protagónico lo ocupa el cometa Lemmon (C/2025 A6), una joya verde y luminosa que se prepara para alcanzar su máximo esplendor entre finales de octubre y comienzos de noviembre.

Descubierto en enero por el astrónomo Carson Fuls desde el Observatorio Mount Lemmon, en Arizona, el cuerpo celeste se convirtió en tiempo récord en el candidato al mejor cometa de 2025.

Los astrónomos coinciden en que se trata de una oportunidad única en la vida. Lemmon completa una vuelta alrededor del Sol cada 1.150 años, por lo que nadie vivo hoy volverá a contemplarlo.

Este paso es especialmente favorable para los observadores del hemisferio Norte, que ya pueden disfrutar de su brillo creciente en el cielo vespertino. Aunque aquellos que viven el el hemisferio Sur también tendrán la oportunidad de verlo a partir de noviembre.

Desde principios de octubre, el cometa se desplazó bajo la constelación de Bootes y comenzó a perfilar una trayectoria que lo llevará frente a Ofiuco en Halloween, cuando alcanzará su punto más cercano a la Tierra, a unos 90 millones de kilómetros.

UN VISITANTE VERDE QUE REGRESA TRAS UN MILENIO

Los cometas son viajeros del tiempo. Proceden de los confines helados del Sistema Solar, y cada paso cercano al Sol los transforma. En el caso de Lemmon, su órbita lo trae de regreso después de más de mil años de ausencia. Su anterior visita ocurrió cuando Europa aún no había inventado la imprenta y las civilizaciones mesoamericanas seguían observando el cielo con ojos de piedra y fuego.

El cometa, de entre 10 y 20 kilómetros de diámetro, está compuesto por una mezcla de hielo, polvo y roca. A medida que se acerca al Sol, los hielos subliman y liberan gases que, al interactuar con la radiación solar, le otorgan su característica cola verdosa y azulada. Este tono se debe principalmente al carbono diatómico, una molécula que brilla con un resplandor verde intenso cuando se excita con la luz del Sol.

Lemmon fue catalogado oficialmente como C/2025 A6. Su órbita se inclina 143,7 grados respecto al plano de los planetas, lo que significa que se mueve en dirección retrógrada, contraria a la de la mayoría de los cuerpos del Sistema Solar. Esta inclinación hace que el cometa ascienda hacia el norte durante su perihelio, favoreciendo a los observadores del hemisferio boreal.

El astrónomo Harvey Smith, profesor asociado de cirugía ortopédica en Penn Medicine y aficionado a la astronomía, bromeó en una entrevista que el fenómeno “es una clase magistral gratuita de mecánica celeste”, porque permite ver cómo una simple variación orbital cambia completamente el destino de un cuerpo celeste.

En el caso de Lemmon, ese cambio fue literal: en abril pasó a 348,5 millones de kilómetros de Júpiter, y la atracción gravitacional del gigante gaseoso acortó su período orbital en unos 200 años. Ahora, su ciclo se redujo a 1.154 años.

Esto significa que quienes levanten la vista este octubre estarán siendo testigos de un suceso que no volverá a repetirse hasta el año 3025. Es, en efecto, un espectáculo irrepetible en la escala humana.

El mejor momento para observarlo será entre el 25 y el 31 de octubre, cuando el cometa alcance su brillo máximo y se ubique relativamente alto sobre el horizonte occidental poco después del atardecer.

Durante los primeros días de noviembre, Lemmon cruzará frente a la constelación de Ofiuco y, posteriormente, comenzará a desvanecerse. Para finales de mes, estará demasiado bajo en el cielo para ser visible desde el norte.

Los observadores del hemisferio sur tendrán su turno durante noviembre, cuando el cometa aparezca al anochecer en dirección noroeste, visible con binoculares o pequeños telescopios.

Los astrónomos insisten en que los cometas son impredecibles. A veces se desintegran al acercarse al Sol, otras superan todas las expectativas. Por ahora, Lemmon sigue cumpliendo con lo prometido: cada noche brilla un poco más, y cada observador que lo mira sabe que está presenciando algo irrepetible.

Cuando el calendario marque el 31 de octubre y el cielo del norte se tiña de verde, el planeta entero compartirá un mismo acto de asombro. El cometa Lemmon cruzará las constelaciones con su cola luminosa extendida, un visitante de otro tiempo que vino a recordarnos que el universo, incluso en su infinita distancia, sigue sabiendo sorprendernos.

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