“No era un engaño, es un peldaño. Y bien ejecutado”. Raúl Drubich
Enfrentarnos como lectores al último libro publicado por el escritor rafaelino Raúl Drubich: “La Frontera incierta y otros relatos” -Editorial Autores de Argentina-, es una experiencia innovadora que debemos asumir con una mirada certera, confiable y dispuestos a aceptar otras verdades, otras realidades.
Los epígrafes que encabezan los capítulos del ensayo nos abren las puertas para introducirnos en un mundo ignorado por la gran mayoría: “Sabía quién era esta mañana, pero he cambiado varias veces desde entonces”. Lewis Carrol.
“Porque en la fluencia eterna de la vida hay que partir para volver de nuevo -espíritu y materia-, con otros o los mismos sueños, con otras o las mismas agonías, bajo quien sabe qué solemnes cielos”. Mario R. Vecchioli.
“Al igual que una planta crea sus flores, la psique crea sus símbolos”. Carl Jung.
Recorrer las páginas desde “otra mirada” es un aprendizaje constante donde quizás lo ya vivido encuentra respuestas; donde quizás el desconocimiento de lo que convive con nosotros es ignorado y su presencia negada.
El autor nos revela otra realidad con una escritura minuciosa y perfeccionada por un lenguaje específico que nos permite aprehender conceptos inéditos. Los mismos nos convocan a una honda reflexión, a confesar que los hallamos en nuestro hacer cotidiano, en ese “mundo paralelo”, y no los desafiamos por desconocimiento, por temor, por angustia…
Nos guía de la mano como un maestro, para que esta enseñanza se torne un largo camino experimental, que nos obligue relacionar nuestra existencia con testimonios recopilados, presencias que sólo algunos pueden visualizar a través de voces, signos, una escritura dictada por alguien del más allá o seres que habitan mundos paralelos. Todo debe ser descifrado, ordenado y trasmitido por los elegidos para tamaña tarea.
Este viaje iniciático es interpretativo y reflexivo, explorando las relaciones entre espiritualidad, ciencia y filosofía. El hombre es espíritu-materia y su perfeccionamiento en este espacio terrenal debe ser constante para poder trascender.
Las certezas abrazan lo intangible y las creencias ancestrales impuestas se convierten en dudas para confrontar con una visión nueva, distinta, sobre la evolución del hombre. “La percepción psíquica es una propiedad con identidad concreta y certera. Es un trance que se permite quien llega a conquistar, con entrega, paciencia y disciplina, el don de traspasar barreras entre los universos, incorporando un metalenguaje falsamente visual, que es el de los símbolos”, dice el autor.
Con un fuerte sustento ideológico sobre el tema que aborda, recurre a grandes maestros como Moody, Groff, Ross, Richet y sobre todo Karlec, que despertaron su necesidad de crecimiento interior buscando herramientas para lograr respuestas a “¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Hacia dónde vamos? ¿Y para qué? Estos interrogantes se asentaron como doctrina y saber.
Raúl nos plantea a ciencia cierta: “En cada ser emerge una duda, una necesidad. Una imperiosa búsqueda del despertar. Del encuentro con uno mismo, con su esencia y su objetivo trascendente…”.
Solo como lectores ávidos de crecer y comprender lo que nos rodea y más allá de lo que “vemos” sin “mirar”, tenemos la posibilidad de reflexionar y replantearnos los conceptos que recibimos por tradición como “verdaderos”.
Gracias Raúl por enseñarnos que “El viaje nunca termina”.
Por Susana Merke. Profesora en Letras UNL