A trece años de la primera visita, Carlitos Páez, así conocido, regresó a Rafaela no solo para abordar la experiencia en la Cordillera de los Andes, sino también su lucha personal contra las adicciones en una conferencia titulada “Más allá de la Sociedad de la Nieve” brindada en el Cine Belgrano. Hoy a la mañana estuvo junto a los concejales compartiendo experiencias de vida y sabias palabras. Asistió acompañado por Leonardo Crossetti y de Ernesto Defagot, presidente y vicepresidente del CRAR.
En sus palabras de bienvenida y agradecimiento por estar presentes, el presidente del Concejo Lisandro Mársico dijo ser “un verdadero honor tenerlo a Carlos por su trayectoria de vida y lo que sigue haciendo, generando motivación a partir de su experiencia en distintos lugares del mundo”.
Seguidamente, Carlitos respondió de manera sencilla y sincera. “Cada cual tiene su propia historia, y la mía no es la peor; inclusive después de los Andes me metí en el tema de las drogas y alcohol, y llevo 32 años limpios. Me parece que una de las cosas importantes que tienen para hacer los gobiernos, no solo es combatir la droga sino trabajar en la recuperación. Uno de cada 100 logran salir, es muy poco. Salir de la droga no es tarea fácil, es mucho peor que salir de los Andes”, dijo aclarando minutos después que su adicción no fue producto de la tragedia en la cordillera.
Al hablar sobre la dinámica del Concejo en las que muchas veces se discute, Carlos comentó que ellos se peleaban mucho en la cordillera, pero que siempre conservaron la unidad. “Todos unidos salimos adelante en la historia de supervivencia más grande de todos los tiempos. Gracias a que teníamos un objetivo en común, salimos adelante. Fue una historia única también en lo que fue trabajo en equipo, no tanto por el rugby, sino porque teníamos una convicción de llegar con nuestra familia. Fue protagonizada por gente común, cualquier de ustedes pudo haber estado en ella, no es un mérito mío, sino del ser humano común que lucha por la vida. Al final lo nuestro fue un homenaje a la vida, porque era más atractivo morirse en los Andes que vivir. Fueron 70 días, ¿sabés lo que es eso?”, dijo en su relato acompañado por el infaltable mate.
Mencionando una frase de San Francisco de Asís, comentó que ellos “hicieron lo necesario, luego lo que era posible, terminando haciendo lo imposible”, y recalcó lo importante que es en la vida cumplir los procesos. “Muchas veces uno quiere saltearlos y llegar al final, pero el proceso es importante. En la era de la inmediatez uno quiere todo rápido, pero al proceso hay que cumplirlo, no hay vuelta que darle”, disparó como consejo.
Con respecto a la película “La Sociedad de la Nieve” vista por 300 millones de personas en la primera semana, comentó que el hallazgo de su director Bayona fue dar voz a los muertos, “que fueron tan importantes como los vivos”. “Nuestra historia es un homenaje a la vida; a veces veo como se mata en las guerras siendo que la vida es lo más importante que tenemos”, recalcó el uruguayo.
En relación a su lucha por salir delante de adicciones, dijo que lo ayudó mucho pertenecer a grupos de ayuda. “El hecho de compartir la historia hace que el dolor sea menor y la alegría mayor. Los grupos donde yo asistía eran un poco una réplica de los Andes de alguna manera, porque también nos salvamos en grupo luchando por un mismo concepto. Me encanta dar la conferencia, pero me duele mucho porque me hace recordar momentos difíciles de mi vida. Salir de la droga es otro homenaje a la vida, llevo casi 33 años sin alcohol y droga y vivo fenómeno. No cambio el mejor momento de la droga por el peor momento de sobriedad”, se sinceró.
“El grupo es el que te saca adelante, salir solo no se puede. Hay que aceptar con humildad que uno solo no puede. Como en los Andes, la lucha es siempre contra la arrogancia. Lo que te da unidad es la humildad y la actitud, son las dos grandes palabras que tuvo nuestra historia. Lo que rompe los equipos es el protagonismo, cuando uno quiere buscar el camino propio”, dijo como enseñanza.
El concejal Martín Racca, desconociendo su proceso con las adicciones, le preguntó a Carlos qué puntos en común unía las dos principales historias de vida. “Primero tenés que aceptar el tema; yo era un chico consentido y mal criado y un día me caigo en los Andes. Ese fue en realidad mi nacimiento, ahí me fui transformando, es una historia de 70 días de evolución y transformación. A los 18 años me tocó vivir la historia de supervivencia más grande de la humanidad, por eso digo que nací el día que se cayó el avión. Tuvimos que aprender a la fuerza con humildad, porque cada vez que nos la creíamos, Dios nos pegaba un garrotazo”, dijo en relación a la avalancha, la noticia de que no los buscaban más, y otros sucesos adversos vividos en la nieve.
“Todo era una lucha contra el “no”, pero al no le dijimos que “sí”; una vida sin obstáculos no tiene sentido. El ser humano puede en la medida que se junta con otros y pelean juntos por la misma historia. Se puede, pero todos juntos”, remarcó.
Al preguntarle el concejal Ceferino Mondino a los representantes del CRAR qué los motivó invitarlo a Carlos, Crossetti respondió que “en el rugby es el equipo el que gana un partido”. “Nos motivó traerlo a Carlos por su historia de armar y lidiar con grupos, y a eso lo tenemos en todos los ámbitos. Es también la esencia del rugby y del deporte. La hazaña de Los Pumas pasa por el grupo”, explicó el presidente.
“Y nuestra historia es netamente grupal, no pudo haber sido individual. Ser rescatados fue el grupo del trabajo de los 16. Dimos todo para que ellos salieron adelante, y ellos no tomaron el camino del atajo para volver porque había habido todo un trabajo; éramos 16 los que caminábamos”, dijo refiriéndose a Parrado y Canessa, los dos sobrevivientes que cruzaron la cordillera en busca de ayuda.
“Lo logramos, fue una cosa increíble. Es una historia para mí maravillosa contada desde el lado positivo. Es importante no caer en el drama. El ser humano tiende a caer en lo pobrecito, en lo que viví, y creo que esta es una historia que va para adelante, hacia la vida. Gracias a los 16 sobrevivientes, hay más de 100 descendientes. Hoy somos más de los que salimos de ese avión. Importa la lucha por la vida; cuando vez que la gente se está destruyendo no tiene sentido. Saqué el tema de la droga al principio porque me parece que está bueno transmitirlo, y si bien es doloroso para mí volver a esas situaciones, está bien compartirlo”, expresó mencionando su libro “Mi segunda cordillera”, en el que cuenta su experiencia personal en la salida de su adicción.
La concejal Paz Caruso, le preguntó cuales eran las sensaciones que aún tiene más presente de la vivencia en la montaña. “Cuando llegaron los helicópteros”, le contestó sin dudar mostrando el tatuaje en un brazo de una hélice de helicóptero como símbolo de libertad. “Trato de ver la vida de ese lado, del lado positivo. Para mí fue una historia de aprendizaje y trato de transmitirla para que saquen de ella lo más positivo. Es una historia que tiene más de 50 años y se sigue hablando de ella”, agregó.
Casi al final del encuentro, contó que, en esas noches oscuras en la cordillera, despojado de todo lo material, miraba al cielo y se sentía un puntito pequeño que el mundo había dejado de buscar, apareciendo Dios en su vida de manera más presente.
“Gracias por poder compartir este momento con ustedes. Yo cruzo la cordillera muchas veces a dar conferencias en Chile y digo acá no se salva nadie. Estar ahí 70 días, sin recursos, con jeans y mocasines, es imposible. Pero bueno, el ser humano puede, unidos todos podemos. Con humildad y con actitud, todo se puede”, dijo antes de ser ovacionado con un fuerte aplauso.
Los concejales luego le entregaron una distinción y él, amistosamente se sacó fotos con ellos y demás presentes.
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