Por Sebastián Beccaria *
El 2025 nos deja una síntesis contundente: fue un año difícil para los trabajadores argentinos. La pérdida constante del poder adquisitivo, la ausencia de una política salarial que acompañe la inflación real y la falta de paritarias marcaron un escenario complejo que golpeó no solo el bolsillo, sino también la vida cotidiana de miles de familias. A ello se sumó la escasa voluntad de diálogo por parte de las autoridades provinciales y nacionales, lo que profundizó la incertidumbre y debilitó la posibilidad de construir respuestas conjuntas en un contexto que exige sensibilidad, responsabilidad, escucha y diálogo.
En este marco, el rol del movimiento obrero volvió a mostrar su importancia histórica. Los trabajadores entendimos —una vez más— que la defensa de los derechos no puede postergarse, que cada conquista obtenida a lo largo de décadas se sostiene en la unidad, la organización y la convicción colectiva.
Por eso, aun en tiempos adversos, seguimos presentes acompañando a nuestros compañeros, sosteniendo reclamos legítimos, dialogando y fortaleciendo la estructura de nuestro sindicato. Esto se refleja fundamentalmente en cada una de las acciones que llevamos adelante durante el año: seguimos acompañando a los más chicos a través de la colonia de vacaciones y el disfrute de las familias en nuestro predio recreativo, impulsamos actividades y capacitaciones en el marco de diversos encuentros, impulsamos acciones solidarias desde la Secretaría de la Mujer; fortalecimos los encuentros con nuestros compañeros jubilados reconociendo su trayectoria y compromiso; ampliamos beneficios en obra social y turismo; y continuamos con las mejoras edilicias en el predio recreativo para ofrecer más y mejores espacios de encuentro, bienestar y comunidad.
En Luz y Fuerza reafirmamos durante todo el año un principio que no negociamos: la unidad de los trabajadores como la herramienta más importante que tenemos. Allí radica nuestra fuerza, nuestra voz y nuestra capacidad de transformar la realidad. En un panorama donde se pretende avanzar sobre derechos esenciales, desvalorizar el trabajo y debilitar la representación sindical, nuestra respuesta debe ser firme y organizada. Porque sabemos que sin trabajo digno no hay futuro posible, y sin justicia social no hay verdadero progreso.
Miramos hacia adelante con la responsabilidad que el momento exige. El 2026 se presenta desafiante, con un contexto económico que obliga a estar atentos y con un horizonte político que demanda mayor participación y compromiso. Pero también lo vemos con esperanza. La esperanza que nace de nuestra historia, de cada compañero que sostiene el gremio con esfuerzo cotidiano, y de la convicción profunda de que cuando los trabajadores estamos unidos, siempre encontramos la manera de salir adelante.
Por eso, al cerrar este año, renuevo mi compromiso y el de toda la Comisión Directiva con la defensa de los derechos laborales, el fortalecimiento de nuestra organización y la construcción de un futuro más digno para cada trabajador y su familia.
Que el 2026 nos encuentre más unidos que nunca, con más derechos, más oportunidades y con la certeza de que, aun en los momentos más difíciles, seguimos caminando juntos.
(*) Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza Rafaela.