En el marco de la Semana Santa, los rafaelinos participaron este Viernes Santo de diversas actividades como la visita a las siete iglesias, que simboliza la intención de acompañar a Jesús en el camino transitado desde la noche de su captura hasta su crucifixión, la celebración de la Pasión del Señor y finalmente el Viacrucis, que por las adversas condiciones climáticas debió llevarse a cabo en el interior de la Catedral San Rafael en lugar del recorrido en torno a la Plaza 25 de Mayo.
Al comenzar la jornada, con sol y una temperatura agradable, las familias comenzaron a circular por las calles de la ciudad, en bicicleta o caminando, para cumplir con la tradición de visitar las siete iglesias. Antes del mediodía, pero sobre todo después del almuerzo, el feriado del Viernes Santo vio a las familias andar de aquí para allá sin prisa pero sin pausa. Con un termo con agua en algunos casos, y en algunos casos fotos para retratar la actividad, los fieles fueron llegando a las distintas parroquias, donde rezan unos instantes para luego partir hacia un nuevo templo.
A media tarde, en el interior de la Catedral, el obispo Pedro Torres encabezó la celebración de la Pasión del Señor. El sacerdote y los ministros, hecha la debida reverencia al altar, se postraron con su rostro sobre el piso. Esta postración, que es un rito propio de este día en señal de respeto y recogimiento ante el misterio de la pasión y muerte de Jesucristo.
Lentamente la tarde del viernes se oscureció antes de tiempo ante un cielo plomizo. Primero una llovizna y luego un chaparrón frustraron la realización del Viacrucis al aire libre -incluso a la tarde temprano se habían efectuado las pruebas de sonido-. Así las cosas, la este ritual que recrea los pasos de Jesús desde su juicio hasta su muerte en la cruz se llevó a cabo en el interior de la Catedral, que estaba totalmente colmada.