Por REDACCION
Si, como surge del estudio de la casa local de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), recientemente divulgado, los usuarios del servicio de agua potable que cuentan con medidor de consumo tendrían disponible diariamente 160 litros por persona, queda pendiente el conocimiento sobre la realidad de los carentes de medición y el destino o uso del total de agua que cada 24 horas entrega el sistema para su distribución. Satisfacer los interrogantes abiertos, en su totalidad, permitiría definir el panorama dominado por la escasez y la ignorancia respecto de disponibilidad y aprovechamiento. Todo dirigido a un mejor entendimiento entre las partes de un conflicto que además de lo específico, cabe apuntar, carga un costado político.
Frente a la negativa de la empresa a proporcionar información sobre la prestación en todo lo que concierne a ella, la Municipalidad debería obrar en consecuencia, demandando a ASSA las referencias del caso en los términos que le concede el derecho por su condición de accionista. Es lo que le corresponde hacer como representante de los ciudadanos, usuarios o no. Por el camino que se recorre, los hechos no hacen sino confundir más el estado de cosas a que se ha llegado. La falta de agua ha dejado de ser estacional para pasar a ser parte de la realidad cotidiana. Entonces, que sean 160 litros, o 300 según el presidente del organismo, carece de importancia para quien dispone de poco y paga por lo que no recibe. Para el Intendente Municipal es ”razonable” la cuota de 160 litros, y sin duda lo es, tomando en cuenta el déficit existente y las dudas sobre cómo se aprovecha realmente lo disponible.
A ese cuadro se sumaría el caso de las fugas en las cañerías de distribución. El trabajo de la UTN concluye que se pierde por esa causa un 40% del agua entregada al reparto. No es de poner en duda la calidad del informe, pero la magnitud de la pérdida denunciada en el informe lleva a imaginar un escenario próximo a colapsar, que la imposibilidad temporal de efectuar las reparaciones indispensables tornaría inminente. Con la mira puesta en la próxima temporada de calor y el previsible incremento de la demanda, sin descartar abusos en el consumo, la situación podría tornarse inmanejable.
Aún cuando no se llegara a tal extremo, la lógica indica que, más allá de la legitimidad de los reclamos ante ASSA, es procedente la aplicación de medidas en consonancia con el nivel de la problemática. Por ejemplo, la instrumentación de una sostenida campaña municipal de concientización y advertencia de la necesidad de un comportamiento solidario. A esa finalidad podrían aplicarse, por ejemplo, los recursos que en la actualidad se destinan a la difusión de las actividades y logros del accionar municipal en diversos órdenes. Publicidad prescindible en casos por trascender los hechos a través de la crónica periodística diaria o la directa comprobación. Además, resultaría coherente que en la misma línea se sumara el factor docente en los tres niveles con el dictado de clases especialmente orientadas al conocimiento de la situación dada y el debate sobre un asunto clave para la vida de la ciudad.
Correspondiendo a los fines que dieron lugar a la convocatoria municipal para la conformación del Foro del Agua, abierto y participativo, Agua y Futuro formula estas apreciaciones a favor de un accionar conjunto provechoso para Rafaela y la ciudadanía que la comparte. Tal como fue planteada, Agua y Futuro no duda del valor de la iniciativa del Departamento Ejecutivo. Resta darle organicidad y continuidad regular considerando el universo de la problemática y marginando lo ajeno a lo específico del cometido propuesto.-
Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.