Por Roberto Actis
Inflación de abril 2,6% con una acumulación de 9,1% en el primer cuatrimestre y trepando a 27,5% anual, datos oficiales del INDEC. El consumo con una nueva fuerte baja de 5 puntos en almacenes y súper, siendo los alimentos y bebidas los más castigados por la inflación. El Banco Central por su parte fijó las tasas de interés entre 24,25 y 26,5% variando según los montos. El dólar sigue con el mismo valor de un año atrás, como si la inflación no existiera. Se trata de todos datos de la realidad, como está de moda decirlo, absolutamente nada de comentario u opinión.
Entonces, ¿cómo se podrá cumplir con la inflación de 17% anunciada por el gobierno cuando el propio Central paga tasas 9 puntos por encima? Y además, guste o disguste, esto del dólar contenido ya lo hemos vivido muchas otras veces anteriores y siempre terminó mal, más tarde o más temprano la divisa estadounidense recupera todo lo que está resignando ahora. La gente lo percibe y hacia ahí vuelca sus ahorros.
Para colmo, estamos otra vez con la bicicleta financiera andando cada vez más rápido. Y cuando esto sucede, obteniéndose más y seguras ganancias con la especulación que con la producción, ya sabemos quién termina pagando el pato, los que viven de un salario y si es bajo, mucho peor todavía.
Con este escenario, complicado por donde se lo mire, las perspectivas de los brotes verdes por ahora mejor olvidarlas, y si además la inflación sigue con estos bríos, continuando en alza aún con el consumo en baja, lo mejor que podría suceder es un replanteo para modificar algunas cuestiones. Aunque el pedido sea difícil de cumplir en estas instancias de año electoral, ya que el desbocado gasto público es el objetivo excluyente por remediar. Cualquier recorte que se intente es como poner la mano en un hormiguero.
Los plazos se van ampliando en la justa medida de las circunstancias. Desde despachos oficiales ya se está hablando del año que viene para ver alguna mejoría de la situación, y tal vez sea estirado algo más todavía, porque el tiempo pasa más rápido que el efecto de las medidas. Y con mayor razón las que están pendientes.
Hablamos de todo esto porque en realidad es lo que pega en el lugar que más le duele a la gente: el bolsillo. Aunque por momentos se vea superada por otras cuestiones, como la del fallo de la Corte que originó una reacción tan rápida del Congreso que no reconoce antecedentes.
Todo este clima tan tenso, que suele mantenernos en constante vilo, tiene también sus alteraciones. Como las declaraciones de la ex presidenta Cristina Kirchner en Europa, menospreciando la capacidad de comprensión de los argentinos que hicieron que Mauricio Macri ganara las elecciones. De no haber sido así, y por poco logró evitarse, hoy el presidente sería el inefable Daniel Scioli, uno de los grandes protagonistas de los titulares de la semana con sus amoríos y el anuncio personal que será nuevamente padre a los 60, lo cual -dijo- "me emociona y me da un poco de miedo por la responsabilidad que significa", cuando su embarazada novia ponía negro sobre blanco diciendo que poco menos intentó obligarla a hacer un aborto. Por las dudas, se trata del mismo personaje que siempre cita al papa Francisco.
Más de uno puede suponer que tratar este tema es perder el tiempo, y en tal vez en cierta forma lleguemos a compartirlo. Y que además son actos privados y como tales deben considerarse. Todo bien, pero alguna compostura, aunque sea mínima debe existir, pues de lo contrario se convierte en una burla hacia los demás.
¿Qué pensarán estos personajes de los demás? Que una mujer envíe una foto desnuda y el sujeto le responda "lo que me pierdo", tratando de aclararlo diciendo que "es una amiga que muestra su ropa interior", no tiene explicación posible. Fue dos veces gobernador de Buenos Aires, vicepresidente de la nación y ahora aspira a ser senador, y es probable que lo sea. Como Menem, sentado en una banca como tantos otros refugiados. Después nos preguntamos ¿cómo puede ser que otros países que eran poco y nada cuando la Argentina estaba entre los diez principales del mundo nos hayan pasado de largo? No es muy complicado de entenderlo.
Todas estas cuestiones terminan jugando en favor de Macri y su demorada reactivación. Viendo lo que podría haber sido, se amplía la paciencia.
Y ya en el final, como para que el presidente Macri tenga bien claro que estará sometido a vivir de sacudón en sacudón, apareció el arrepentido de Odebretch -el que pagó más de 4 mil coimas- señalando a Gustavo Arribas, el amigo de Macri que está al frente de los espías, que hace poco logró zafar, pero sin convencer, de una acusación por el departamento que tenía en Brasil, como habiendo cobrado cerca de un millón de dólares. Cuando el dedo siempre apunta al mismo lugar, algo debe estar pasando, la casualidad no es siempre la responsable. Por lo pronto fue reabierta la investigación. Y ojo con poner las manos en el fuego, ya que hay muchas chamuscadas.
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