Saltar menú de navegación Teclas de acceso rápido
Notas de Opinión Domingo 25 de Mayo de 2014

Caja de Pandora

Leer mas ...

Roberto Actis

Por Roberto Actis

Si cuando el INDEC dio los índices inflacionarios de enero, febrero y marzo sumando 10%, más que todo lo admitido en el 2013 completo, existió alguna esperanza de que al fin se iba a ir poniendo blanco sobre negro para revelar toda la verdad que se fue escondiendo debajo de la alfombra en estos últimos años, luego de la difusión de las estadísticas del empleo que se conocieron esta semana, quedó más que claro que todo sigue igual que siempre. Sosteniendo el relato del país de maravillas y negando la realidad.

Seguramente este ha sido el camino diseñado por la presidenta Cristina Fernández para tratar de llegar a una bajada de telón lo más decoroso posible en diciembre del año que viene, cuando culmine sus 8 años de gestión. Es que de esa manera lo hace saber todos los días el vocero Jorge Capitanich, describiendo situaciones que muchas veces ni siquiera existen y apelando a su inagotable imaginación de hablar mucho para decir muy poco, sumándose también otros conspicuos aportantes de la causa. En la cual, el INDEC juega un rol superlativo, ya que a través de sus curiosas estadísticas se difunde un cuadro de situación que poco, mejor dicho nada, tiene que ver con la vida diaria. Aún así, se insiste con la metodología, que no convence a nadie, ni siquiera a los partidarios más fervorosos.

Ese reconocimiento de la inflación del primer trimestre, queda claro sólo buscó amortiguar los efectos negativos de la devaluación, y ahora se está regresando a la "normalidad". Pero además de haber exagerado el crecimiento de la economía, lo cual originó una drástica marcha atrás cuando hubo que pagar los títulos ajustados por ese índice, tampoco se dieron más los niveles de pobreza e indigencia. Al parecer nadie se atrevió a decir que la pobreza está en el orden de poco más del 4% según el INDEC, cuando casi todas las consultoras privadas, centrales obreras y el observatorio de la Universidad Católica andan oscilando entre 25 y 35 puntos.

Sin embargo, sí hubo atrevidos en dar a conocer que la desocupación continuó bajando en este primer trimestre del año, aún con todas las peripecias sufridas por la economía, impactada duro por la devaluación y el flagelo inflacionario, que dieron en el corazón mismo de la producción. La consecuencia más directa fue la afectación del empleo, con suspensiones, recorte de horas extra y toda clase de adicionales, incremento del trabajo en negro, como así también despidos encubiertos. Pese a todo, para el organismo estadístico estatal el empleo en el primer trimestre con el registro de 7,1% fue bastante mejor que el 7,9% de igual período de 2013.

Se recurrió a una justificación que roza lo insólito y que reúne todas las características de un verdadero disparate: es que hay menos gente que busca trabajo. Tal vez faltó agregar que eso era consecuencia de la década ganada que permitía a mucha más personas vivir sin trabajar, lo que quizás tenga algo de verdad, ya que los subsidiados con toda clase de planes asistenciales son cada vez más. Algo que se exhibe como un logro, cuando en realidad es la muestra más visible del fracaso. 

Esta clase de argucias de ocultamiento, por lo burdas se sostienen muy poco y siempre terminan quedando expuestas. Lo que se hace es reducir la población económicamente activa, con lo cual se logran artificiales mejorías en los resultados finales. El promedio de los últimos diez años fue de 46%, pero esta vez se lo bajó al 45% aduciendo que en los 31 conglomerados que son relevados ahora están más poblados. Ese punto de diferencia hubiese llevado el índice de desocupación al 9,1%, aumentando en 400.000 los sin trabajo.

Esta clase de manejos, que han sido comunes todos estos años, son útiles entre otras cosas, para comprender porque la Argentina no es el país que se describe desde el gobierno, y además, los que fueron generando este clima de creciente desconfianza, pudiendo aplicarse con bastante certeza aquello "en boca de mentiroso lo cierto se hace dudoso".

El seguir avanzando de esta manera, con un dibujo que nada tiene que ver con la realidad y con situaciones conflictivas a las que no se les busca soluciones razonables sino postergarlas hacia adelante, afianza el supuesto que el modelo nacional y popular no tendrá el cambio siquiera de una coma y que el objetivo excluyente es llegar al final sin grandes problemas. Lo que tal como están las cosas, es un verdadero desafío. Mientras tanto, el INDEC y tal como viendo siendo desde 2007, mantiene su similitud con una caja de Pandora. 

Ojalá este 25 de mayo provoque un derrame de reales y profundos sentimientos patrióticos, que buena falta hace.

Seguí a Diario La Opinión de Rafaela en google newa

Los comentarios de este artículo se encuentran deshabilitados.

Te puede interesar

Teclas de acceso